Hidratar la piel es necesario para evitar que envejezca prematuramente, pero en verano, además, nos ayudará a prolongar nuestro bronceado. Una buena crema hidratante y una correcta alimentación contribuirán a mantener la piel sana y bonita.
La piel, que es el mayor órgano de nuestro cuerpo, se compone de un 70% de agua, medio litro del cual podemos llegar a perder cada día. El líquido elemento asegura la vitalidad, elasticidad y potencia la resistencia de la piel frente a las agresiones externas. Pero no sólo es necesaria para nuestra piel, también ayuda a transportar sustancias nutritivas como las sales y el oxígeno, elimina sustancias nocivas de los músculos, como el ácido láctico, mantiene nuestras articulaciones flexibles y lubricadas, regula la temperatura de nuestro cuerpo a través de la sudoración, etc. Por todo eso, debemos reponer nuestro organismo con un litro y medio de agua al día.
No obstante, beber agua no asegura una piel hidratada. Según el el Dr. Julián Conejo-Mir, presidente de la Academia Española de Dermatología y Venereología, “es totalmente falso. A una piel seca no le hace falta agua, sino grasa. Muchas modelos dicen en los medios de comunicación que su secreto para tener una piel bella es beber cantidades ingentes del líquido elemento, cuando beber más de dos litros es peligroso para la salud, sólo consigue forzar el riñón. De hecho, un estudio demostró que hay personas cuyo organismo está hidratado pero no así su piel”. Es necesario beber agua, pero como gesto vital y de una forma moderada.
Cuándo salta la alarma
La deshidratación afecta a todas las pieles, ya sean secas, mixtas, grasas, sensibles o reactivas. Los síntomas, que se ven agravados con el paso del tiempo, son claros: sensación de tirantez, falta de flexibilidad, pérdida de suavidad, escozor y descamación. La deshidratación es la primera etapa del envejecimiento y la hidratación la primera necesidad de la piel. Para mantener el equilibrio de agua en la piel es preciso aportarle cada día una buena hidratación tanto por medio de la alimentación como con productos cosméticos de belleza como cremas hidratantes.
Por la mañana, tras la ducha, la piel está en perfectas condiciones para asimilar cualquier producto. Además, después del baño necesita revitalizarse y esa es, en definitiva, la misión de una buena hidratante. Extiende una fina capa de producto por todo tu cuerpo realizando un ligero masaje para que tu piel lo absorba perfectamente. Lo correcto es hacerlo con movimientos dirigidos hacia el corazón, es decir, desde los pies hasta el pecho y desde las manos también hacia el pecho. Para el rostro, el cuello y el escote utiliza un producto específico adecuado a tu tipo de piel con factor de protección, sea cual sean las condiciones atmosféricas o la época del año.
También para tu cabello
Ya tenemos claro que la hidratación es fundamental para conseguir una piel flexible y joven. Pero, ¿te habías planteado en algún momento que tu cabello también necesita hidratación? Los síntomas de un cabello deshidratado son fácilmente reconocibles: es opaco, tiene un tacto áspero debido a la separación de las escamas que forman la cutícula, es más poroso y quebradizo y se electriza con facilidad además de tener las puntas abiertas. Para solucionar ese problema se debe trabajar en tres direcciones: reestructurando la estructura interna del cabello dañado; rehidratándolo así como aportando productos emolientes que le otorguen elasticidad, suavidad y brillo. Esos tratamientos los puedes realizar en el salón de peluquería, y completarlos en casa con productos adecuados.
En verano, prolonga tu bronceado
La hidratación es necesaria durante todos los días del año, no obstante durante el verano es imprescindible. No sólo le da al bronceado un aspecto más radiante y luminoso sino que además lo prolonga. Si quieres que éste se alargue un tiempo después del verano, exfolia tu piel durante toda la época estival e hidrátala. La exfoliación servirá para que el bronceado se asiente mejor sobre tu piel y la hidratante lo fijará.
Propuestas cosméticas
Hydreane Riche, de La Roche-Posay (15,90 €)
Prevage Cuerpo, de Elizabeth Arden (150 €)
Mascarilla Restoratives, de Pantene Pro-V (5,49 €).