En las últimas horas Trinidad Jiménez, ministra de Sanidad, ha anunciado que se está trabajando sobre una ley antitabaco mucho más restrictiva que la que se puso en funcionamiento en enero de 2006, que será una realidad antes de 2012. Y vosotras diréis ¿qué tiene que ver la ley antitabaco con un blog de belleza? Pues mucho, te invitamos a saber cómo afecta el tabaco a nuestra piel.
El tabaco no es sólo un pésimo aliado de nuestra salud, sino también de nuestra piel. Su acción negativa alcanza tanto a los fumadores como a las personas que están en su entorno.
El humo, la nicotina y demás componentes del tabaco provocan la formación de radicales libres, moléculas con gran actividad química, que dañan la estructura celular, su ADN, y que dificultan la circulación y nutrición sanguínea. El cuadro clínico de una piel fumadora es muy específico: tiene mayor tendencia a deshidratarse, así como una deficiencia crónica de vitaminas A y C y minerales. Provoca también un déficit de oxigenación en la sangre, y afecta a la microcirculación cutánea. Como el riego sanguíneo es más deficitario, la piel aparece como apagada, castigada y falta de vida.
A nivel visual la piel fumadora presenta un tono grisáceo, mate y opaco con los poros dilatados en los que tanto la nicotina como alquitrán se van depositando hasta llegar a ensuciar la epidermis.
Las arrugas de los fumadores
Las arrugas que presenta la piel de las personas fumadoras son distintas a las de personas no fumadoras. Son más profundas, por la continua y repetitiva tracción de los músculos, sobre todo de alrededor de labios y ojos, y como ya se ha visto por la acción negativa de los componentes del tabaco.
Una de las zonas que más afectada se ve por el hábito de fumar es el contorno de los labios. La contracción de los labios para aspirar provoca la aparición de arrugas y líneas verticales a su alrededor. Es el popularmente conocido como códgo de barras. Además el calor continuo también afecta a la mucosa labial deshidratándola. Al estar reseca la piel de esa zona se agrieta, y con el contacto directo con el humo estos cortes pueden llegar a inflamarse.
Las personas fumadoras también tienen más acentuadas las arrugas del contorno de los ojos. El gesto repetitivo de entrecerrar los ojos para evitar el molesto humo produce que estas arruguitas se acentúen más que en personas no fumadoras.
Mejora el aspecto de piel y labios
Los efectos del tabaco a nivel estético son reversibles, para ello será suficiente con dejar de fumar y someterse a tratamientos estéticos de oxigenación.
Dichos tratamientos irán encaminados a restablecer la correcta circulación, con la consiguiente mejora de la oxigenación y desintoxicación dérmica, esto se consigue aplicando un ligero calor sobre la zona y con maniobras de masaje de drenaje linfático. Tanto mascarilla como cremas y sueros que se aplican durante la sesión tienen poder para neutralizar las toxinas acumuladas en los tejidos dérmicos y ayudan a la piel a eliminar las impurezas para conseguir después una optima hidratación. En la zona de labios se pueden aplicar parches especiales de colágeno activo, que reducen arrugas y reafirman. A diario se debe aplicar hidratantes que lleven vitaminas A, que aceleran la descamación natural de la piel, o C si lo que se necesita es devolver la luminosidad, así como cremas especificas para mantener el labio hidratado y protegido.