Llegamos, probamos y… ¡nos encantó! En una de nuestras visitas relámpago a Madrid decidimos retrasar nuestra vuelta a casa para probar uno de los tratamientos más novedosos, la pedicura con los pececitos Garra Rufa. Fue, sin lugar a dudas, una experiencia divertidísima y muy eficaz que os vamos a explicar.
Estábamos citadas en Mi calle de NY, un centro casi podríamos decir que clandestino, que se esconde en el interior de una tienda de muebles monísima de la calle Alaya 32 de Madrid. El ambiente, sin duda neoyorquino, con canciones de Frank Sinatra que repentinamente cambian por la música en vivo de un pianista que consigue que el ambiente sea aún más cálido y acogedor.
Erika y Luisa, las especialistas en pedicura, nos acompañan al interior del local y nos piden que escojamos entre el amplio abanico de lacas de uñas de que disponen. La una escoge una sexy laca azul oscuro y la otra un discreto color porcelana.
Nos invitan a sentamos en el lugar donde nos van a hacer la pedicura clásica y nos ofrecen una infusión que aceptamos gustosas. Erika y Luisa proceden con profesionalidad a realizar la pedicura para la que, nos hacen notar, no utilizan ningún producto.
Finalizada la pedicura nos conducen al área donde está el acuario, pensado para disfrutar de la experiencia con los simpáticos Garra Rufa, si se desea, en grupo de hasta cuatro personas. No sin ciertas reservas introducimos los pies en el agua y… os invitamos a ver y oir lo que sentimos…
La experiencia fue absolutamente recomendable, divertida y muy gustosa. Una vez secos, nos invitan a tocarnos los pies que están increiblemente suaves. Pasamos al lacado de las uñas y nos marchamos, felices y con los pies tan ligeros que podríamos volar!!
¡Gracias a Mi calle de NY y gracias a las cariñosas y profesionales Luisa y Erika!
Si deseas saber más cosas sobre la pedicura con los Garra Rufa, te invitamos a leer nuestra entrada ¡Deja que te coman los pies!