El Dr. Jesús Benito Ruiz, director de Antiaging Group Barcelona y colaborador de belleza activacon su espacio beautyPreguntas al cirujano plástico, nos explica que no es conveniente hacerse masajes después de un aumento de mamas. Algo sorprendente, ya que es muy común recomendar este tipo de cuidado post-operatorio.
Reproducimos un artículo suyo publicado en el blog de Antiaging Group Barcelona.
Una de las recomendaciones habituales tras un aumento de mamas es el famoso “masaje post-operatorio”. Está tan difundido entre los profesionales y las pacientes que si recomiendas no hacerlo te miran como a un bicho raro.
El masaje tras el aumento de pecho nació para reducir la contractura capsular. La hipótesis de trabajo en la colocación submuscular era que el movimiento del implante debido al músculo reducía la incidencia de encapsulación. Por tanto se extrapoló al uso de masajes externos para reducir la producción de una cápsula dura. Hay que tener en cuenta que la mayor parte de prótesis puestas en aquel momento eran lisas.
La introducción de las prótesis texturadas supuso una reducción de la incidencia de contractura capsular. La envoltura externa se sometía a un proceso de texturado (con diversos sistemas) de forma que fuera rugosa. Cuando se produce la cicatrización alrededor de una envoltura lisa, el colágeno se organiza ordenademente y de forma concéntrica alrededor del implante. Si hay una transformación de fibroblastos en miofibroblastos se produce la contractura capsular (literalmente la cicatriz constriñe al implante). En las prótesis de silicona rugosas, al ser una superficie irregular, el colágeno y los fibroblastos (las células responsables de la cicatrización y reparación de los tejidos) no se pueden alinear y organizar, por lo que no se puede ejercer una acción de constricción. Digamos que lo que hace el material es desorganizar la cicatriz de alrededor del implante. Si además la cubierta es de micropoliuretano el efecto es mayor.
Si masajeamos estamos produciendo un rozamiento, una fricción dentro del bolsillo creado de forma que la rugosidad no se puede adherir al tejido circundante. Lo que se busca con la textura es el efecto velcro. Si masajeamos se puede formar una capa de fibrina alrededor del implante (una segunda cápsula) que convierte el implante de rugoso a liso, o bien se puede formar líquido (seroma) alrededor del implante. En ambos casos la respuesta biológica puede ser de contractura capsular o en el caso de las prótesis anatómicas puede dar lugar a una rotación.
Precisamente en el 3rd Focus Symposium de Cirugía Plástica en Munich y dedicado exclusivamente a prótesis se recomendó evitar los masajes en las prótesis texturadas.
Conclusión: stop a los masajes (los terapéuticos, claro…) en aumentos de mama con prótesis de silicona rugosas.
Dr. Jesús Benito Ruiz, director de Antiaging Group Barcelona
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- Aumento de mamas: preguntas frecuentes
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