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Cómo «leer» y escoger un protector solar

Àngels Marin
Garnier Delial

Elegir el fotoprotector adecuado es más fácil si sabemos interpretar qué dice y qué no. Porque tan importante es la información que nos da el envase del protector solar como la que no aparece.

Te lo contamos.

Saber qué significan los símbolos y palabras que aparecen en un fotoprotector nos permite escoger más fácilmente el que  necesitamos según nuestras características personales. Además del índice de protección solar ante los rayos ultravioleta B y A (UVB/UVA), nos cuentan qué textura tiene, si es persistente sobre la piel, si está indicado para cara o cuerpo, si es adecuado en pieles intolerantes, sensibles, etc.

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En el caso que te hemos mostrado, la información es muy clara e identificable. Es cierto que no siempre es así, pero eso nos señala también si es un producto fiable o no, ya que existen unas normas legales sobre ello. Por eso es también importante lo que no dice. En este caso, podemos interpretar por lo que leemos que es un protector solar corporal para pieles ya bronceadas en un formato excepcionalmente grande. Por tanto, perfecto para quienes pasan el verano en la playa, ya tienen color y quieren un protector fresquito.

Garnier Delial Clear Protect+

Evidentemente, lo primero que debemos observar  el envase es el índice de protección. La legislación europea marca que hay cuatro índices: bajo, medio, alto y muy alto. La razón de esta clasificación es que el uso de los números puede inducir a confusión, ya que hace unos años podíamos encontrar protectores de factores SPF 90 que podían hacer creer que protegían del sol casi al 100%, cosa que no es cierta. Ningún protector solar protege al 100%. Es por ello que, por ejemplo, se eliminó también el concepto pantalla total. Lo cierto es que a partir del SPF 50 el valor de protección solar se mantiene casi igual.

Hasta que el consumidor se acostumbre a los cuatro niveles de protección y para que visualmente se identifique la protección solar, muchos fotoprotectores mantienen la numeración, pero siempre indicando a qué grupo corresponde:

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Esto nos permitirá escoger el protector en función de nuestro tipo de piel (fototipo) y nuestras necesidades (primeras exposiciones al sol, piel ya bronceada, deportes acuáticos o de montaña, etc.).

Sin embargo, hay que tener en cuenta que este índice sólo indica la protección frente a los rayos ultravioleta B (UVB). Para los ultravioleta A (UVA) no existe aún un método de medida estándar, excepto en Japón. La Comisión Europea recomienda que el equilibrio entre los filtros sea UVA/UVB 1/3, es decir, que los filtros para los rayos B sean tres veces los de los A. Esto es lo que indica la circunferencia con las letras UVA dentro.

Esta última recomendación europea también establece que la fórmula sea fotoestable, es decir, que no se altere con el tiempo ni con las condiciones de exposición o mantenimiento.

Otro tema importante es la textura y la forma de aplicación. Está demostrado que si el fotoprotector es agradable, se reaplica más frecuentemente, cosa muy importante para mantener la protección. En este caso, mandan los gustos personales.

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La persistencia sobre la piel también es importante, ya que deben tener la capacidad de mantenerse sobre la piel incluso cuando se somete a fricciones (de la toalla, por ejemplo), baños, etc.

Las pieles con problemas de sensibilidad, intolerancia, envejecidas, etc. deben buscar productos adecuados a ellas, cosa que también se especifica en el envase.

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