Son un clásico y en belleza activa no podemos resistir la tentación de convertirlas cada año en noticia. Porque ¡las paletas de maquillaje de Navidad nos gustan! Son un capricho, cierto. Pero, además, creemos que son un objeto con un diseño, una funcionalidad y una belleza difícil de encontrar en apenas 4 centímetros cuadrados, poco más o menos. Detrás de estos pequeños complementos hay el trabajo de muchísimas personas, tanto creativo como manual e industrial, para ofrecer una oportunidad de ser más bellas. Una ilusión que llevamos con nosotras en nuestro bolso para mostrarla a la mínima oportunidad de retoque o que, algunas veces, guardamos como una joya sin estrenarla, para mantener intacto nuestro pequeño tesoro.
Por eso os las presentamos cada Navidad, para que disfrutéis con estas pequeñas bellezas.
El otro día me encontraba absorta ante un escaparate de joyas en el Passeig de Gràcia de Barcelona cuando una señora de unos 60 años se situó a mi lado, con mi misma intención. Al poco, me dijo: «son preciosas. Disfruto sólo con verlas». Y estuve totalmente de acuerdo con ella. ¡Claro que me gustaría tenerlas! Pero sólo ver su diseño, la combinación de colores de las gemas, su brillo, ya me satisfacía y hacía que me sintiese bien. Observar su belleza producía felicidad a un par de mujeres que interrumpían por unos minutos su quehacer diario y se paraban ante el escaparate como ante una obra de arte. Puede que a alguién le suene cursi, pero a mi me pareció maravillosa esta capacidad que tenemos las personas de apreciar la belleza.
Con las paletas de maquillaje sucede lo mismo. Y lo tengo comprobado. Por eso las considero auténticas joyas capaces de hacer que una mujer se sienta bien al verlas, al pensar en usarlas, en cómo embellecerán su rostro. Producen instantes de felicidad. ¿Vanales, superfluas, innecesarias? Seguro, como tantas otras cosas. Pero, ¿vamos a negarnos a estas alturas un momento feliz?Pues disfrutemos con ellas.
Escoge la que más te va
Parure de Nuit de Guerlain. Polvos compactos y colorete en rosa pálido, blanco, rosa intenso y azul verdoso que embellecen e iluminan el rostro, con perfume de violeta, en un estuche negro lacado que se guarda en una bolsita de terciopelo negro forrada de satén azul verdoso y que incluye una brocha de pelo de cabra azul verdoso. Para realzar e iluminar el cutis, pasar la brochita por los 4 tonos con un movimiento de barrido y aplicarlo por todo el rostro; para realzar y esculpir el rostro, pasar la brocha en diagonal por las tres plumas y aplicar en los pómulos para un efecto de colorete sofisticado. Pertenece a la colección Belle de Nuit, en edición limitada para estas fiestas. 56 €
Palette Blanc Terriblement de Yves Saint Laurent. Polvos iluminadores en tres tonos: rosa, violeta y plateado, que iluminan y unifican el cutis, con partículas de perlas que aportan luz al rostro. 53 €
Les Ceintures de Chanel. Iluminador que realza y esculpe el rostro (Lumière sculptée), su dibujo es una réplica de la hebilla de un cinturón que llevaba mademoiselle Coco en un a foto de los años 30; pertenece a la colección efímera y exclusiva de Navidad «Les Scintillances». 55 €
Paleta Madreperla de Armani. Paleta con tres tonos iluminadores satinados: arena, champán y verde aguamarina, para rostro y ojos. Icono de la colección de Navidad Madre Perla, es una edición limitada y exclusiva en la que el cofre negro de Armani se inspira en el Art Decó y se cubre con auténtica madreperla, una labor hecha a mano de la que sólo existen 3.000 ejemplares.
Maison Lancôme. Colorete con una imagen de París de los años 40 en tonos rosa y dorado; la caja está grabada con una placa dorada con su nombre que recuerda la de las direcciones emblemáticas de la capital francesa. El maquillador de la firma, Aaron de Mey, aconseja «mezclar los tres tonos con un pincel y, a continuación, aplicarlos con movimientos ascendentes hacia las sienes para esculpir los pómulos e iluminar la tez». 46 €
Passion Pallete Teint de Clarins. Polvo iluminador compacto y ligero con partículas de nácar ultrafinas para rostro y escote, en un estuche dorado con un grabado inspirado en el art decó. Pertenece a la colección Passion, edición limitada de venta exclusiva en El Corte Inglés. 50 €