No sólo nos gusta: le queremos. Alberto Morillas es nuestro perfumista más internacional y uno de los mejores del mundo, por no decir directamente el mejor. Sus perfumes son un éxito absoluto. Pero, además, es una persona tan gentil, inteligente y accesible que un@ no puede hacer otra cosa que quererle. Por eso hoy vamos hablaros de él y de su última creación: Omnia Coral de Bvlgari, un perfume femenino inspirado en el coral rojo.
Aunque vive desde hace muchos años fuera de España, el origen sevillano de Alberto Morillas está siempre presente en sus perfumes. Y hace bandera de ello: «Mi creación siempre tiene mi adn. Cuando vas a un país nuevo lo idealizas, pero llega un momento que no lo recuerdo cuando creo un perfume. Nunca pienso en Nueva York, donde he vivido, sino en la Semana Santa, en los olivos…«. Y en nuestra forma de ser: «Tenemos una cultura, la mediterránea, que es de abrazos. Y lo vivimos desde niños. Hay mucha gente que no la tiene».
El Maestro, como le llaman sus colegas, es el creador de perfumes tan míticos como Must de Cartier, CK One de Calvin Klein, 212 de Carolina Herrera, Aqua di Gio de Giorgio Armani, Miracle de Lancôme, Flower de Kenzo y Daisy de Mark Jacobs, entre muchas otras. Su relación con Bvlgari no es nueva. Es el creador de Blv y sus variaciones, tanto de hombre como de mujer, de Bvlgari Man y de todos los perfumes Omnia: Amethyste, Crystalline, Green Jade y, ahora, Coral.
Omnia Coral se inspira en el coral rojo, siguiendo la tradición de recrear el posible aroma de las piedras preciosas de color. En este caso, la fragancia pretende evocar los días de sol, los cielos despejados y los vibrantes colores del verano. Para conseguirlo, combina notas florales con el frescor de los frutos jugosos. Tal como explica Morillas, para realizar el perfume «me imaginé un aroma voluptuoso, natural, creado alrededor de la flor del hibisco y rebosante de sensaciones de frutos jugosos».
Pero el hibisco no tiene aroma, y el Maestro lo sabe: «son flores sin olor que inspiran: la amapola, el hibiscus, el loto, o el iris, que no tiene olor la flor sino su raíz. Hay pocas flores que tengan olor significativo, los reinventamos». Y lo hace muy bien.
Sólo una última frase para transmitiros la pasión de Alberto Morillas por los aromas: «Un perfume está vivo, tiene que oler bien cuando lo vaporizas, una hora después, dos horas. ¡Es un milagro!»