Si has vivido situaciones tan engorrosas como sudar en un examen, «chorrear» en una entrevista de trabajo o buscar otro sitio en el autobús huyendo del olor del vecino, entenderás por qué los desodorantes se han convertido en un elemento esencial en nuestra vida cotidiana.
Según un informe realizado por European Journal of Dermatology and Venerology (2009) hecho público por Eucerin, un 18% de la población dice tener problemas de sudoración a la vez que hay más casos de intolerancia a desodorantes convencionales. Pero… ¿por qué sudamos? ¿por qué huele mal el sudor? te lo explicamos en esta entrada…
Sudamos porque con la evaporación de agua nuestra temperatura corporal se mantiene estable. Pero más allá de esta función, sudar se considera algo negativo y rechazado socialmente. Sus consecuencias son más temidas incluso que la caspa, el acné o el mal aliento.
El único sudor aceptado socialmente es el que se produce durante la práctica deportiva, puesto que es sinónimo de esfuerzo y buenos resultados. Pero sudar fuera del gimnasio llega a generar sentimientos de inseguridad, preocupación incluso de culpabilidad.
El por qué del mal olor
Curiosamente, el sudor en sí mismo no huele. El mal olor se debe a que la piel tiene bacterias procedentes del mismo cuerpo y del exterior. Estos micro-organismos se alimentan del hierro presente en el sudor, y al descomponerlo, producen el olor desagradable tan característico. El hierro, además, las ayuda a reproducirse. De ahí que, a más sudor, mayor olor corporal. De todo el cuerpo la axila es la zona más conflictiva puesto que en este rincón existe un entorno cálido, poco ventilado, caliente y húmedo y por ello las bacterias se reproducen con mayor facilidad.
Soluciones para pasar desapercibido
Para encontrar la protección óptima que necesitamos sin miedo a que el sudor moleste a los demás y a nosotros mismos, se hace imprescindible una buen higiene diaria así como el uso de desodorantes o antitranspirantes. Los desodorantes actúan eliminando las bacterias con agentes bactericidas como el alcohol entre otros. Pero en algunas horas las bacterias se reproducen con lo que puede volver el mal olor. De ahí que algunos productos incluyan en su formulación otros componentes de gran eficacia para que el efecto desodorante dure mucho más. Por otro lado y como su nombre indica, los antitranspirantes reducen la transpiración a través del clorhidrato de aluminio capaz de absorber la humedad. Una vez aplicado el producto en la superficie de la piel forma un film que regula la cantidad de sudor que segregan las glándulas. Este gel desaparece con el tiempo, debido a la eliminación natural de las células de la piel. Por su formulación los antitranspirantes son malos vehículos para las fragancias de ahí que no lleven perfume o en muy baja cantidad.
No sólo en verano
Aunque asociamos el uso de desodorantes y antitranspirantes al verano, lo cierto es que sudamos todo el año, a causa del estrés térmico y del estrés emocional. El estrés térmico se desencadena con el calor externo (las altas temperaturas, por ejemplo) o interno (cuando hacemos ejercicio). El estrés emocional es el provocado por las prisas, la presión en el trabajo, o una situación embarazosa. También nos hace sudar y se da principalmente en axilas y palmas de las manos. El sudor emocional se da en cualquier estación del año y es independiente del calor externo. Otras causas como el uso de tejidos sintéticos y una alimentación poco equilibrada incrementan la sudoración y el mal olor corporal.
Un truco para maximizar la efectividad de tu desodorante: utilízalo siembre sobre la axila limpia y seca.
Algunas propuestas para controlar el sudor
Deo Pure Natural Protect, de Biotherm. Desodorante orgánico que ofrece 24 horas de eficacia. Formulado sin sales de aluminio ni paravenos, respeta y protege la piel. Su fragancia es 100% natural. Su precio: 21.40€.
Deodorant Sensiive Skin, de Eucerin. Bálsamo desodorante en spray que regula el pH de las axilas y protege de los olores. No contiene alcohol ni perfumes, por lo que es adecuado para pieles sensibles. Su precio: 7€.
Invisible Black & White Clear, de Nivea. Nueva fórmula que reduce las manchas amarillentas y protege la ropa negra frente a las manchas blancas. Además de su sistema de protección contra las manchas, ofrece una sutil fragancia “Clear” elegante y natural, con toques florales, vegetales y notas acuáticas. Garantiza su acción durante 48 horas. Podemos encontrar este desodorante en un práctico formato viaje. Su precio: 2,99€ en spray y 1,19€ en formato viaje.
Quantum, de Rexona Men. Se adapta a los diferentes niveles de transpiración diarios, proporcionando seguridad y control en los momentos importantes. Protección asegurada contra el sudor que además consigue un efecto de hasta 48 horas. Su precio: 2,99€ (aerosol)
Men +Care Clean Comfort, de Dove. Ofrecen 48 horas de protección contra el sudor, al mismo tiempo que cuida la piel gracias a su formulación que incluye crema hidratante. Esta nueva fórmula presenta una triple acción para proteger las axilas: previene la pérdida de agua creando una capa protectora, atrapa el agua para mejorar la hidratación de la piel y aporta nutrientes esenciales. Además, sus microcápsulas de fragancia, se liberan con el movimiento aportando una sensación de frescor durante todo el día. Su precio: 2,39€ .
Desodorante Mineral Spray Desodorizante, de Corpore Sano. Desodorante formulado a base de minerales naturales. Ayuda a regular la sudoración y a evitar el mal olor creando una barrera protectora. No enmascara el olor sino que lo previene dejando una capa de minerales que mantienen el pH de la piel bajo, evitando la aparición de las bacterias que causan el mal olor. Su precio: 8,90€.
Deo Control Roll-on 24h, de Germaine de Capuccini. Desodorante de uso diario que regula la transpiración corporal frente a los cambios de actividad y neutraliza los olores durante 24 horas. Proporciona una acción calmante sobre las pieles sensibles, no irrita la piel ya que no contiene alcohol y no mancha. Su precio: 15€.
Hiperhidrosis: El sudor más que excesivo
Este problema que afecta entre un 0,5 y un 1% de la población consiste en un exagerado aumento de la sudoración en determinadas zonas del cuerpo especialmente en las manos, axilas y pies. La aplicación de toxina botulínica (botox) y la vídeo-toracoscopia son dos soluciones médicas para tratar el problema.
Toxina botulínica (botox). Es un tratamiento médico que consiste en infiltrar el producto directamente en la zona afectada por sudor excesivo, provocando una disminución de la actividad de las glándulas sudoríparas. Los resultados no son permanentes (duran de 6 a 12 meses) pero sí muy efectivos sobre todo a nivel axilar.