Antes de entrar de lleno en el verano es el momento de realizar una completa exfoliación corporal. La exfoliación es la eliminación de las capas más superficiales de la piel. Con ella se consigue que aparezca una piel nueva y brillante, libre de toxinas y células muertas. A punto, pues, para recibir los rayos del sol, con la protección adecuada, y broncearse uniformemente.
Te lo contamos.
El paso de una estación a otra suele ser un momento de cambio y adaptación para el organismo. Necesita cuidados especiales para conseguir hacer el tránsito sin arrastrar problemas producidos por la temporada anterior, así como para estar en plena forma frente a las nuevas condiciones climáticas. Para conseguirlo, uno de los rituales de belleza imprescindibles es la exfoliación. Y más al pasar de la efímera primavera al verano, ya que la piel suele estar dañada, seca y con áreas hiperqueratósicas (con durezas) o descamadas después de tantos meses tapada.
La exfoliación sirve para:
- limpia en profundidad la piel, eliminando la suciedad incrustada en los poros
- descama y elimina las células muertas, estimulando la regeneración celular
- contribuye a estimular la circulación venosa y de la linfa, con lo que favorece la eliminación de toxinas
- proporciona un masaje que tonifica y reaviva las funciones celulares de la piel y de todo el organismo
Para exfoliar la piel de todo el cuerpo podemos acudir a un centro de estética y disfrutar con un buen peeling. Pero también podemos realizar este tratamiento en casa, con los cosméticos y los complementos adecuados. ¡Y es de lo más gustoso!
La exfoliación puede realizarse de forma mecánica, es decir, eliminando las células muertas y toxinas por arrastre. Para ello podemos recurrir a diversos accesorios de baño, como la lima, el guante de lufa o de kessa, o la piedra pómez; o utilizar cosméticos que rascan y eliminan de esta forma las capas de piel superficial. Estos exfoliantes suelen contener gránulos más o menos grandes que, al frotarse sobre la piel, producen la descamación.
También podemos exfoliar la piel de forma química, utilizando cosméticos con ácidos como los AHA (alfahidroxiácidos) que queman estas capas externas. Cierto, las palabras quemar o rascar suenan extrañas y muy agresivas. No lo son si tanto los cosméticos como los accesorios se utilizan siguiendo sus indicaciones. Pero pueden llegar a serlo si se abusa de las exfoliaciones o se exfolia una piel delicada, dañada o sensible.
Las pieles secas, por ejemplo, aceptan mejor las exfoliaciones químicas, mientras que en las pieles grasas y acnéicas los exfoliantes mecánicos eliminan la suciedad de los poros con eficacia. De todas formas, hay que escoger bien el cosmético, ya que algunos gránulos son excesivamente grandes y pueden incrustarse en los poros abiertos, obturándolos.
Todo un ritual
Existen métodos tradicionales para realizar exfoliaciones corporales en casa, muy adecuados para llevar a cabo este ritual con cierta regularidad. Tanto el guante de crin como la lufa (esponja vegetal) son productos naturales de fibras finas, resistentes y suaves, que pueden ser utilizados en seco, antes de la ducha, o durante el baño. La piedra pómez, una roca de origen volcánico, es perfecta para las durezas de los pies, aunque aplicada en el resto del cuerpo puede dañar la piel. Lo mismo sucede con las limas de metal, que deben reservarse para las zonas queratósicas de los pies.
En pies, manos y otras zonas de piel gruesa, como los codos y rodillas, son adecuados cosméticos exfoliantes de gránulos grandes como los realizados con sales o con azúcares que, además, suelen tener ingredientes hidratantes y nutritivos como aceites y mantecas. En cambio, para el resto del cuerpo este tipo de exfoliantes puede ser demasiado agresivo y producir pequeñas heridas en la piel, por lo que es más conveniente escoger exfoliantes de gránulos pequeños o que combinen acción mecánica y química. Muchos de éstos suelen aplicarse como si fueran jabones de ducha.
El mejor momento para realizar una exfoliación es por la mañana, ya que es muy tonificante. Después, hay que aplicar siempre un cosmético hidratante o nutritivo, ya que tras la exfoliación la piel la piel está más permeable a agentes externos, por lo que hay que protegerla por un lado y aprovechar para aportarle nutrientes y agua, ya que absorbe mejor cualquier tratamiento.
Aunque a menudo se afirma que es bueno exfoliar la piel una vez por semana, hay que tener mucho cuidado con las exfoliaciones y no hacerlas de forma frecuente. No hay que olvidar que se eliminan capas de piel. Por eso, aunque la nueva aparezca rosada y brillante, rejuvenecida, en el fondo hemos realizado una agresión a la piel al eliminar sus capas superficiales. Si esto se realiza con mucha frecuencia puede quedar desprotegida frente a otros agentes agresivos. O puede reaccionar engrosándose y secándose, con lo que en lugar de estar suave y fina la encontraremos dura, seca y con zonas hiperqueratósicas (con callosidades y durezas). Por ello es mejor ser cauto con las exfoliaciones y reservarlas a los cambios de temporada y a aquellos momentos en que la piel lo necesite realmente.
En caso de duda, lo correcto es consultar con el dermatólogo cuáles son las necesidades de la piel y qué tipo de cosmético se adapta mejor a ellas.
Una buena exfoliación en cuatro pasos
- Empezar la exfoliación con un cosmético o un método tradicional (lufa, guante de crin…) por los pies, con movimientos circulares, y seguir ascendiendo por tobillos y piernas. Pasar a las manos, brazos y hombros y bajar por la espalda. Subir por el torso hasta el corazón
- Después de exfoliar el cuerpo, tanto si se ha realizado en seco como bajo la ducha, tomar una ducha un punto fría para eliminar restos y activar aún más la circulación
- Secarse con la toalla sin frotar, con ligeras presiones
- Hidratar todo el cuerpo con un cosmético específico al tipo de piel, las necesidades o gustos personales
Recurre a ellos
♥ Gommage Descomask de Thalgo. Exfoliante para ducha o baño que limpia la piel delicadamente; contiene micro-gránulos de polietileno que eliminan las células muertas y la suciedad, ruscus (esti,mula la circulación, tonifica y refuerza la pared de los vasos sanguíneos), malva (calmante) y un alga roja (chondrus crispus), hidratante y calmante. 37,90 €. En centros de estética y spas
♥ Rub Rub Rub de Lush. Gel de ducha exfoliante y refrescante con sal de mar (purificante, remineralizante), un toque de jugo de limón (astringente, purificante) y aroma a mimosa, puede usarse en todo el cuerpo, e incluso como champú. 330 gr. 11,25 €
♥ Gel Exfoliante de Cuerpo Regenerador de Keims. Exfoliante que contiene té rojo (antioxidante, reafirmante, activa la circulación), mimosa (calmante y regenerador celular), rosa mosqueta (sus semillas enteras ejercen de partículas de arrastre) y ámbar, joya semi-preciosa de origen vegetal que se asocia con la salud, la felicidad y el sol y cuyos finos granos exfolian con suavidad. 16,40 €
♥ Basic Corps Bath Exfoliant de Montibello. Gel de baño exfoliante que limpia y tonifica la piel mediante un suave efecto abrasivo, con aceites esenciales tonificantes y estimulantes de menta y naranja, tensioactivos que eliminan la suciedad respetando el equilibrio de la piel, un polímero acondicionador que suaviza, cuida e hidrata, y micropartículas de polietileno no absorbibles exfoliantes. 200 ml 21,55 €. En centros de estética