Tierra y agua, dos de los elementos más importantes de la vida, se combinan en los tratamientos que se realizan con arcillas y barros y que tienen multitud de aplicaciones saludables. Articulaciones y músculos doloridos o en tensión, pieles grasas, desvitalizadas o intoxicadas, situaciones de estrés y cansancio pueden ser tratados con éxito con emplastes y envolturas.
Los tratamientos con arcillas y barros se denominan geoterapia (de geo, tierra en griego, y terapia, curación) o peloides (pelos significa barro en griego). Los peloides son los lodos o sedimentación de las aguas y están constituidos por una mezcla sólida de componentes orgánicos e inorgánicos y otra líquida de agua que puede ser mineromedicinal, de manantial o de mar.
La arcilla tiene un gran poder depurativo, astringente y antiinflamatorio, por lo que es perfecta para combatir afecciones de la piel como el acné o las pieles grasas. Es eficaz para aliviar procesos reumáticos y situaciones de estrés, ya que elimina toxinas, estimula el metabolismo cutáneo y favorece la producción y el equilibrio hormonal.
No hay que confundir la arcilla con el barro o lodo, que suele provenir del mar y es rico en sales y activos procedentes de los microorganismos marinos y las algas. Sin embargo, como a menudo se utilizan ambos para depurar y desinfiltrar, se suele generalizar y denominarlos en conjunto ‘barros’. El barro o lodo suele usarse templado o caliente, mientras que la arcilla se utiliza preferentemente fría.
Existen diversos tipos de arcilla con indicaciones terapéuticas diferentes:
- La arcilla blanca o caolín forma parte de numerosas fórmulas cosméticas para pieles grasas, así como de cosméticos desinfectantes, purificantes y exfoliantes. Es muy pura y se utiliza para tratar la psoriasis. Se puede tomar ingerida para combatir la úlcera estomacal, la acidez o la gastritis.
- La arcilla roja, amarilla y verde contiene óxidos de hierro y es perfecta para usarse en exfoliaciones (peelings) y en el tratamiento de las pieles grasas. Su alto contenido en minerales (aluminio, calcio, sodio, potasio, silicio, magnesio y titanio en partículas pequeñísimas) hace que sea muy apropiada en casos de estrés, cansancio, astenia e incluso depresión, ya que aplicada sobre la piel consigue remineralizarla, por lo que es muy adecuada para pieles desvitalizadas o deshidratadas, así como para eliminar líquidos.
Por dentro y por fuera
La arcilla es usada con fines curativos tanto aplicada sobre la piel (de forma tópica) como ingerida con agua. Si se aplica externamente, absorbe las impurezas de la piel y el calor, por lo que los emplastos fríos de arcilla se utilizan para aliviar dolores inflamatorios crónicos, así como quemaduras y picaduras. Se afirma que la arcilla debe aplicarse fría sobre ‘zonas calientes’, es decir, sobre la piel caliente, inflamada y congestionada; y caliente cuando la situación es ‘fría’, o sea, cuando se trata de estimular o tonificar un órgano que no funciona o está débil, por lo que hay que sacarla antes de que se enfríe.
La arcilla para ingerir es un cóctel de minerales, especialmente sílice, y se utiliza para eliminar toxinas a través de la orina, evitar la acumulación de grasa en el sistema circulatorio. reforzar las articulaciones y neutralizar la acidez, aunque para usarla de esta forma es mejor consultar a un médico naturista que nos aconseje.
Hazlo en casa
Es relativamente sencillo utilizar arcilla en nuestra vida cotidiana para solucionar pequeños problemas de salud. La medicina natural recurre a la arcilla por sus propiedades de absorción y cicatrización, especialmente aplicada sobre lesiones inflamadas o infectadas, como cortes, arañazos o rasguños.
Siempre que queramos usar arcilla para realizar curas debemos dirigirnos a un centro especializado, como una tienda de dietética, una herboristería o una farmacia, y comprar arcilla estéril, es decir, sin contaminación bacteriana. La arcilla se vende en polvo y debe mantenerse seca y bien tapada hasta el momento de usarla, en que la mezclaremos con agua en un cuenco de cristal o madera, con una espátula también de madera. Podemos aplicar la arcilla directamente sobre la piel, en una capa de un centímetro de grosor más o menos, y dejarla un rato (una hora), cubriéndola con una gasa si es necesario. También puede empaparse una gasa o un paño de algodón en una mezcla de agua y arcilla y aplicarla así sobre la piel. La arcilla usada debe tirarse siempre.
Una forma aún más fácil de usarla es añadir arcilla al agua de baño. Como ya hemos dicho, es desintoxicante y mineralizante, por lo que los baños de arcilla contribuyen a desinfiltrar y eliminar toxinas y agua, a la vez que aportan minerales a la piel.
Hora de depurarse
Un buen envolvimiento de arcilla hace que todas las impurezas del la piel salgan de nuestro cuerpo y, con ellas la tensión, el cansancio y la sensación de hinchazón que nos acompaña a menudo. Por eso este es un buen momento para realizar una cura depurativa, con dieta incluida, que elimine toxinas y deshechos y nos deje como nuevas. La arcilla puede ayudarnos a estimular esta eliminación.
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♦ Mascarilla-Crema Purificante Suave de Nuxe. Mascarilla para pieles sensibles que clarifica y limpia en profundidad, con caolín (purifica, absorbe las impurezas y el exceso de grasa y cierra los poros), agua floral de romero (clarifica, descongestiona, purifica y cierra poros gracias a su poder astringente) y polvo de arroz (matifica el cutis y deja un acabado sedoso), para rostro y cuello. 50 ml 21,90 €
♦ Rare Earth Deep Pore Daily Cleanser de Kielh’s. Limpiador de uso diario con una fórmula ligeramente espumosa que limpia en profundidad y purifica el cutis, con barro blanco del amazonas que ayuda a reducir los poros, exfolia suavemente. 150ml 18 €