Ganadores del concurso Diesel de relatos breves

Only the Brave y Loverdose, de Diesel
Only the Brave y Loverdose, de Diesel

Ya tenemos el nombre de los cinco ganadores de los relatos sobre amor y desamor. Tenemos que reconocer que nos ha costado mucho escoger entre todos los relatos recibidos y queremos daros las gracias por vuestra participación.

Como sabéis, los cinco autores de los textos ganadores recibirán un lote con las fragancias Loverdose y Only the Brave, ambas de Diesel. Dos fragancias que tanto en sus frascos como en sus aromas visualizan la explosión de matices que provoca el amor, desde el más intenso hasta el más tenue, desde el enfado más visceral a la reconciliación más tierna.

Y ahora, sin más dilación… ¡el nombre de los ganadores!

¡muchísimas felicidades!

Los ganadores recibirán en su correo electrónico una notificación solicitando los datos personales para el envío de las fragancias.

Y todos los demás estad atentos: el próximo lunes os presentaremos un nuevo reto.

Estos son los textos ganadores:

MC PG

Mi historia va en clave de música. Vereis,

“Era un pueblo con mar, una noche después de un concierto…”.

Ese pueblo con mar está en el norte, en Asturias , y por aquél entonces yo estaba haciendo prácticas en una farmacia y ella era monitora de un campamento. de verano que justo había acabado ese domingo por la tarde.
Nos conocimos después del concierto, en una queimada que organizaban para despedirse y al que invitaron a algunos amigos entre los que estaba mi jefa y a la que yo me autoinvité porque andaba bastante aburrida.
La cuestión es que desde aquel día nos hicimos inseparable. Ella pasó el resto del verano yendo y viniendo hasta que yo acabé las prácticas y en septiembre alquilamos un apartamento juntas. Acabamos el curso en junio, ambas nos licenciamos y en dos meses habíamos conseguido trabajo ¡qué años aquellos! así que nos planteamos “formalizar” la relación. Y, desde ese momento, supongo que tendría que pasar, las cosas empezaron a cambiar. Trabajábamos mucho, seguíamos siendo muy independientes, conocimos mucha gente, viajábamos y poco a poco nos fuimos alejando.
Como decía Sabina:
“De sobras sabes que eres la primera,
que no miento si juro que daría
por ti la vida entera,
por ti la vida entera;
y, sin embargo, un rato, cada día,
ya ves, te engañaría
con cualquiera,
te cambiaría por cualquiera…”

Y terminamos sintiendonos fatal una en compañía de la otra, cada vez más lejos, cada vez más tristes.. parafraseando a Ricardo Arjona:

“Son iguales los defectos que hoy me tiras en la cara,
Y al principio eran perfectos.

Vamos aclarando el panorama,
Que hay pingüinos en la cama,
Por el hielo que provocas,
Si hace más de un mes que no me tocas,
Ni te dejas sobornar por este beso escurridizo,
Que busca el cielo y encuentra el piso..”

Y la relación se acabó después de casi tres años.
Pasamos bastantes meses sin vernos y nos reencontramos unas Navidades por pura casualidad en la fila del cine. Creo que a las dos nos hizo ilusión y quedamos para tomar algo a la salida. Hablamos, hablamos, hablamos… y nos dimos cuenta de que estábamos bien como estábamos, que no había sido un error terminar la relación igual que no lo fue empezarla. Cerramos bien nuestra historia y decidimos que salvo que nos juntara el azar no íbamos a forzar una relación de amistad ni nada parecido, así que hace años que no tenemos contacto y eso está muy bien. También hay que dejar que las relaciones terminen… es muy sano.

Y en nuestro caso la última convresación fue muy parecida a lo que dice Kevin Johansen en “Desde que te perdí”:

“Las cosas no andaban bien,
nada me salía,
mi vida era un túnel sin salida, pero…

Desde que perdí,
se están enamorando todas de mí,
y hasta algunas me quieren convencer
que con ellas podría ser feliz,

Desde que te perdí,
las puertas se me abren de par en par,
se me abrió hasta la puerta de Alcalá,
y yo aproveho cada oportunidad…

Desde que te perdí,
nunca tuve tal libertad,
desde que te perdí
no me importa nada de nada.

Desde que te perdí,
la vida me sonríe sin cesar,
tengo trabajo y mucha estabilidad
y hasta he trepado en la escala social.

Desde que te perdí,
hago lo que me da la gana,
Desde que te perdí
ya no tengo ganas de nada.

Desde que te perdí,
tomamos unas cañas por ahí,
me dices que no es lo mismo sin mi,
que ahora también eres mucho más feliz.

Desde que te perdí,
desde que me perdiste

Desde que te perdí…”

Ángeles Sánchez Sicilia

Mi historia comenzó en un marco maravilloso, un Teatro, aquella mañana acudí al encuentro con los actores de la obra y allí estaba el, describiendo su papel a todos los que como público acudimos a la entrevista previa a la representación, se me quedó mirando fijamente desde el principio, algo llevó su mirada a la mia hasta que, inevitablemente se cruzaron, luego vinieron las preguntas y cuando me tocó el turno y me respondió me puse tan colorada que hasta notó como me ruborizaba. Una vez terminó la rueda de prensa ni siquiera me atreví a pedirle un autógrafo, mucho menos a sacar mi cámara del bolso y fotografiarme con el y, me fuí para mi casa, pero, una semana después le vi actuar en otro Teatro y ahí si, me estaba esperando al final de la actuación, me saqué la foto, y, bueno, tampoco me atreví a cruzar palabras, hasta que un día que el estaba fuera de mi ciudad le di las gracias por el facebook y me contestó inmediatamente, ¡¡¡gracias guapa!!!, le dije, no, gracias a ti por prestarte a sacarte una foto con una desconocida, y, bueno, me dijo que iba a estar por ahí, escribiéndome, y, entablamos una larga amistad, un día incluso le envié un obsequio personal que recibió muy alegremente y hace unos meses me pidió la dirección para enviarme una tontería, ese regalo nunca me llegó y al cabo de un mes me escribe diciéndome que por causas del destino correos se lo había enviado devuelto a su casa y, bueno, pensó que yo se lo había regresado y se enfadó conmigo. Me costó muchas lineas y mensajes hacerle entender que yo no era capaz de algo así, que estaba ilusionadísima con su regalo y que me hubiera encantado recibirlo. Bueno, así terminó la historia, ya hasta se le quitó el enfado y está de gira, probablamente vuelva a España en Mayo con la nueva obra de Teatro y ahí si, me dice que estará esperándome para verle actuar y, como no, darme ese beso y abrazo pendientes.

Nuria

Cuando tenía veintipocos me encantaban los guiris (rubitos, altos, delgaditos y tostados al sol) , soñaba con acabar con uno y vivir una historia romántica volando de un país a otro. Finalmente, en una fiesta de erasmus (me apuntaba a todas en el afán de conseguir a mi extranjero), conocí a a un alemán de esos de anuncio y acento “suban-estrujen-bajen” y caí locamente rendida a sus encantos germanos. Era guapo, caballeroso, inteligente y ¡pelín cabronazo! porque aunque empezamos a salir, ¡le encantaba dar coba a muchas de las lagartas que se le acercaban!, frente a lo cual yo era un hervidero de celos, ¡me hervía la sangre!. Pasaba el tiempo y mi mejor amigo, me advertía una y otra vez que ese rubiales no era para mí, que yo me merecía algo mejor. Al principio no hacía mucho caso a sus palabras (estaba totalmente cegada y, debo reconocerlo, pelín obsesionada) e incluso llegué a enfadarme con él porque no quería ver lo evidente: ¡¡el guiri era un Casanova!!. Finalmente, y con mucho esfuerzo, le mandé a paseo (¡bien por mí!). Lo pasé mal al principio porque me dejó la autoestima por los suelos, ¡me sentía una Bridget Jones en potencia! pero, conseguí salir, volver a mi positivismo y volver a enamorarme gracias a esa persona que siempre estuvo ahí, en silencio, aguantando mis lloriqueos y paranoias: mi mejor amigo, aquel que una noche después de una sesión de cine, me dijo que yo era perfecta y que siempre me había querido. Ya han pasado 5 años de esta historia y seguimos juntos. No me arrepiento de nada, gracias a esta historia estamos juntos y ¡espero que para siempre!.

Saioa

Cuenta la leyenda que en un mundo no tan lejano y tampoco tan fantasioso, existía una mujer que embelesaba a los hombres con su esencia fémina y sensual, pero también con su inteligencia.No hablamos de Cleopatra sino de Loverdose. Era tal su arrebatadora esencia que todos aquellos que llegaban a poder estar cerca concebían en su interior algo que hasta entonces era desconocido provocando pasiones, que dificilmente, eran controladas. No obstante, y a pesar de ser inumerables los hombres que se perdían a sus interiores encantos, nadie la amaba tan exacerbadamente como Brave. Comenzaron una relación, pero Loverdose elegía a veces perderse en el capricho de coquetear con aquellos otros que desahogadamente sucumbían a sus encantos y romper esporadicamente sus relaciones con Brave, para así, conocer otros amores. Brave, era un tipo duro, de aquellos que su físico, virilidad y lealtad hace que las mujeres piensen en una relación duradera. Se peleó con Loverdose, no podía aguantar sus coqueteos, sus escarceos amorosos y su falta de compromiso, algo tan vital en una pareja. Loverdose, dio preponderancia a la diversión al amor y destrozó muchos, muchos corazones.Finalmente, pasó el tiempo y Loverdose se dio cuenta de que la algarabía del coqueteo era efímera en sentimiento y que necesitaba ser realmente amada, sucumbió a la desesperación y en su tristeza se aisló en un mundo de cristal. Sólo aquel que la amara realmente podría vivir en su mundo de cristal y compartir su vida fielmente con ella. Muchos lo intentaron, pero sólo uno lo consiguió, sólo Brave. Furioso de ira con el estado de su siempre amada, sacó su fuerza interior, sus desbocados sentimientos y pegando con el puño en la mesa, jurando que Loverdose sería siempre suya, consiguió el tan anhelado deseo de vivir eternamente con su amada en un mundo de cristal, for ever.

Mimi

Una historia con nombre de fragancia.

Nos conocíamos desde hacía años, sin embargo no lo “vi ” hasta aquella tarde. Teníamos una relación cordial aunque para mí, sencillamente no era nadie en particular. Ese mismo día, por la mañana, entré en la perfumería del barrio y probé un perfume distinto al que uso desde hace años. Empolvado, elegante y dulce. Así catalogué ese nuevo aroma. Horas más tarde me reuní con mis amigos, él también estaba allí. Alguién me dijo: “-¡Qué bien hueles!.- Y antes de que yo pudiera contestar él se anticipó y contestó: “-¡Sí pero no es la suya…”. Le miré, sorprendida por su respuesta pero él pareciá estar distraído con su copa en la mano, como si lo que acababa de decir no fuera importante. Sí lo fue para mí. ¿Cómo sabía que no era mi fragancia habitual; cómo se había dado cuenta de que yo esa tarde llevaba un perfume distinto? Me extrañó su respuesta pero lo realmente extraño, es que yo acabé por comprarme sin saber el motivo, aquella nueva fragancia días después.

Volvió a pasar el tiempo. Llego la Navidad. Comidas, cenas y cañitas con los amigos. En una de esas volvimos a coincidir. Ninguno de los dos se acercó al otro. Yo, y no por casualidad, llevaba aquella nueva esencia en mi piel que asociaba con su nombre por alguna razón. La cena no dio para mucho y decidí marcharme. En cierto modo me sentía defraudada; enfadada conmigo misma. ¿Por qué? Y entonces lo entendí. “No se puede ser más boba, me dije”. Había pasado absolutamente invisible ante sus ojos. !Fracaso total.! Antes de llegar a casa, miré mi móvil. Tenía un mensaje. Era él. No sé si fueron las copas o esa pseudofelicidad que todo el mundo siente por esas fechas. Decía: “-¿Por qué te has ido?. Echo de menos tu perfume, y a ti”.

Fue así, con ese gesto simple y cotidiano de perfumarme como entró en mi vida.

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