Sí, lo sabemos, el día en que publicamos esta entrada es lunes, tenemos por delante una larga (y fría) semana repleta de compromisos y aún falta más de un mes para las vacaciones de Semana Santa. Por eso creemos que es el momento perfecto para realizar lo que ahora llaman un Kit-Kat y antes se llamaba, simplemente, una pausa. ¿Sabes como? con un buen masaje, sin ninguna duda ¡te lo mereces!
El equilibrio físico y mental es imprescindible para una vida más fácil. El masaje libera las tensiones corporales y/o espirituales de forma sana y natural, sin causar molestia alguna durante su práctica, si te pones en manos de un(a) profesional. Quien lo prueba, sin duda alguna repite.
Tanto niños como mayores, hombres o mujeres, deportistas o ejecutivos, pueden beneficiarse y disfrutar del poder curativo del masaje, una verdadera unión de dos energías sin que medie la palabra. Así es, el masaje es una maravillosa forma de comunicación sin palabras. Y con el lenguaje del tacto, el masajista ayuda a liberarnos del estrés, relajar los músculos tensos y doloridos y aliviar dolores de cabeza y problemas relacionados con el sueño.
Además, el masaje es vigorizante, es decir, favorece el funcionamiento de muchos sistemas corporales, mejora el estado de salud y tonifica los músculos.
El masajista trata las zonas silenciosas del cuerpo para consolidar la unidad psicosomática de la persona. De esta forma, los gestos del masajista permiten a quien los recibe abandonar el rígido conformismo que normalmente bloquea la naturaleza.
Las respuestas de nuestro organismo
El conjunto de las técnicas manipuladoras actúan sobre nuestro cuerpo. No importa la metodología en que se inspiren: oriental u occidental, estética, terapéutica, deportiva. Todas tienen siempre un efecto directo, pero también otro indirecto (o reflejo), que actúa sobre la fisiología, el equilibrio energético o las condiciones psicológicas.
De este modo, las técnicas de masaje encuentran su validez y justificación en la llamada “cadena de respuestas”, es decir, en el reflejo. Los masajes definidos como reflexógenos son estrategias más específicas de la respuesta general del reflejo.
No debemos olvidar que toda estimulación cutánea, desde una caricia a una bofetada, produce respuestas en nuestro organismo. En definitiva, el masaje (estímulo) pone en movimiento (respuesta) funciones biológicas controladas por el sistema nervioso, desde el vegetativo al neuro-humoral-endocrino.
¿Qué masaje elegir?
Deja la elección al profesional: el conocimiento de tus problemas estéticos y de tu personalidad le guiarán en la elección del masaje.
La aplicación de las distintas técnicas depende de las orientaciones del masajista, su preparación específica, su sensibilidad, la pluralidad de sus conocimientos y el entusiasmo con el que practica el masaje.
Es cierto que existen aparatos adecuados para estimular, relajar o dar energía a determinadas zonas cutáneas o musculares, pero no hay nada que pueda sustituir a dos manos sabias, dispuestas a dar respuesta a las necesidades de nuestro cuerpo.
Tu también puedes hacer un masaje
Si lo deseas también pueden realizarte o tu puedes realizar un masaje, pero en ese caso debe ser más próximo a una caricia, un masaje muy superficial y relajante.
Según Maialen Araolaza, masajista de la selección española de balonmano, antes del masaje tienes que impregnar tus manos con unas gotas de aceite corporal para que las manos y los dedos se muevan con mayor facilidad sin molestas fricciones. También recuerda que los movimientos deben ser ligeros, como suaves friegas. Apretar demasiado, presionar o realizar movimientos bruscos sólo puede llevar a una posible lesión.
- En las cervicales el movimiento es de una friega superficial utilizando los dedos en forma oblicua (no perpendicular)
- En la zona dorsal se trabaja muy bien con la palma de la mano de arriba hacia abajo a lo largo de la columna y después con la punta de los dedos realizando movimientos rotatorios, con los dedos también perpendiculares, a los lados de ésta, primero con las dos manos en un lado en lado y después en el otro lado
- En la zona lumbar el momiento es idéntico que en la zona dorsal
Cuando encontramos una zona tensa, no tienes que apretar sino insistir con movimientos rotatorios y la punta de los dedos mientras que la persona que recibe el masaje deja ir el aire lentamente para una mayor relajación.
¿Es siempre beneficioso el masaje?
A pesar de todo hay ocasiones en las que no es conveniente el masaje. Eso es si se dan las siguientes afecciones: afecciones cardíacas, presión arterial alta, infecciones víricas o bacterianas, nauseas o dolor abdominal, temperatura o fiebre, heridas abiertas o infecciones cutáneas, cáncer o estados post-operatorios.
Las mujeres embarazadas también tienen que tener ciertos cuidados durante los masajes y evitar, por ejemplo, los energizantes o los realizados en bañeras de hidromasaje.
Asimismo, cuando existen fuertes dolores de espalda, que pueden estar causados por problemas médicos en la columna, el masaje es perjudicial, especialmente si existen dolores punzantes en otros miembros.
Si tiene alguna duda, cualquiera que sea, debería consultarlo primero con el médico.
Cuando llegue el verano, huye de masajes realizados en la playa por personas no experimentadas. Además de que te pueden ocasionar una lesión importante, utilizan aceites de dudosa calidad y nunca se lavan las manos, por lo que pueden contagiar afecciones cutáneas