Las estrías son un problema cutáneo de difícil solución que suele esconderse de los rayos del sol. Por varios motivos: porque se consideran antiestéticas, ya que la piel en esta zona está más flácida y de color rosado, violáceo o blanquecino, según sean recientes o antiguas; y porque al broncearse la piel aún resalta más el color de la estría, por lo que se suele creer que empeora su estado.
Pero, ¿es cierto que el sol es malo para las estrías? ¿Debemos esconderlas?
Te lo contamos.
La respuesta a estas preguntas es que depende del estado de la estría. Las estrías son las marcas visibles del rompimiento de las fibras elásticas de la piel debido a que ésta debe estirarse en exceso y tiene un límite. La piel no puede soportar una gran tensión y se rompe. Cuando se forma, la estría está roja o rosada, muy sensible, y no es conveniente que le toque el sol. El tejido de la estría no es como el resto de la piel y, por tanto, no cuenta con las defensas de ésta frente al sol: no puede broncearse y, por tanto, puede quemarse.
En una segunda fase, la piel de la estría queda blanca, es una cicatriz porque el tejido está ya roto. Y entonces no le pasa nada si le da el sol. El único problema es que se verá más porque no se pondrá morena como el resto de la piel. Por tanto, sí se pueden exponer las estrías blancas al sol, aunque es conveniente utilizar una protección solar de factor alto o muy alto (entre 30 y 50 SPF), ya que es un tejido que no tiene las mismas defensas que el resto de la piel.
Los especialistas coinciden en que la mejor forma de combatirlas es prevenirlas hidratando la piel a diario. Esto permite que se mantenga sana y elástica. Sin embargo, a menudo aparecen estas marcas pese a los cuidados. Se calcula que las estrías afectan al 61,8% de las mujeres, especialmente las jóvenes. La razón es que aparecen básicamente durante la pubertad y el embarazo (el 90% de las embarazadas tiene riesgo de desarrollar estrías), aunque también las variaciones de peso pueden producirlas. En todos estos procesos se producen alteraciones de las fibras de colágeno y elastina, tanto por los propios procesos hormonales (los niveles elevados de gestágenos, las hormonas del embarazo, inhiben la formación de colágeno) como por los estiramientos que sufre la piel debido al cambio de volumen y peso. Las zonas más frecuentes de aparición son el abdomen, los muslos, las caderas, los pechos y los glúteos. Y aunque algunos hombres también presentan estrías, debido sobre todo a cambios de peso y volumen, no son un grupo significativo.
Cuanto más reciente es una estría, más fácil es eliminarla. Al principio su color rosa indica que la dermis aún tiene aporte sanguíneo y, por tanto, puede regenerarse. Aún así, lo cierto es que la mayoría de estrías no se regeneran totalmente ya que es un tejido roto. Pero puede regenerarse un 80%, que ya es mucho. Es importante actuar sobre ellas en las fases iniciales, cuando la piel se está regenerando.
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