Uno de los obsequios más repetidos durante las fiestas navideñas es el perfume. Por eso hoy dedicamos nuestra atención a cómo conseguir que tu perfume dure más tiempo sobre tu piel y te explicamos cuáles son las zonas más adecuadas para ser pulverizar el perfume y por qué no debes frotar tus muñecas al utilizarlo, una costumbre muy habitual…
Piel seca y perfume
Sabemos que un mismo perfume no huele igual en todas las personas. Pero también puede suceder que el mismo perfume en la misma mujer (o el mismo hombre) unas veces huela más que otras. El motivo es el grado de hidratación de la piel.
Una piel bien hidratada está perfectamente preparada para que el perfume deje ir su halo de fragancia mucho mejor que en una piel seca, por eso el perfume durará más si lo utilizas después de ducharte e hidratar tu piel.
Si no dispones de la crema hidratante de la misma línea, te ofrecemos un truquito, para el que necesitarás una hidratante corporal sin perfume. El truco es muy sencillo: pon en tu mano la cantidad de crema hidratante neutra que vayas a utilizar para tu cuerpo. A continuación pulverízala con tu fragancia y mézclala. Ahora sólo tienes que tasajear tu cuerpo con la crema hidratante. Si es necesario repite la operación.
Otra forma de hacer que el perfume dure más es aplicando diferentes capas de perfume. Si dispones de toda la línea asociada a la fragancia (gel de baño, hidratante, desodorante y fragancia) y quieres arreglarte «para salir a triunfar» ¡adelante», pero si no, ¡cuidado! puedes pasarte y tu fragancia puede convertirse en ofensiva para quienes te rodean por demasiado intensa.
Zonas calientes para el perfume
La piel es el mejor soporte del perfume, aunque hay ciertas partes del cuerpo que son más adecuadas que otras debido a que éste necesita calor para desprender todos sus aromas. Esas zonas calientes, son aquellas donde palpita la sangre: en los pliegues del cuello, detrás de las orejas y en las muñecas. La aplicación será todavía más eficaz si vaporizas las zonas un poco húmedas y cálidas, como sienes, cuello y nuca, entre los senos, ingles, tobillos, huecos de los riñones, sobre el ombligo, pliegue interno de los codos y rodillas, etc. De esta forma, las moléculas olorosas se desarrollarán armoniosamente y, sobre todo, durarán más.
Una de las grandes preocupaciones con respecto al perfume y la piel es la posibilidad que éste la manche, sin embargo ya no sucede. Uno de los elementos que la manchaba era el aceite esencial de bergamota natural, pero hoy en día se trata previamente para evitar problemas de fotosensibilidad. Lo que sí pueden manchar es la ropa, sobre todo si el perfume tiene un color intenso, por eso es mejor no aplicarlo sobre tejidos blancos o claros.
No frotes las muñecas después de perfumarlas
Se trata de una costumbre muy arraigada entre hombres y mujeres. Cuando te regalan una fragancia o la quieres probar tiendes a pulverizarla sobre tu muñeca y frotarla con la otra. ¡Eso es un error! No solo provocaremos que las notas olfativas del perfume se evaporen antes sino que además reaccionarán de forma diferente en nuestra piel. Si percibimos el olor de una fragancia es porque se evapora en contacto con tu piel. Si en lugar de dejar que curse su proceso natural y que las moléculas del perfume se liberen de forma gradual, frotamos nuestras muñecas, elevando su temperatura, conseguiremos que la fragancia se evapore más rápidamente y te pierdas, por ejemplo las notas de salida, que desaparecerán casi instantáneamente. Tras pulverizar tu fragancia, deja que ésta se seque por si sola. La experiencia será más placentera…