Además de su faceta sensorial y lúdica, los perfumes tienen la capacidad de cambiar o potenciar nuestros sentimientos. Son capaces de estimular el cerebro como lo haría el chocolate o un cigarrillo. Este potencial es estudiado hoy en aromacología, una ciencia que nació en 1982 y que cada vez nos aporta más datos sobre el interesante mundo de las fragancias. El olor va directamente a la “parte emocional” del cerebro sin pasar por la parte analítica del mismo. Tristeza, rabia, alegría o miedo pueden potenciarse o rebajarse con determinados aromas. Un tema interesante que va a seguir potenciándose en un futuro por parte de los fabricantes de perfumes, especialistas que saben muy bien cómo llegar a los resortes de las emociones con flores, especias y frutas de siempre o de lo más exótico.
El lenguaje de los aromas
¿Qué nos comunican determinadas flores? ¿Qué nos hacen sentir algunas especias o frutas? ¿A dónde pueden llegar los aromas reconstruidos e inventados en el laboratorio? Las respuestas nos las irá dando la aromacología a medida que avance en su estudio. Por ahora, muchas cosas que conocemos provienen de la sabiduría popular y de otras culturas. Por ejemplo sabemos que en oriente las mujeres utilizan el naranjo margo o nerolí en sus senos durante el periodo de lactancia. Las mismas madres calman el dolor que sienten los niños cuando les salen las primeros dientes con el mismo aroma. Los expertos deducen pues que este es un aroma que nos hace sentir protegidos Para los chinos, el jazmín, “rey del perfume”, simboliza la dulzura femenina. La mandarina, se asocia a la alegría. La salvia y el laurel aportan fuerza, valor y estabilidad.
Iguales pero diferentes
Nuestra reacción ante un determinado olor también forma parte de un contexto cultural. Esto hace que, por suerte, no todos reaccionemos igual ante los mismos olores. Pero sí nos unen los aromas que quedan grabados en nuestra mente, sobre todo en la infancia, cuando nuestra nariz está más “abierta” y menos “contaminada”. El olor es el primer sentido utilizado por el bebé capaz de diferenciar al tercer día de su nacimiento el olor de su madre. Es por eso que algunos especialistas recomiendan a las mamás que no varíen su perfume al menos en los 6 primeros meses de vida del niño, para no “desorientarlo”.
Los primeros olores suelen grabarse para siempre. Es el caso de la vainilla o canela, especias utilizadas en perfumería ya que se asocian a recuerdos felices de la infancia.
Chance Eau Tendre, de Chanel. Es un perfume floral-afrutado concebido como una poesía olfativa. Una salida tierna, con notas dulces y aciduladas, redondas y femeninas. En el corazón de la composición, la delicadeza del jazmín se entremezcla con la elegancia envolvente de las notas de almizcle blanco. El acorde de pomelo-membrillo perfuma la constelación con sus notas verdes y vibrantes. Pero esta no es la única propuesta de Chance. También existe la versión clásica de Chance y Eau Fraîche. El precio de cada una: 55€/35ml (Edición efímera a la venta a partir del 3 de febrero)
Tous Sensual Touch y Tous Touch, de Tous. La primera es una fragancia de la familia olfativa Oriental Floral sus notas de salida son toronja (pomelo), hojas de violeta y bayas rojas; las de corazón son jazmín, flor de tiaré y orquídea; por último las de fondo son pachulí, benjuí y vainilla. La segunda es un perfume floral-afrutado inspirado en la coloección Duna de Tous, con una lujosa presentación. Pensada para una mujer libre, un poco trangresora, amante de la naturaleza salvaje, elegante, seducida por el misterio , romántica, moderna… para ella el oro es sinónimo de complicidad. Su precio: