Cinco, uno, dos, diecinueve, veintidós, 1916, 4711… Son algunos de los muchos números utilizados para dar nombre a un perfume. Quizá el más mítico y conocido es el Nº5 de Chanel, creado en 1921 y que sigue siendo el perfume más vendido del mundo. Pero hay muchos más. Te los contamos…
Es sabida la historia de que fue mademoiselle Coco Chanel quien decidió dar el nombre de Nº5 al perfume que iba a lanzar al mercado por ser justo la quinta fórmula que le ofrecían para escoger su nueva fragancia. Aseguraba que el cinco le traía suerte y mostraba siempre sus colecciones de moda en día cinco. En vista del éxito, la maison es una de las casa que más ha utilizado los números para dar nombre a sus perfumes, como el Nº 19, fecha del nacimiento de Coco y aparecido poco antes de su muerte en 1970; el menos conocido Nº 22, año en que se lanzó este perfume; o el Nº18, número de la Place Vendôme que ocupa la joyería de la marca, frente al Ritz donde residía la modista. También las joyas inspiran su perfume 1932, fecha de su colección de alta joyería con una auténtica constelación de diamantes. Y, por supuesto, hay un perfume Chanel 31 Rue Cambon, donde se encuentra la boutique, los talleres y el apartamento privado de Coco.
Pero mademoiselle no fue la primera en nombrar un perfume con una fecha. Antes lo había hecho ya en España Myrurgia, denominando 1916 a su agua de colonia cítrica y floral, un clásico premiado que sigue en el mercado hoy día. Creada por el perfumista ruso Meisonier, autor de otros perfumes míticos como Maja o Maderas de Oriente, en 1921 ganó la medalla de oro en la Exposición Internacional de las Artes Decorativas y en 1925 recibió el reconocimiento de la Exposición Universal de París. También un año, 1881, es escogido por Cerruti para recordar los inicios de la marca, un negocio textil basado en la lana y nacido ese año en Biella (Italia) de la mano de tres hermanos apellidados Cerruti.
Colonias para ambos sexos
Aunque no sólo las fechas inspiran la numerología. También direcciones o prefijos de teléfono son utilizados para nombrar perfumes icónicos. 212 es el prefijo telefónico de Nueva York y uno de los éxitos de la diseñadora Carolina Herrera, tanto en su versión masculina como femenina y en las múltiples secuelas y variaciones aparecidas en el mercado cada año. El callejero de esta ciudad de la costa este de Estados Unidos, concretamente su Quinta Avenida, ha inspirado también a Elizabeth Arden con su conocido 5th Avenue.
Pero las referencias al callejero son antiguas. ¿Recuerdas 4711? Esta agua de colonia que tiene ya tras de sí un par de siglos lleva por nombre el número de la calle de la ciudad de Colonia, en Alemania, en que se encontraba la empresa Mülhems, nombre del fabricante de perfumes Wilhem Mülhens. La ciudad de Colonia fue hacia finales del siglo XVIII y principios del XIX un gran centro perfumístico gracias a una fórmula originaria de Italia, la del Aqua Mirabilis, una fragancia fresca a base de bergamota, romero y lavanda que tuvo numerosos ‘creadores’ e imitadores en toda Europa, y que convirtió esta Agua de Colonia en un éxito mundial sin precedentes que se ha mantenido a través de los siglos.
24, Faubourg es también una dirección, la de la sede de la firma Hermés desde 1879, donde el hijo del curtidor Thierry Hermés trasladó el negocio de sillas de montar y donde aún hoy se encuentra la tienda, el número 24 de la Rue de Faubourg Saint-Honoré en París. También Guerlain denomina con el numero 68 una de sus fragancias, en honor a su sede mítica, en el 68 de la Avenue des Champs-Elysées. Fresca y especiada, esta fragancia femenina combina 68 materias primas diferentes.
El número 1 tiene numerosos adeptos y formas de nombrar un perfume. Por ejemplo The One (El Uno), de Dolce & Gabbana, en versión para hombre y mujer, con buscadas ediciones de coleccionista; First (El primero) de Van Cleef & Arpels; así como una de las fragancias más conocidas del diseñador norteamericano Calvin Klein, One (Uno), nacida en 1992 y la primera fragancia del mercado considerada unisex ya que se dirige por igual al hombre y la mujer. El sexo, o mejor los dos sexos, es la inspiración de 2, nombre con que el diseñador francés Jean Paul Gaultier bautizó su fragancia para ambos sexos, que no ‘unisexo’, ya que deja claro que son dos aunque juegue a la confusión de identidades y géneros, o como afirma el propio diseñador, se dirija sólo a un género: el género humano. También nombrándolas con cifras, pero con todas sus letras, encontramos Le Dix, es decir el diez, en este caso de la mano de Balenciaga.
Los números del perfume también se encuentran en su versión romana, como Givenchy III, descriptivo nombre del tercer perfume del modisto francés, aunque algunas fuentes aseguran que el 3 se refiere al número de la avenue Georges V de París donde Hubert de Givenchy instaló su Maison. Años después, Givenchy bautizó con el número ∏ (Pi) una de sus fragancias masculinas más conocidas.
En este recorrido numérico no podía faltar 1000, de Jean Patou, perfume femenino floral de rosas y maderas creado en 1972; 1 Milion de Paco Rabanne, fragancia masculina de cuero especiado que ha hecho realmente fortuna, con posteriores versiones para mujer; Eau de Lacoste L.12.12, con hasta 4 versiones en diferentes aromas y colores según el humor del hombre que la lleva, y que homenajea con este nombre el primer polo diseñado por el tenista René Lacoste en 1927, que le puso este nombre por ser la número 1 de la tela de piqué escogida, la más fresca, 2 por tener manga corta, 12 por ser ésta la doceava versión deiseñada por él, y L por su apellido; o los 4 perfumes masculinos de Ralph Lauren Big Pony en los que también el número marca la diferencia. Y, por supuesto, Infini, de 1912, perfume femenino creado por la casa francesa Caron y reformulado en 197o, un floral aldehido nacido antes que el mítico Nº5 y que ya utilizó esta nota sorprendente.