Cada verano se plantean dudas sobre algunas creencias populares en torno a los efectos del sol en la piel. Las despejamos contando las verdades y mentiras sobre ello.
Para resolver estas cuestiones, hemos contado con los expertos de Clínica Planas, centro de referencia en España de Cirugía Plástica y Estética.
Si estás bronceado, sí te quemas
Existe la creencia de que la piel, una vez bronceada, ya está protegida y, por ello, tras los primeros días de exposición, nos relajamos a la hora de aplicar cremas solares. La recurrente frase de si estás moreno, no te quemas. Nada más lejos de la realidad. La exposición sin protección solar produce desde fotoenvejecimiento cutáneo (arrugas, machas solares, flacidez cutánea y deshidratación de la piel) a quemaduras graves e, incluso, melanoma (cáncer de piel).
“La mejor manera de preparar la piel para el verano es mantenerla en perfectas condiciones durante todo el año mediante peelings periódicos y una correcta hidratación, e intensificar estos cuidados unas semanas antes de la exposición solar”, explica la doctora Cristina Schepers, responsable de la Unidad de Dermatología de Clínica Planas.
El «efecto lupa» del agua
Si alguna vez nos dijeron que en el agua te pones más moreno, no nos estaban engañando. Las gotas sobre nuestra piel generan un «efecto lupa» y, por tanto, un riesgo mayor de quemaduras solares. El agua aumenta, al menos, un 10% los rayos absorbidos por la piel por lo que, tras cada baño, es aconsejable secarse con una toalla y replicar el protector solar.
El sol puede mejorar el acné
¿Quién no ha oído que el acné mejora con el sol y el agua de mar? Los efectos positivos del sol y el agua de mar sobre nuestro organismo no son ningún mito. En muchos casos, el sol puede mejorar el acné, ya que seca la piel y evita la proliferación de sebo, aunque no en todos. “Es importante utilizar cremas protectoras del sol adecuadas para la piel acneica, ya que una crema solar grasa puede desencadenar un brote”, añade Schepers.
¿Es posible la depilación láser en verano?
Antes de probar este método es importante no darse baños de sol ni someterse a rayos UVA, al menos durante el mes previo a la sesión de láser. Después del tratamiento, se deben evitar los focos de calor como la sauna, la piscina o los baños con agua caliente. También es necesario utilizar protección solar muy alta y empezar productos cosméticos nuevos para evitar al máximo los daños, ya que los filtros solares pueden haber perdido efectividad en los fotoprotectores abiertos hace tiempo.