Solemos denominar «perfume» a cualquier fragancia que proporcione aroma a nuestra piel. Pero entre un perfume y un agua de colonia, por ejemplo, existe una gran diferencia de concentración de esencias y graduación alcohólica. Lo cual no quiere decir que uno sea mejor que otro, pero sí son diferentes y su estela dura más o menos en nuestra piel. Te lo contamos.
Quién es quién
- Perfume o extracto. Es una disolución de esencias, entre 18 y 25 gramos por 100 mililitros de alcohol de 96 grados. Es el «perfume» propiamente dicho y se elabora con materias de primera calidad en alta proporción, por lo que suele presentarse en frascos de cristal de tamaño reducido, para conservar mejor su aroma. Al ser más alta su concentración de esencia, también lo es su fijación en la piel y suele serlo su precio.
- Agua de perfume. Son también de gran calidad, pero la concentración de esencia oscila entre el 10% y 12% y la graduación alcohólica está entre los 90 y los 96 grados.
- Agua de colonia concentrada. También denominada en su forma francesa, eau de toilette. La concentración oscila aquí entre el 5% y el 10% y la graduación alcohólica está entre los 80-85 grados.
- Aguas de colonia. La primera fue creada en la ciudad de Colonia sobre una preparación de alcohol y cítricos que hizo fortuna, aunque en el fondo era una copia que su inventor, el boticario florentino Giovanni Paolo Feminis aprendió en la farmacia del convento de Santa María Novella de Florencia (Italia), aún hoy un referente de la perfumería mundial. Son la forma de perfumarse más habitual y extendida en España, donde somos grandes amantes de las aguas de colonia frescas. En este caso, la concentración está entre el 3% y el 4% en un alcohol no inferior a 80 grados. La poca concentración de esencia y el hecho de que la mayoría de sus notas son frescas y, por tanto, se evaporan con rapidez, hace que su aroma dure poco sobre la piel en comparación con los perfumes.
Además de esta clasificación, podemos encontrar otros tipos de fragancia, como el absoluto de perfume, que tiene una altísima concentración de esencia en su estado más puro; las aguas de colonia sin alcohol, que suelen tener una base de agua con activos hidratantes y esencia y muy poca fijación; o las fragancias para cabello, también con escaso aporte alcohólico para no resecar el pelo, o ropa, en que en la esencia se sustituyen algunas notas que podrían mancharla.