La rutina de belleza diaria incluye la aplicación de una crema hidratante, pero ¿para qué exactamente? ¿y cuál? ¿Qué debe tener una buena crema hidratante y cómo escoger la que te vaya mejor? Te lo contamos.
A partir de los 13 o 14 años es conveniente aplicar en el rostro un cosmético hidratante facial para evitar que la piel se seque y protegerla de las agresiones diarias. Antes de esa edad, también hay que hidratar el rostro y el cuerpo, pero es suficiente con una crema emoliente para niños. Sin embargo, los cambios hormonales, que afectan a la piel, hacen imprescindible a partir de la pubertad la inclusión de otros activos más específicos para cuidarla.
Leticia Carrera, directora de los centros estético-médicos Felicidad Carrera y asesora de Olay, explica que «es importante comenzar a cuidarse desde jóvenes. Siempre hablamos de la necesidad de utilizar productos de limpieza e hidratación ya en la adolescencia y protectores solares desde los 6 meses de edad. La hidratación y la protección solar son los principales cuidados que ayudan a evitar las arrugas. Debemos comenzar a usar productos antiedad desde los 25 años en el contorno de ojos y en el resto del rostro a partir de los 30».
Las pieles más jóvenes sólo necesitan hidratación, a no ser que tengan algún problema cutáneo como acné, atopía, etc., casos en que es necesario un tratamiento específico. En cambio, conforme cumplimos años las necesidades aumentan, por lo que las hidratantes faciales también han ido sumando activos anti-edad, fotoprotectores, para uniformizar la piel, dar color, etc.
Qué debe tener una hidratante facial
Los tratamientos hidratantes deben ser humectantes, es decir, deben aportar activos que proporcionen hidratación y retengan la humedad de la piel, por lo que también debe formar una «barrera» que impida que el agua se evapore y la proteja de las agresiones diarias, como el frío, el viento, los lavados o el roce de las prendas de vestir. Como hemos comentado, pueden tener también sustancias que actúen contra los signos del envejecimiento cutáneo, como las arrugas, las manchas o la flacidez, así como activos reparadores, calmantes, filtros solares, etc.
Cómo escojo la mejor para mí
Antes de comprar un cosmético hidratante facial debes tener muy claro cuál es tu tipo de piel y sus necesidades, empezando por tu edad. Hasta los 30-35 años no es necesario que una hidratante sea también anti-arrugas, pero, si no utilizas protección solar, sí es conveniente que contenga fotoprotectores, por ejemplo.
Por regla general, a las pieles jóvenes les suelen gustar las texturas en gel, frescas y fundentes, mientras que las más mayores prefieren las cremas más nutritivas y envolventes. También se considera que las fórmulas en gel o fluido son más adecuadas para las pieles grasas y mixtas, las cremas para las pieles secas, y los fluidos más ligeros se recomiendan a las sensibles. Aunque esto depende exclusivamente del gusto personal. O del clima, ya que los cambios de temperatura a lo largo del año propician que en verano usemos texturas más ligeras y refrescantes y en invierno optemos por otras más oclusivas y cálidas.
Además de la textura, es importante comprobar cómo queda la piel después de aplicar la crema. Lo adecuado es que se sienta fresca, sin sensación grasa, húmeda o tirante. Debes notar confort, suavidad y flexibilidad. Lo más adecuado es que, antes de decidirte a comprar una hidratante facial o cualquier otro cosmético, pidas muestras para probarla durante unos días y comprobar que es la adecuada para ti. No sólo por su coste, sino porque es importante saber si te vas a sentir cómoda con ella y si puede provocarte alguna reacción indeseada.
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