La belleza femenina en un antiguo cuento artúrico

 

Hoy es el Día Internacional de la Mujer Trabajadora y queremos conmemorarlo explicándote una leyenda de la saga del rey Arturo sobre la importancia de la belleza y la voluntad de las mujeres que sigue siendo totalmente vigente: La boda de Sir Gawain y Lady Ragnel.

Cuenta que un día atravesaba el rey Arturo un bosque y se encontró con un horrible caballero negro que le retó: debía encontrar la respuesta a un acertijo y, si fallaba, seria su prisionero. Arturo aceptó y el caballero le pregunto:

¿Qué quieren realmente las mujeres?

Arturo tenía un año para encontrar la respuesta, así que volvió a la corte y contó su aventura. Preguntó a caballeros y damas y le dieron variadas respuestas: joyas, un marido, posesiones, belleza, un gran amor…

Llegó el día en que debía volver al bosque a dar la respuesta al caballero negro. Antes de llegar al castillo de éste, encontró una horrible mujer en el camino que le dijo: «Tengo la solución al acertijo. Te la daré si me propones como esposa de Sir Gawain. Pero debe ser él quien acepte de buen grado y me pida en matrimonio». Arturo aceptó, la mujer le susurró la respuesta al oído y el caballero negro tuvo que dejarlo libre, ya que había acertado.

Arturo volvió a la corte y, de nuevo, explicó su aventura. En cuanto lo oyó, Gawain quiso ir a buscar a la dama que había salvado a su rey para casarse con ella. Arturo se horrorizó: Gawain era uno de sus caballeros más jóvenes, leal, valiente, noble, ¡era su propio sobrino! No podía casarse con una mujer monstruosa. Pero Gawain estaba decidido. Fue al bosque y volvió con la mujer para casarse.

La boda se celebró con todo el boato y el espanto de las damas y caballeros de la corte. De noche, en la cámara nupcial, la mujer le pidió un beso de amor a su marido. Gawain la besó con pasión y descubrió que la horrible mujer se había convertido en una hermosa dama. Lady Ragnel, que así se llamaba su esposa, le explicó que el caballero negro era su hermano y la tenía sometida a un encantamiento: era bella la mitad del día y horrorosa la otra mitad. El motivo de este encantamiento es que su hermano la consideraba demasiado independiente y atrevida y quería que se sometiese a su voluntad. Pero al casarse con ella de forma voluntaria pese a su aspecto, él había roto parte del encantamiento. Sin embargo, no estaba roto del todo:

Gawain lo pensó largo rato, ya que era una difícil decisión. Finalmente, le dijo a su esposa:

Lady Ragnel abrazó feliz a su esposo y le dijo:

Como sabes, los cuentos caballerescos tienen sus raíces en leyendas muy antiguas. Gawain, el protagonista masculino, es conocido como el mejor caballero de la mesa redonda del rey Arturo. Es un héroe solar, es decir, que aumenta su poder durante el día y alcanza su mayor intensidad al mediodía, como el sol. Lady Ragnel, por su parte, es claramente una semidiosa lunar, que muestra en el cuento las dos caras más conocidas de la luna: la joven bella y la anciana, también identificada en los mitos como la mujer fea o la «bruja». Pero también se insinúa su tercera imagen, la de la mujer en su plenitud o como madre-amante, ya que se trata de una boda. La leyenda, pues, hunde sus raíces en el mito de la diosa primigenia y el dios solar, aparecido después en la mitología y que acabará imponiéndose sobre la diosa en las religiones patriarcales, sin conseguir hacerla desaparecer del todo. Al margen de las muchas implicaciones y explicaciones que tiene esta leyenda, es relevante porque además de manifestar la importancia social que desde la antigüedad tiene la belleza femenina, el cuento reivindica un estatus femenino con igual capacidad decisoria e importancia que el del hombre. Una reivindicación que, lamentablemente, aún seguimos haciendo.

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