¿Es aconsejable seguir la nueva moda «braless» de ir sin sujetador?

Sujetador sí o sujetador no: this is the question. Corría el revolucionario 1968 en Estados Unidos, cuando la imagen de mujeres quemando el sujetador dio la vuelta el mundo y se convirtió para siempre en símbolo indiscutible de la liberación femenina. La estampa llegó tras una protesta de medio millar de mujeres concentradas en Nueva Yersey contra la celebración de Miss America, alegando el componente sexista de los concursos de belleza. Sin embargo, la invención del sujetador en 1907 por el diseñador Paul Poiret supuso una gran liberación tras siglos de mujeres oprimidas en corsés imposibles. Por tanto… ¿símbolo de opresión o de liberación femenina?.

Casi cincuenta años después, la controversia sobre del sujetador continúa. Sin embargo, el movimiento feminista ha demostrado a lo largo de estas cinco décadas que la igualdad entre sexos es mucho más que el bra-burning (quema del sujetador) y sus protagonistas (bra-burners), y que ser feminista no está reñido con llevar sujetador. De forma que, hoy en día, el braless es más una cuestión de moda que de ideología.

Taylor Swift o Rihanna, la oscarizada Jennifer Lawrence y las grandes it girls del momento Kendall Jenner, Cara Delevigne y Gigi Hadid son algunas de las famosas del star system que reivindican el braless como la mejor forma de lucir escotes delanteros y traseros de infarto en diseños de noche y también en outfits de día.  Sin embargo, el sujetador es a la vez un gran aliado de sensualidad femenina, tanto si se luce debajo de camisetas o camisas transparentes como si se utiliza a modo de crop top con prendas de talle alto.

Dejando a un lado modas y reivindicaciones, volvemos a la cuestión. ¿Braless sí o no? Marta Fernández Cuevas, creadora del sujetador antiarrugas, Pillow Bra, desaconseja la práctica: «Es un error«. Niega que los sostenes obstaculicen la circulación, reduzcan el tono de la mama con el tiempo o perjudiquen la lactancia. Fernández Cuevas explica que «prescindir de una prenda, que además debemos llevarla las 24 horas del día, puede traernos graves problemas de salud, como problemas de espalda, y de estética, tales como la flacidez y senos caídos»En este sentido, recuerda que los senos caídos a una temprana edad es una constante indudable en la anatomía de las mujeres de tribus africanas o americanas,  que nunca han reforzado su pecho con ningún tipo de sostén. 

El Dr. Sergio Fernández, de las clínicas Dorsia, descarta otro de los grandes mitos que ha girado en torno al sujetador: la posibilidad de producir cáncer, del cual no hay evidencias científicas, aunque sí algunos estudios. El libro Dressed to Kill de Ross Singer y Soma Grismaijer explica que la presión del sujetador comprime el sistema linfático e impide la  correcta detoxificación del tejido mamario y eso favorecería la acumulación de toxinas que podría aumentar el riego de padecer cáncer. Sin embargo, la propia Sociedad Americana del Cancer (American Cancer Society) niega su validez científica y reduce la teoría a un mero rumor.

Por otro lado y más relacionado con la pérdida de firmeza del pecho, Jean Denis Rouillon, especialista en medicina deportiva, afirma que el uso del sujetador puede atrofiar, por la presión, estructuras como los ligamentos de Cooper y, por tanto favorecer la caída del pecho. Sin embargo, el artículo en el que sentencia que «el sujetador ayudaría a la degeneración» de los pechos no está indexado, por lo que probablemente carezca del rigor científico sí reconocido en muchos otros artículos de Rouillon.

En definitiva, a falta de investigaciones que sean aceptadas por la comunidad médica internacional, el marcador queda Sujetador 1 / Braless 0. Otra cosa son, como siempre, las tendencias. Y tú… ¿qué eliges?

 

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