En esta primera entrada del año queremos tratar un tema que creemos que merece mucho la pena tener en cuenta, sobre todo ahora cuando aún quedan obsequios por comprar y que éstos, en un alto porcentaje, son perfumes.
El pasado 15 de diciembre, la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética (Stanpa) se hizo eco de «la decisión del Tribunal Supremo de declarar inadmisible el recurso extraordinario de casación interpuesto por Saphir, Caravan e IAP contra la sentencia de la Audiencia Provincial de Alicante de 14/09/15 que condenó al citado grupo empresarial por competencia desleal e infracción de marca, siendo por tanto firme esta sentencia, sin posibilidad de cualquier otro recurso contra la misma«.
Pocos días después de esta notificación, Stanpa ha hecho público unos «análisis de laboratorio que demuestran los riesgos y peligros de los componentes de los perfumes falsos». Stanpa solicitó un análisis de laboratorio que revela cómo los ingredientes y la composición que hay detrás de algunos de los perfumes más falsificados del mercado suponen un riesgo para la seguridad y salud de los consumidores.
Para saber qué hay detrás de la formulación de los perfumes falsos los laboratorios consultados por Stanpa utilizaron la técnica de Cromatografía de Gases/Espectrometría de Masas (CG/EM). Esta técnica tiene como objetivo identificar los componentes de productos falsificados y compararlos con perfumes originales, y estas son las conclusiones:
- Habitualmente un perfume original incluye más de 80 componentes, según el análisis, algunas falsificaciones no suelen tener más de 20 o 25 y en muchos casos diferentes del original.
- Los perfumes falsificados contienen gran cantidad de agua como base, hasta un 50%, y etanol industrial o de baja pureza como disolvente.
- En alguna de las muestras analizadas se han encontrado compuestos prohibidos como el etilenglicol y las falsificaciones carecen de protección UV (UltraVioleta) lo que puede dar lugar a fotodegradación y generar sustancias de riesgo para la salud que produzcan dermatitis, reacciones alérgicas, machas en la piel, etc.
Según Carmen Esteban, directora técnica de Stanpa: “El principal problema de los perfumes falsificados es que se fabrican en instalaciones fuera del control de las autoridades sanitarias y no se notifican a las autoridades europeas. Los ingredientes no pasan ningún control de calidad ni respetan las medidas de evaluación de seguridad que establece el Reglamento Europeo de Cosméticos, algo grave en un producto que está durante horas en contacto con nuestra piel”.
Como no existe una entidad responsable que fabrique del producto falsificado, el consumidor no podría reclamar a nadie si sufre algún daño o perjuicio por el uso de un perfume falsificado, cosa que sí podrá hacer ante un producto original. En el caso de sufrir alguna reacción o alergia tampoco podrá identificar de ninguna manera el componente causante.
Cómo diferenciar un perfume original de otro falsificado
- Lugar de venta: La forma más fácil para asegurarse que no estamos comprando una falsificación es cerciorándose que el lugar de venta es oficial.
- Espuma en el perfume: Si se agita un perfume falso suele producir una espuma que permanece durante algún tiempo. Los perfumes originales apenas generan espuma y ésta desaparece rápidamente.
- Cánula: La cánula (el pequeño tubo que permite sacar el perfume de su envase) suele ser más largo o excesivamente dilatado en las falsificaciones.
- Frasco: En las falsificaciones se pueden observar las juntas en el cristal o envase del perfume.
- Plástico de embalaje: El pliegue es más irregular y no está perfectamente tenso en las falsificaciones. Si lo friccionamos suele sonar.
- Cartonaje: Muchas falsificaciones tienen un envase de cartón de baja calidad y con imprecisiones en su impresión.
- Etiquetado: Las referencias, como el listado de ingredientes, el código de barras o número de lote, a veces ni siquiera aparecen o son incompletas.
España a la cabeza de la UE en ventas de falsificaciones
El problema es especialmente grave en España, ya que según datos de la EUIPO (Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea) el sector español de la perfumería y la cosmética pierde un 17% de sus ventas anuales, es decir, 949 millones de euros al año.
Este porcentaje dobla la media europea (que es del 7,8%) y sitúa a nuestro país como uno de los que sufre mayor impacto económico por las falsificaciones en este sector.
Las ventas de perfumes, cosméticos y productos de higiene personal falsificados suponen, además, miles de puestos de trabajo perdidos en Europa. En concreto, se calcula que se pierden más de 50.000 empleos en toda Europa por las falsificaciones.