Presume de de dientes bonitos y sanos: soluciona los principales problemas bucales

Problemas bucales

Una sonrisa bonita puede ser un claro reflejo de unos hábitos de vida saludables, al igual que una boca y unos dientes descuidados pueden indicar todo lo contrario. La alimentación y la higiene de una persona es esencial para tener unos dientes bonitos y sanos, pero también es importante acudir al dentista con regularidad para realizar los controles pertinentes. Vamos a comentar algunos de los problemas bucales más frecuentes así como las posibles soluciones para tener una boca bonita y sana.

Problemas bucales más comunes

Dientes amarillos

El tabaco o el consumo excesivo de bebidas como el vino, el café o el té suelen provocar un mal color en los dientes. Existen algunos productos y pastas dentales blanqueantes o antimanchas que pueden mejorar este problema, pero hay que tener mucho cuidado con que no sean productos agresivos que puedan dañar el esmalte. En Salud Natural se puede encontrar información muy completa sobre remedios naturales para dientes amarillos. Es muy buena página web, porque todo lo que publican está basado en estudios científicos.

Caries

El 90% de las personas sufre o ha sufrido caries alguna vez en su vida, por ello es la enfermedad más común en el mundo entre humanos. Se pueden evitar manteniendo una higiene dental adecuada y constante, cepillando la boca tres veces al día y usando los productos apropiados. En su fase inicial, las caries se pueden solucionar fácilmente a través de los empastes, por eso es muy importante acudir al dentista y mantener un control regular, para evitar que se agraven y tener que aplicar técnicas más severas.

Herpes

Aunque es más común que afecte a los labios, también es frecuente ver casos de herpes en el interior de la boca y en las encías. También conocidas como llagas bucales o calenturas, los herpes son unas ampollas muy dolorosas que suelen aparecer en épocas de estrés, fiebre o defensas bajas.

Halitosis

Lo que comúnmente se conoce como el mal aliento está provocado por una suma de circunstancias. Por una parte, una higiene dental pobre o insuficiente, una mala alimentación y una falta de hidratación, pero también hay que tener en cuenta que por la boca pasan y habitan una cantidad innumerable de bacterias. Para mejorar este problema, no solo hay que cuidar más la higiene sino que también habría que evitar la ingesta de alimentos con fuertes olores e incrementar la de aquellos que ayuden a producir más cantidad de saliva como la naranja, el limón o el pomelo.

Gingivitis

Es una enfermedad que causa inflamación y sangrado en las encías por una acumulación de bacterias. A pesar de que la higiene también está detrás de esta patología, la gingivitis también se puede dar en personas que se cepillan los dientes tres veces al día. Ya sea por la forma de los dientes o por el espacio entre las piezas dentales, lo habitual es que esto ocurra porque se queden restos de placa en las zonas interdentales, por ello, la mejor forma de evitarlo es usando hilo dental entre todos los dientes a diario.

Periodontitis

Esta enfermedad es muy parecida a la gingivitis. Se manifiesta de la misma forma, enrojecimiento, inflamación y sangrado de las encías, y también se debe a una falta de higiene por la acumulación de sarro. La diferencia es que la periodontitis es mucho más grave y severa, pues supone además la posible pérdida del hueso alrededor del diente, y en los casos más graves, incluso la pérdida de las piezas dentales. La solución también es la higiene, el uso del hilo dental y las limpiezas periódicas profesionales.

Consejos para conservar tu salud bucal

Los mejores alimentos para la salud bucal son aquellos que contengan calcio (verdura verde, nueces…), fósforo (huevos, frutos secos…), vitamina D (aceites, pescado azul…), vitamina A (mantequillas, quesos…), vitamina C (verduras, hortalizas…), vitaminas del grupo B (carnes, legumbres…).

Para tener una boca sana, y en consecuencia, bonita, es esencial adquirir unos hábitos diarios de higiene y ser muy constante con ellos. Se recomienda cepillar los dientes una media de tres veces al día, pero lo ideal es hacerlo después de cada comida, esperando siempre un tiempo prudencial en el caso de que se haya consumido comida ácida, puesto que puede reblandecer la encía y dañarla.

Por otra parte, el uso de la seda o hilo dental debería ser tan importante como el del cepillo de dientes, puesto que consigue complementar al cepillo llegando a los espacios donde se acumulan los restos de comida y el cepillo no puede llegar.

Beber mucha agua también es esencial, no solo para mejorar los problemas con el mal aliento y la producción de saliva, sino también para limpiar la boca de restos de comida. Se recomienda beber al principio y al final de las comidas evitando hacerlo durante el transcurso de las mismas.

Por último, aunque ya lo hemos comentado varias veces a lo largo de este artículo, la prevención es la clave. Para evitar que problemas leves se conviertan en lesiones graves, hazte revisiones periódicas.

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