Tres días de aventura mágica en la Desert Women Summit 2019

Desert Women Summit 2019

Desert Women Summit 2019

Un oasis en mitad del desierto, en sentido literal y figurado. A punto ya de coger las vacaciones de verano –seguro que como muchas de vosotras– me parece el momento ideal para hablaros de mi viaje al desierto junto al grupo Xaluca, en la que fue la primera edición de la Desert Women Summit. Un viaje al que decidí apuntarme por mi cuenta con unas amigas y que califico de “aventura mágica” por todo lo que os contaré a continuación.

200 mujeres… ¡y despegamos!

Nuestra llegada al hotel

Tomamos el avión en el aeropuerto de Barcelona, destino a Errachidia (Marruecos). ¿La peculiaridad? Todas somos mujeres. Algunas vamos acompañadas y otras no, pero nos sonreímos igual, porque vamos a compartir 3 días en el desierto. Veo incluso a una familia con tres generaciones de mujeres y me encanta la idea para futuras ediciones.

A la llegada nos reciben con folklore y pastas tradicionales (que hacen honor a su nombre). Ponemos rumbo a Arfoud y, de camino al hotel en el que nos hospedaremos la primera noche, entiendo qué quieren decir cuando hablan de Marruecos como “el más cercano de los países lejanos”. El contraste es espectacular. Un día estás en tu oficina con tu ordenador y al día siguiente te sorprendes al ver un valle con más de 10 millones de palmeras o la realidad de la vida nómada. Y entonces sientes que te relajas de verdad, que tu vida te espera tres días después y que estás lista para disfrutar de la experiencia.

La piscina es fabulosa, ¿verdad?

En el paraíso, para conectar con una misma

En la Kasbah Hotel Xaluca Arfoud, del grupo Xaluca, podrían haber rodado perfectamente la segunda película de “Sexo en Nueva York”. ¡Qué lugar tan increíble! Desde su piscina exterior rodeada de palmeras, al enorme bungalow que nos dan a mis amigas y a mí. Yo, que soy muy de Disney, también me siento como Jasmín en su palacio de Agrabah, la verdad.

Dejamos las maletas y empezamos con el programa de actividades, todas ellas protagonizadas por mujeres. Lo que más me gusta, de la infinidad de cosas que vamos a hacer, es que parece que todas han sido cuidadosamente escogidas para ayudarnos a conectar un poco más con nosotras mismas: con nuestro cuerpo, con nuestra creatividad, con nuestra sexualidad…

La masterclass de yoga con Verónica Blume nos ayuda a bajar los decibelios de la mente y a dejar espacio para absorber bien todo lo que está por llegar. Después, nos dispersamos un rato en distintos talleres. Yo he escogido el Taller de Fotografía de Olympus, con Coco Dávez y Erea Azurmendi; pero también los hay de Nutrición consciente, con Yolanda Vázquez; Body Painting by Desigual, con Claudia Sahuquillo; Coaching y movimiento Corporal, con Tatjana Sánchez; y Orgasmoooh! By Sex Academy, con Laia Pajuelo. Tras la cena, nos reunimos en la Terraza chill out para escuchar a la periodista Bibiana Ballbè y sus 21 claves de la creatividad. Aquí nos conocemos un poco más entre nosotras, empezamos a mezclarnos y a descubrir las maravillas de atreverse a mirar las mismas cosas desde nuevas perspectivas.

Todas las invitadas especiales de la 1ª edición

Empieza la aventura

La verdadera aventura empieza a la mañana siguiente, con una intensa clase de entrenamiento a cargo de Patry Jordan. Incluso con el brazo inmovilizado consigue hacernos sudar a tope y parar alguna vez que otra a coger aire. Resulta que es cierto eso de que hacer deporte por la mañana te carga las pilas. Seguimos con una Caminata de Convivencia junto a niñas y adolescentes de la zona, bordeando dunas de arena durante 3 km hasta llegar a un pequeño oasis privado. Allí coge el relevo Gloria Morales, con su clase de Ballet Fit. Para soportar mejor el calor, han colocado unas mesas con pistolas de agua que los organizadores usan para mojarnos. Pero yo me acuerdo más de las niñas, jugando a mojarse unas a otras. Al final no me resisto y me meto en la “batalla”. El agua se lleva las diferencias, de edad y de procedencia.

Como auténticas nómadas

Un chapuzón en la piscina  y nos subimos en los 4×4 para recorrer algunas de las pistas que utilizaban en el Rally Dakar. Nuestro conductor, Omar, nos hace dar botes a toda velocidad sobre las dunas y no puedo dejar de sonreír. Eso sí, agarrándome bien dónde puedo.

Tras la comida y una sesión grupal con Laia Pajuelo, del equipo de Sex Academy, nos dirigimos al gran Erg Chebbi, la concentración de dunas de arena más importante de Marruecos. Y con el turbante bien anudado, cambiamos los coches por los dromedarios. La siguiente actividad, Suco Session by Desigual nos pone a bailar bajo el atardecer, hasta que nos sorprende la puesta de sol. Y la imagen es tan sobrecogedora que no existen palabras para explicar lo que siento. Solo acaricio la arena entre los dedos e intento no parpadear para no perderme nada. Hasta que las dunas se tragan el sol y las estrellas se vuelven protagonistas.

Aquí me tenéis, bailando con la puesta de sol de fondo

Haimas en medio del desierto

Así es el campamento

Esa noche dormimos en el campamento-bivouac privado Xaluca, en haimas totalmente equipadas, aunque no por ello es menor la aventura. Nos reciben con antorchas y cánticos, y una chilaba sobre la cama para disfrutar de una cena especial beréber. La fiesta continua con una sesión de danza BailalaVida, impartida por María Farriols. El ritmo, mezcla de música tribal y blues, lo pone un grupo local.

Pocas horas después, nos despertamos para una clase matinal de yoga, de nuevo con Verónica Blume. Aunque tengo que confesar que esta no la acabo, que me siento a ver la salida del sol, algo que nunca puedo disfrutar y que es otro espectáculo.

Deshacemos el camino por las dunas, esta vez conociendo la historia de Fina Román, co-piloto de carreras profesional y la única española que va en camión en el Rally más duro del mundo. Hacemos una última parada en la Garade Medouar y soltamos un grito al aire, a todo el pulmón, que nos acaba de cargar de energía positiva. El broche de oro lo pone la charla de María Gómez del Pozuelo, CEO de Womenalia, que nos ayuda a reflexionar sobre nuestras prioridades en la vida y el espacio que les damos en nuestro día a día. Después, volvemos a casa.

Todas con nuestras chilabas y con música local

Un oasis en mitad del desierto, una aventura mágica

Pues sí. Un oasis en mitad del desierto, porque eso es lo que son tres días dedicados única y exclusivamente a una misma en mitad de la rutina diaria que todo lo abarca. Tal vez no nos damos cuenta, pero son mucho más que necesarios.

Clase de yoga al amanecer

Imagino que lo de la aventura ha quedado claro, pero digo que fue mágica por varios motivos. En primer lugar, porque estar rodeada de mujeres y compartir con ellas una experiencia como esta es tremendamente enriquecedor: vernos como amigas, mentoras y aliadas nos empodera a todos los niveles.

El segundo, es el enorme cariño con el que se organizó todo el evento. Desde los preparativos previos, a la propia estancia. Personalmente, cada vez valoro más lo que yo llamo “espacios de amor”, aquellos en los que las personas se relacionan con amabilidad, empatía y en positivo. Este ha sido, sin duda, un enorme “espacio de amor”, empezando por el trato de los organizadores. Así que gracias infinitas.

Y el tercero tiene que ver con algo que dicen en Marruecos. Aseguran que nosotros tenemos los relojes y ellos el tiempo. Y tienen toda la razón.

[Fotografías: Aran Martínez Solana]

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