Sin vellos…¿ más o menos bellos? Rebobinamos la historia de la depilación y sus controversias

depilación, Desigual

Azúcar, agua, limón, miel y aceite. ¿Sabías qué con estos ingredientes se han creado algunas cremas depilatorias? La tendencia a quitarse el vello no es nueva y nos remite a la edad antigua y ha ido evolucionando, sin dejar a un lado las controversias. Hace un mes la famosa modelo Emily Ratajkowski publicó orgullosa sus axilas sin depilar, como forma de reivindicar su libertad a no caer en los parámetros estéticos. Y como el eterno debate depilación sí o no, en hombres o en mujeres, continúa estando de actualidad, os presentamos esta entrada que repasa su evolución, que nos propone Germaine Goya

Las cuchillas o navajas de cobre, hierro, sílex o conchas de tortuga eran las herramientas ideales para eliminar completamente el vello en el Antiguo Egipto. También existían las cremas depilatorias creadas con sangre de murciélago, gusanos o pepino, mientras que las ceras nacían de la fusión del agua, azúcar, limón o aceite y miel.  Todo este empeño está vinculado con el ideal femenino en el que tener el cuerpo libre de vello era símbolo de pureza y pulcritud.

En los inicios de la civilización en Grecia y Roma, también existía una gran preocupación por el culto al cuerpo y en este marco existían los ‘alipilarius’, esclavos especializados en la depilación que llevaban a cabo la tarea en de eliminar el vello púbico de las cortesanas. Tiempo después, en la era media, dejar la piel libre de pelos pasó a ser una costumbre practicada exclusivamente por mujeres, que en los siglos XIII y XIII contaban con cuartos especialmente diseñados para ello.

La primera maquinilla hizo su aparición estelar a principios del siglo XX y en los años treinta las faldas y los escotes convencieron a muchas para retirarse el vello.

¿Y el láser cuándo aparece? A finales de los años cincuenta pero solo con fines dermatológicos, en 1980 la empresa Lasertron empleó el láser para depilar, mediante la coagulación de los folículos pero no obtuvo el resultado esperado porque trataban los folículos de forma individual.

El primer sistema en hacer su aparición fue el láser Rubí (que ha caído en desuso por su baja eficacia). En la actualidad, el más utilizado es el Diodo (que se emplea en pieles de I a VI y bronceadas) y el último es el Soprano (que aterrizó en 2017 y cuya principal ventaja es que es indoloro).

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