Te anunciamos que va a haber movimiento en el ámbito de las tendencias capilares masculinas para este 2020. Las medidas se alargan, llegan los colores y los flequillos se vuelven protagonistas. Como resultado, las opciones se multiplican y los peinados se personalizan más que nunca. Suena bien, ¿verdad? Pues vamos a verlo con mas detalle…
Medidas más largas
La principal noticia es que los fade –los cortes muy cortos y degradados– van a perder algo de protagonismo, si bien se han convertido en un clásico, por lo que siempre va a haber hombres que los sigan llevando, especialmente los más jóvenes. En su lugar, y como apunta Luciano Cañete, cofundador y director de los salones Corta Cabeza, vamos a ver “estilos menos contrastados, es decir, con menos diferencia de largura entre zonas superiores y laterales”.
El peluquero nos explica que otra tendencia que viene pisando fuerte es el pelo largo, con medidas que pueden ir del medio al súper largo. Eso sí, esta opción solo es apta para aquellos hombres que disfrutan de una melena densa. Además, requiere de un buen mantenimiento para que el efecto sea Woow y no bufff.
Por otra parte, y al igual que sucede con las tendencias femeninas, vuelve el corte mullet: corto por arriba y largo por abajo, nos devuelve el espíritu más canalla de los años ochenta. Esto tiene todo el sentido del mundo porque, como apunta Luciano Cañete, “vivimos una época en la que el género tiene a desaparecer y todos podemos llevar cualquier tipo de cabello”.
Cortos con flequillo
Si hablamos de medidas cortas, el barbero Arthur Heiderick, embajador de la marca Termix, señala el corte césar –también conocido como la cosecha francesa– como un de las tendencias capilares masculinas para 2020. Consiste en una degradación de los lados y textura en la parte superior, que va peinada hacia delante y acaba con un flequillo recto.
Al menos, esta es la teoría del corte porque, si hablamos específicamente de flequillos, el barbero Jordi Pérez, de la Barberia de Gràcia, señala que nos van a dar mucho juego en diferentes versiones y longitudes: flequillos muy cortos y cortados a cuchillo, ligeramente más largos pero muy mordidos y desiguales, con texturas rizadas u onduladas…
Los cortes sin degradaciones también seguirán la misma tónica: peinados hacia el frente y potenciando al máximo la textura natural del cabello en la parte superior, para añadir movimiento y ceder el protagonismo al flequillo. El efecto que se persigue es el de la ausencia de fijación, por lo que se dará prioridad a los productos ligeros y de acabado mate para el día a día.
Más colores y menos barbas
Aunque el porcentaje de hombres que se atreven a hacerse algún trabajo de color en el pelo sigue siendo bajo, la cifra va creciendo poco a poco, y no solo para tapar las canas. Como nos cuenta Luciano Cañete: «Los hombres ya no tienen esa necesidad imperiosa de taparse las canas, pero sí buscan aclararse un poco la base natural para llevar un cabello menos aburrido y con diferentes tonalidades«. En este sentido, el peluquero afirma que los servicios de color más demandado son las decoloraciones –en tonalidades blancas, grises o pastel– y los reflejos balayage muy suaves. De hecho, la técnica del balayage es idónea para añadir densidad, movimiento y vitalidad al pelo masculino.
¿Y qué pasa con las barbas? Las barbas se seguirán llevando, puesto que es un estilo que ha arraigado con fuerza y muchos hombres no van a querer desprenderse de ella todavía. Sin embargo, las veremos mucho más cortas, menos frondosas y más arregladas. Además, después de varios años, volverá el hombre afeitado.
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