Aunque llevamos años tomando el sol, no siempre lo hacemos de forma responsable. El sol nos puede dar un sinfín de cosas buenas: nos levanta el ánimo, refuerza nuestros huesos, da un aspecto mas atractivo a nuestra piel, … pero tomar el sol de forma imprudente podría acarrearnos serios problemas.
Antes de tomar el sol
Para conseguir un bronceado seguro, atractivo y duradero hay que cuidar tanto el momento de tomar el sol como los días, o incluso las semanas previas a los baños de sol.
Tu plan para conseguir un bronceado que enamore al sol tiene que comenzar frente a la mesa. Necesitas alimentos que te aporten Vitamina A y betacarotenos, que preparan la piel para la exposición al sol, facilitan el bronceado y previenen de posible alergias solares, ya que aumentan la producción de melanina. También debes asegurar un buen aporte de sustancias antioxidantes que neutralicen los radicales libres que se generan con la exposición solar y son responsables del envejecimiento celular.
Faltan 24 horas para el día D
El día antes de tomar el sol es importante que exfolies e hidrates en profundidad tanto la piel del rostro como de la del cuerpo. Esos dos gestos los tienes que ir repitiendo de forma regular durante toda la temporada veraniega. Aunque puedas pensar lo contrario, de esa forma mantendrás el bronceado durante más tiempo porque se asentará sobre la piel limpia de células muertas. Además gracias a los peelings y las hidrataciones no te pelarás.
La hora del desayuno del día D
Prepárate un zumo de dos zanahorias, dos albaricoques, una naranja, una cucharadita de aceite de oliva virgen y una de germen de trigo.
Puedes empezar a tomarlo durante el desayuno unas semanas antes de comenzar los baños de sol e incluso antes de ir a la playa o la piscina. Además de preparar tu piel para el bronceado, aporta pocas calorías, es saciante y muy adecuado para empezar el día.
Faltan 30 minutos para la hora H
Llega el esperado momento de ir a la playa o la piscina. Antes de salir de casa, aproximadamente 30 minutos antes de tomar el sol, aplícate generosamente el protector solar por todo el cuerpo. Aciéndolo de esta forma te asegurarás que el producto haga efecto desde el primer momento, además, tranquilamente en tu casa te aplicarás mejor el producto y no tendrás que “batallar” con tus hijos, que cuando llegan a la playa o la piscina se vuelven locos por meterse en el agua.
Para tener un aspecto saludable antes de conseguir el soñado bronceado, utiliza hidratantes coloreados o con suave efecto autobronceador.
Prepara la bolsa con todo lo que preveas que vayas a necesitar: fotoprotección solar para el rostro y el cuerpo, spray protector para el cabello, agua fresca, fruta, un sombrero, unas gafas de sol y un parasol… Con esto seguro que tendrás un magnífico día de playa…
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