A partir de los 45 años es frecuente observar una gran diferencia entre la edad aparente que refleja el rostro y el aspecto menos joven de la piel del cuello y escote. El problema se ha hecho más evidente en verano cuando la ropa más ligera desnuda su verdadero estado. Te explicamos lo que puedes hacer para mejorar la piel de tu cuello y escote. ¿Te apuntas?
A la gran fragilidad que caracteriza estas dos zonas con menos presencia de glándulas sebáceas, tejido adiposo y conjuntivo cabe añadir la ausencia de cuidados que solemos dedicarles. Casi siempre es lo mismo: mimamos nuestro rostro y nos preocupamos por la firmeza de los senos, pero establecemos una frontera entre el mentón y el pecho y olvidamos la zona intermedia.
Espejo del paso del tiempo
Aunque son inseparables, ambas zonas sufren problemas propios y diferentes. En el cuello por ejemplo aparecen las líneas horizontales y profundas que conocemos como “arrugas de collar”. También se produce una pérdida de firmeza de los tejidos que, en casos avanzados, se conoce popularmente como “cuello de pavo”. También el doble mentón o papada encuentran el lugar idóneo para instalarse en el nacimiento del cuello con la consecuente pérdida de definición del óvalo facial.
En el escote también aparecen arrugas aunque de diferente forma, suelen ser pequeños pliegues a consecuencia de una menor firmeza de la piel. Por otro lado, el bajo nivel de melanina presente en esta zona propicia la aparición de manchas puesto que su capacidad defensiva frente a las radiaciones ultravioleta es menor.
Cuidados básicos para mejorar la piel de tu cuello y escote
Estos son los cuidados con los que puedes cuidar diariamente la piel del cuello y el escote.
- Higiene. Para el desmaquillado de la zona elige productos delicados que no resequen la piel. Realiza este gesto mañana y noche para mantener la piel limpia y dejar así que se oxigene mejor. Una vez a la semana o cada quince días exfolia la zona con un peeling suave que libere la piel de las células muertas y le devuelva luminosidad.
- Tratamiento. Elige la cosmética específica en función del problema que quieras tratar: sequedad, arrugas, manchas o flaccidez. Aplicada con constancia conseguirás recuperar el aspecto liso y terso de la piel, puesto que estimula la renovación celular y combate la degeneración que las fibras del tejido conjuntivo sufren por el paso del tiempo. También conseguirás unificar el tono de la piel en caso de que se vea afectada por la aparición de manchas.
- Protección solar como medida de precaución es imprescindible proteger la piel con productos solares todo el año, especialmente en verano.
Otros consejos
Para evitar la flaccidez de los tejidos huye de los baños calientes prolongados, sustitúyelos por duchas con agua tibia o alternas.
Mantener la cabeza erguida y también el pecho –con la ayuda de un sujetador adecuado– contribuyen a una mayor firmeza y a frenar el avance de las arrugas.
Los deportes más adecuados para ambas zonas son la gimnasia y la natación, en especial ejercicios específicos de aguagym.
Con gimnasia facial puedes tonificar el músculo del cuello, y los pectorales con ejercicios sencillos pero frecuentes. Uno muy efectivo es el siguiente: contrae los músculos del cuello forzando un mueca con la boca (la comisura de los labios hacia abajo hasta lograr tensar y subir los músculos del cuello). Realízalo tan a menudo como quieras, un mínimo de 10 veces en cada ocasión, tensando 5 segundos y relajando 8.
Un sencillo ejercicio puede ayudarte a tonificar los músculos del cuello y eliminar la «papada»:
- sentada con la espalda recta y la cabeza alta, inclina ligeramente el mentón hacia abajo.
- coloca los puños cerrados bajo el mentón y ejerce presión hacia arriba.
- mantén la posición 3 o 4 segundos y relaja de forma progresiva.
- Mientras realizas el ejercicio, cuerpo y cara deben permanecer inmóviles.
Repítelo 10 veces cada día.
También te puede interesar