Si tienes la piel seca, puedes cuidarla así para que esté radiante

Laetitia Guenaou, piel seca

Laetitia Guenaou

En “Descubre, de una vez por todas, tu verdadero tipo de piel” te explicaba la importancia de conocer cómo es tu piel para poderle ofrecer los cuidados específicos que necesita. Pero no solo eso, también señalaba que no es algo inamovible y que puede ir variando en función de distintos factores, tanto externos como internos. Por este motivo, es conveniente hacer una revisión cada 2 ó 3 meses (haz click aquí para descubrir cómo hacer un diagnóstico rápido y sencillo). Durante las siguientes semanas, quiero contarte las características de cada tipo de piel y sus cuidados. Hoy es el turno de la piel seca. ¡Toma nota!

¿Cómo es la piel seca?

La piel está formada por un 80% de lípidos y un 20% de agua. Sea cual sea el tipo de piel, hay que intentar que su función barrera sea óptima y esto solo se consigue cuando hay un equilibrio entre los lípidos y la hidratación. Para conseguir este equilibrio es cuando influye la tipología de cada piel.

En el caso de la piel seca, se caracteriza porque pierde agua, su secreción sebácea es escasa, el poro pequeño y la epidermis fina. Todo ello puede provocar sensación de acartonamiento, un tacto áspero, el engrosamiento, el tono mate y una mayor propensión a las arrugas. Además, una piel extremadamente seca puede volverse sensible, irritable, propensa a alergias y no ser capaz de repararse por sí misma.

¿Qué provoca que se seque la piel?

Con el paso de los años, las pieles tienden a volverse secas. No debería ocurrir antes de cumplir los 50, sin embargo, el agitado ritmo de vida que llevamos y los agentes agresivos medioambientales a los que estamos expuestos a diario están provocando que muchas pieles jóvenes también se vuelvan secas y sensibles. Esto hace que no puedan mantener la humedad y protegerse de las agresiones por sí mismas.

Por ejemplo, un factor que explica que tengamos la piel seca es llevar una dieta pobre en vitaminas y grasas, con falta de vegetales y fruta fresca, y de proteínas. A nivel externo influyen: un clima seco, la exposición constante a calefacciones y aires acondicionados, el viento, el sol, el uso de detergentes agresivos, las aguas alcalinas que alteran el pH cutáneo, el consumo de tabaco (incluso de forma pasiva) o de alcohol. También hay que distinguir la llamada piel seca patológica, que es la que está ligada a alteraciones cutáneas, como la dermatitis atópica o la psoriasis.

Consejos para cuidarla correctamente

  1. La limpieza diaria, mañana y noche, debe realizarse con leches o aceites limpiadores que no resequen la piel. Evita cualquier opción jabonosa.
  2. Aplica un sérum de alto contenido en aceites que aporte agua y cubra la necesidad de lípidos.
  3. Escoge una crema de tratamiento de textura rica, específica para las necesidades de tu piel: anti-arrugas, reafirmante, anti-manchas, etc. Debe contener activos altamente hidratantes y sustancias nutritivas y emolientes, como aceites de jojoba, aguacate o aloe vera, manteca de cacao o de karité. También hay que dar a la piel vitaminas y otros nutrientes que refuercen su barrera, estimulen la renovación celular y aumenten el grosor.
  4. Tan importantes como las hidratantes de día son las cremas nutritivas de noche, que ayudan a la piel a repararse durante el sueño.
  5. Realiza una exfoliación semanal para evitar el engrosamiento de la piel. Escoge peelings suaves que contengan sustancias hidratantes y evita los exfoliantes granulados, que ejercen un efecto de arrastre y pueden causar pequeñas lesiones y heridas.
  6. Evita productos con alcohol y fragancias, ya que resecan mucho. Además, debes asegurarte de que sean “no comedogénicos”, es decir, que no provoquen granos.
  7. El agua termal es muy recomendable para estas pieles, ya que las calma, suaviza y restaura su grado de acidez. Se pueden usar a cualquier hora.
  8. Los filtros solares de factor alto (SPF 15 como mínimo) son imprescindibles tanto en invierno como en verano para evitar que el sol reseque aún más la piel y produzca arrugas.
  9. Nada de esto funcionará si no tienes claros cuáles son los tres pilares de una piel sana: la hidratación, es decir, beber agua y líquidos suficientes; la alimentación, que debe ser rica y variada; y el sueño, ya que la piel se regenera durante la noche.

Te recomendamos estos productos

Montibello

Wrinkle Smoothing Rich Cream SPF 20, de la línea Genuine Cell de Montibello. Una crema de tratamiento antiarrugas y nutritiva de textura ultrarica, indicada para pieles maduras secas. Las arrugas se reducen visiblemente y el rostro recobra su elasticidad, volumen y firmeza. Contiene el nuevo activo Prollagen-VG, el nuevo colágeno vegano creado por Montibello. Su precio: 40,60€/50ml.

APoEM

Restore Moisturizer, de APoEM. Acaba al momento con la sed de tu piel gracias a esta crema hidratante fresca y restauradora que renueva la hidratación y mejora la barrera protectora. Destaca su aroma a romero, niaulí y geranio Su precio: 45€/100ml.

Scens

L’Elixir, de Scens. Compuesto por 15 extraordinarios aceites orgánicos y veganos, este elixir facial hidrata, ilumina, nutre y regenera de manera exponencial las células de la piel en un tiempo récord. Contiene Bio Retinol Like y Bio Botox Like, dos complejos naturales con un enorme poder antiedad. Su precio: 97€/30ml.

Nuxe

Óleo-extracto de arroz, de Nuxe Bio. Un aceite nocturno que envuelve con confort las pieles normales a secas durante la noche. Contiene una mezcla de aceites vegetales bio de aguacate, sésamo, jojoba y macadamia, que cuidan de la textura de la piel y refuerzan el sistema natural de nutrición, para disfrutar de una piel lisa y radiante al despertar. Su precio: 41,90€/30ml.

Laneige

Water bank Moisturizing Mist, de Laneige. Una bruma facial compuesta de agua mineral hidroionizada, que hidrata y repara la piel seca a fondo en cualquier momento del día. Además, es una fantástica prebase de maquillaje. La encontrarás solo en Sephora. Su precio: 16,99€

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