Llevar las riendas de una aplicación que, mediante una prueba de ADN, encuentra el amor de tu vida es tener mucho poder. El zarandeo que supone en la vida de millones de personas este descubrimiento, teniendo en cuenta el rol fundamental que ocupa el amor en nuestra trayectoria vital, convierte a Rebecca Webb, la genetista cofundadora y directora general de la aplicación The One, en una persona poderosísima. Y así lo refleja su cabello. Analizamos cómo el moño con múltiples volúmenes se alza como un espejo del poder de la protagonista en esta serie de Netflix.
Moños múltiples
Desde Cantabria, María José Llata, de Peluquería Llata Carrera reflexiona sobre el aire sofisticado que desprenden sus moños «casi vanguardistas», en dos volúmenes, uno en tupé y otro en la nuca. «Los laterales y el resto del cabello quedan planos, formando así un contraste muy moderno», advierte.
Felicitas Ordás (de Felicitas Hair, Mataró) señala que este segundo moño, en ocasiones, se divide en otros dos moños más pequeños y aparece coronado con mechones enroscados como espirales. La estilista indica que la originalidad reside en la actualización de un recogido tan clásico como el moño: «se convierten en modernos, gracias a que su tamaño es ligeramente excesivo y al modo en que se conforman la imagen en general».
Volver al pasado para mirar el futuro
Los detalles trenzados y espirales y los moños de diferentes volúmenes que luce nuestra protagonista en esta serie de clara estética futurista nos transporta a los looks que nos han llegado de la Antigua Grecia con el séptimo arte. En época clásica y helenística, abundan los recogidos con trenzas y moños en cabelleras largas y repletas de tirabuzones sobre todo entre las mujeres de gran distinción. Rafael Bueno, desde el salón malagueño Rafael Bueno Peluqueros, pone en relación lo clásico del amor y del moño y la actualización que ambos presentan en esta serie, señalando el equilibrio entre lo clásico y lo futurista. «Los juegos de volúmenes en contraste nos demuestran que Rebbecca quiere distinguirse y proyectarse hacia el futuro».
El cabello, un reflejo del poder
En esta serie se permite realizar un recorrido sobre el ascenso de la protagonista a través de sus looks. En su etapa previa al éxito, vemos a una Rebecca con una estética más cercana y espontánea, con vestuarios menos formales y una melena de reflejos canela de medios a puntas que luce en ocasiones suelta. Las ondas suaves de su cabello lo llenan de luminosidad y de libertad, al contrario de la rigidez y el hermetismo que adopta su cabello después.
Cuando logra notoriedad, se lleva a cabo una reformulación de su imagen que pasa por eliminar esas mechas, luciendo el color natural y completamente bajo control. Las coletas bajas con mechones trenzados o los moños despejan de la cara todo el cabello, enfatizando el poder de la mirada. Su personalidad aparece al descubierto sin tapujos: es una mujer que no se esconde.
La seguridad es el gran valor que proyecta Rebecca Webb, un valor esencial en la publicidad para lograr que el consumidor compre el producto, en este caso, apoye el proyecto de «emparejamiento».
Vender verdad, desprender mentira
El traje, la pieza de vestir que emana más poder por antonomasia (poder masculino) crece, pues sus líneas se alargan con el tupé frontal que luce la protagonista.
«Estos recogidos nos dicen que la imagen que ves no es la real sino la que ella quiere que veas» indica Raquel Saiz del Salón Blue (Torrelavega). El espectador no se acaba de creer la inocencia y generosidad de la aplicación, sino que interpreta un aura siniestra y oscura a su alrededor. El aspecto «antinatural» de los peinados son un reflejo de la automatización del amor.
¡Te animo a analizar los looks a la vez que disfrutas de la serie!
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