“Nos pareció una buena ocasión para darle la vuelta a la tortilla y dejar de llevar el maquillaje que nos había impuesto para ser deseadas. Para ocultar detrás de los brillos y la purpurina a la mujer que fuimos. Y en ese momento, al vernos con la cara lavada, tuvimos la sensación de que podíamos ser libres y cambiar nuestro destino. Pero solo fue un espejismo”.
Este es uno de los grandes momentos que comparten las protagonistas de Sky Rojo, Wendy, Coral y Gina, tres víctimas de la trata que emprenden un camino hacia adelante para salir de la prostitución y alcanzar la libertad. ¡No temas por los spoilers, si aún no te has atrevido a disfrutar de la serie, que ha estrenado este verano su segunda temporada en Netflix! Esta entrada no desvelará los secretos de la trama, pero nos hemos atrevido a pensar en la apuesta beauty de Sky Rojo.
Melenas rompedoras
Lali Espósito es Wendy, el personaje más arrollador de la serie, por su capacidad de cuestionar lógicas machistas para liderar el empoderamiento femenino. En cuestiones beauty, su melena platina con una raíz oscura contrasta con sus cejas oscuras muy marcadas y definidas. A pesar del aspecto perfectamente trabajado de esta imagen, en la huida por la libertad su melena con una raya en medio se mueve definida por ondas desechas.
Verónica Sánchez es Coral, una mujer educada con un espíritu autodestructivo que se sumó al Club Las Novias para huir de su pasado. Su melena en un tono atrevido como el lila contrasta con la raya a un lado en un aspecto más angelical.
Yani Prado es Gina, muy soñadora, dulce e inocente en un ambiente de destrucción y explotación. Su melena rizada y natural parece encarnar las ganas de libertad de su interior.
Lágrimas de colores
Cejas bien marcadas y pestañas infinitas para enmarcar las miradas de tres valientes que llevan en su alma demasiado dolor. El eyeliner impecable es una constante en sus ojos, que se ven adornados por detalles más o menos artificiosos durante el transcurso de la serie.
Durante su cautiverio, el maquillaje es la herramienta para despojar a las protagonistas de su esencia, y convertirlas en aquello deseable y adquirible. Aquí Gina, luce unas pestañas infinitas en color rosa y en strass unas lágrimas rojas, un reflejo de su dolor a través de un exquisito make up.
En la misma sintonía, descubrimos las lágrimas en negro que la propia Wendy se dibuja en una expresión esteticista de su propio dolor, mientras se mira al espejo.
Ante el poder de la mirada, en el caso de Wendy adornada en ocasiones con tonalidades rosáceas, encontramos una sonrisa que le bate el duelo. Los rojos están muy presentes en los labios de las protagonistas. Sin embargo, Gina, envuelta en ese aura de inocencia, luce maquillajes más naturales en muchos momentos de la serie, un despojo de artificio que potencia la estética de la ingenuidad y la dulzura.
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