Nunca nos cansaremos de repetirlo: la higiene es la base de cualquier rutina de cuidado y de belleza. Liberar el cutis de impurezas y de restos de maquillaje es indispensable para que la piel respire y los productos faciales hagan su efecto.
La importancia de la limpieza facial
Llega el verano y con él se relajan las rutinas de cuidado. Algunas noches llegamos más tarde de lo habitual y surge la tentación de irnos a dormir sin desmaquillarnos o de no seguir la rutina de cuidado completa. Otras veces, nos convencemos que no hemos utilizado ningún cosmético, que hemos salido con la cara lavada, aprovechando que está bronceada y que nos sentimos guapas.
Sin embargo, aunque no nos maquillemos, es igualmente necesario el desmaquillante. Basta con pasar un algodón por el rostro sin maquillar para comprobar la presencia de restos de maquillaje e impurezas en nuestra cara. Es indispensable liberar de toda suciedad el rostro, antes de aglutinar los productos.
¿Qué supone no limpiar el rostro? Que las partículas de suciedad se acumulen siendo la cuna perfecta para que surjan imperfecciones y granitos. Además, la piel sucia no luce radiante sino que adquiere un tono apagado y cansado.
La línea de Passion Beauté
Consciente de la importancia de la limpieza facial, Passion Beauté ha lanzado una línea cosmética con seis productos desmaquillantes de fórmulas diferentes: agua micelar, leche, tónico, mousse, exfoliante y limpiador de ojos.
Queremos poner la lupa sobre este último el Mon Démaquillant Yeux, que está concebido en dos fases para hacer desaparecer incluso el maquillaje más resistente. La fase aceitosa es ideal para eliminar los restos de cosméticos de alta permanencia, sin dejar un acabado no graso en los párpados. La fórmula contiene ingredientes activos naturales que proporcionan una sensación de confort y calma. El hidrosol de arándano es refrescante y estimula y tonifica el contorno de ojos. Su precio: 9,95€/125ml De venta exclusiva en centros de belleza Passion Beauté.