Apatía, cansancio, falta de concentración y de apetito… combatimos los síntomas de la astenia otoñal

astenia otoñal, pexels

¿Sientes fatiga, dolor articular y te cuesta dormir y concentrarte? Puede que estés experimentando astenia otoñal, que suele afectarnos sobre todo en el inicio de la estación. La vuelta a la rutina tras las vacaciones, el aumento de la presión atmosférica y el descenso de temperaturas, así como el cambio de hora, contribuyen a la sensación de apatía. Hoy nuestra protagonista es la astenia otoñal y sobre todo los tips para combatirla.

Astenia otoñal

Hace tres semanas que aterrizó el otoño y puede que sientas ya en tu cuerpo, por dentro y por fuera, la astenia otoñal. Poca vitalidad, cansancio y somnolencia, falta de apetito, problemas para concentrarse, fatiga, dolor muscular y articulaciones y muy pocas ganas de no hacer nada.  El otro día, me decía a mi misma: ¡No sé como puedes estar cansada, estás durmiendo un montón!

Esta apatía es uno de los síntomas de la astenia otoñal, provocada en parte por los cambios atmosféricos de la estación: baja la presión, se reducen las horas de sol y las temperaturas suben y bajan sin avisar. En este inicio del otoño, nos encontramos todos los estilismos posibles en la calle y lamentamos no haber acertado con la combinación de piezas. He aquí el momento perfecto para la aparición estelar de gripes y resfriados, que aprovechan que tenemos las defensas más bajas, por falta de vitaminas y minerales. Y si nos encontramos mal es normal que sintamos que no tenemos energía y que estemos arrastrando nuestro cuerpo, en vez de dominarlo.

Seis claves para combatir la astenia

Como no te gustará sentirte cansado todo el día y sin energía, te presentamos los seis consejos que ofrece Aquilea para combatir la astenia otoñal.

Ejercicio diario, pero no de alto impacto. En el momento que me sentí apática y cansada volví al gimnasio. El deporte es siempre muy recomendable y para evitar que se sobrecarguen las articulaciones basta con realizar actividades que fomenten la movilidad y mejoren nuestra elasticidad. Caminar siempre está bien, pero también puedes optar por bicicleta, natación, pilates o yoga.

Una buena y constante rutina de sueño. Tras el desbarajuste propio del verano, en otoño toca volver a las rutinas de descanso. No encadenes jornadas y jornadas de dormir poco porque eso lo nota tu cuerpo y tu mente. Acuéstate pronto e intenta garantizar siempre que duermes las horas suficientes.

Protégete de las bajas temperaturas. Aunque aún no ha llegado el frío, el mercurio desciende más de lo esperado algunos días y puede que nos pille ‘mal vestidos’ para el temporal. Es muy importante que sepamos protegernos del frío porque así tardarán más en llegar los constipados y gripes, que son especialmente molestas. Además, el descenso de las temperaturas impacto en la salud de nuestras articulaciones, defensas y estado de ánimo.

Apuesta por una alimentación equilibrada. Son muy recomendables los alimentos con alto contenido en vitamina E (verduras de hoja verde), ricos en omega 3 (pescados azules), con antioxidantes (té verde) y con alto contenido antiinflamatorio (ajo, cúrcuma). A veces se nos puede olvidar lo importantísimo que es mantener una buena dieta no únicamente para sentirnos bien por dentro y por fuera.

Incorpora complementos alimenticios, para ganar las vitaminas y los minerales que necesitas, y así afrontar la astenia otoñal con más energía.

Y yo añadiría… Cuídate mucho por dentro. Mírate y pregúntate : ¿cómo estás? Volver a la rutina no puede significar vernos en un espiral de estrés y de ansiedad, el trabajo es importante pero más importante es nuestra salud mental. Tenemos la oportunidad de cambiar cada día, podemos alejar o evitar situaciones que nos producen estrés y agobio, e intentar abordarlas de forma diferente, y no perdemos profesionalidad.

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