En el sorteo del tratamiento Skin D-Pigment de Sensilis para ser una de las testadoras, hemos leído muchos comentarios que aludían al impacto en la autoestima de la presencia de manchas. Muchas de vosotras reconocías que las manchas os hacen sentir más inseguras y menos atractivas y que incluso os da cierta vergüenza establecer conversaciones en las distancias cortas. Que la gente mira, pregunta, que parece que incluso hayas casi desaparecido porque tienes una mancha y es lo único que se ve.
Y nos ha llamado mucho la atención que tantas hablarais directamente de autoestima y de inseguridad, en vez de aludir a cuestiones puramente físicas. Así que hoy, aprovechando que hace poquito que fue el Día de la Salud Mental (10 de octubre) y que cada vez (por suerte) queremos saber más de nuestra salud interior, he aquí este post hablando de autoestima.
¿Qué es la autoestima? Podemos decir que, a grandes rasgos, es la percepción global que tenemos de nosotras mismas. En la construcción de la autoestima también entra en juego nuestra capacidad de poner límites, de abrazarnos y de hablarnos bien cuando nos ocurre algo que nos zarandea. De no vernos únicamente desde nuestras carencias y los errores, porque somos vulnerables y no llegamos a todo. Un día escuché en un podcast sobre salud mental, una sencilla definición de la autoestima como la capacidad de reconocernos como humanos. ¿Cuánto nos pesan nuestros límites? ¿Por qué insistimos en poder con todo?
La autoestima se construye desde la infancia y se trabaja desde dentro para que nos queramos por el simple hecho de ser nosotros, no por nuestra profesión ni por el papel que desarrollamos en la vida de las personas que nos rodean. Te recomiendo muchísimo este vídeo de Somos Estupendas sobre autoestima.
«La gente solo me mira las manchas, parece que tengo la cara sucia, solo me miran ahí, me crea mucha inseguridad, me da vergüenza salir a la calle, siempre me tengo que tapar con mucho maquillaje…» El aluvión de comentarios sobre la inseguridad ‘provocada’ por las manchas nos ha puesto alerta.
¿Nos podemos sentir inseguras porque hay partes de nosotras que no nos gustan? Claro que sí. ¿Podemos aumentarnos el pecho, rellenarnos los labios, hacernos tratamientos faciales o ponernos a dieta? Nada más faltaría que no. ¿Significa eso que no me quiero lo suficiente? No. Tenemos la libertad de modificar las zonas que menos nos agradan si creemos que eso nos hará sentir mejor.
Pero… ¿por qué lo haces y sobre todo para quién? Hazlo para ti, porque tu autoestima no tiene nada que ver con tu aspecto físico sino con tu capacidad de respetarte y de quererte. Y resiste mucho, en la era de Instagram, al bombardeo incesante de mensajes que nos animan a compararnos en un espiral muy poco saludable con el falso propósito de alcanzar una perfección. Porque no existe. No tenemos que estar a la altura de lo que creemos que la gente espera de nosotros. ¿Y qué debes esperar de ti misma? Que seas capaz de entenderte como humana, pon y ponte límites. No somos superwomans y no queremos serlo.
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