Envejecimiento digital: evita los efectos de la hiperconectividad, con estos consejos

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El móvil, el ordenador, la tablet, el televisor… Vivimos permanentemente conectadas. De hecho, ya quedan muy pocas cosas que no podamos hacer a través de una pantalla. Esto puede resultarnos muy cómodo, sin embargo, su uso continuo tiene efectos negativos sobre el estado de nuestra piel y sobre nuestra salud. Es lo que se conoce como envejecimiento digital y, en esta entrada, te damos algunos consejos para ponerle freno.

¿De qué debemos protegernos exactamente?

1. Envejecimiento prematuro de la piel

La luz que emiten las pantallas de nuestros dispositivos electrónicos se llama luz azul o luz visible de alta energía (HEVis), y es capaz de penetrar en la hipodermis, la capa más profunda de la piel. Una sobreexposición aumenta la generación de radicales libres, lo que se traduce en más arrugas y menos firmeza; debilita la barrera cutánea, provoca deshidratación, aparición de manchas y pérdida de vitalidad en el rostro.

2. Mala calidad del sueño

La luz azul también tiene un efecto directo en la calidad del sueño, ya que disminuye la producción de melanina, la hormona que nos ayuda a dormir bien. Esta falta de descanso incrementa todavía más el deterioro de la piel.

3. Cuello de texto

Otro término relacionado con el uso excesivo de pantallas que ha surgido es el de Text Neck o cuello de texto. Se refiere a la postura que adoptamos para mirar, principalmente, el móvil y que acaba provocando dolores de cuello, cervicales y espalda. Esto también incrementa la falta de firmeza en la zona, propicia el “efecto papada” y la aparición de arrugas en el cuello y el escote.

4. Fatiga en los ojos

No podemos dejar de hablar del efecto de los dispositivos digitales en nuestros ojos. Los síntomas principales son la sequedad, la fatiga y la visión borrosa. Además, como señala la esteticista Marta García, la piel fina que rodea los ojos sufre especialmente el envejecimiento digital: “Uno, porque a menudo fruncimos los ojos para adaptarnos a la luz que emiten las pantallas y el gesto se convierte en arruga; dos, porque degrada las fibras de colágeno y elastina a más velocidad que la que marcada por la edad biológica; tres, afecta a la microcirculación sanguínea y la falta de oxigenación potencia la aparición de ojeras.”

Algunos consejos para prevenir el envejecimiento digital

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