Cómo funcionan los test cosméticos para medir la eficacia de los cosméticos

eficacia de los cosméticos

Todos y cada uno de los cosméticos que tienes en tu baño están destinados para conseguir un benéfico. Los hay para para reducir las manchas, hidratantes, de eficacia antiedad, para eliminar la celulitis, para protegernos del sol… Pero, ¿son reales esos milagrosos beneficios?, ¿qué tipo de pruebas se realizan en los laboratorios para vendernos ese resultado? Te ofrecemos las claves para entender qué tipo de estudios se realizan para comprobar la eficacia de los cosméticos.

  1. Un producto cosmecéutico debe ofrecer calidad, eficiencia y transparencia. Es necesario que se realicen diferentes test de uso y de eficacia en voluntarios bajo control dermatológico para garantizar resultados visibles en la piel.
  2. Test de uso. Sirve para verificar la aceptación, tolerancia cutánea y seguridad de los productos. Se realiza en voluntarios humanos, quienes se aplican la muestra durante X días. Paralelamente, se realiza un cuestionario al inicio y al final del ensayo, donde dan su opinión subjetiva sobre los productos.
  3. Test de eficacia. Se trata de estudios de eficacia objetiva, pueden ser ensayos in vitro, in vivo o ex vivo y se utilizan diferentes equipos diseñados para analizar el estado cutáneo. Certifican que el producto evaluado cumple lo que promete.
  4. Los estudios de eficacia cosmética son especialmente relevantes porque deben estar fundamentadas con pruebas apropiadas y verificables, incluidas las evaluaciones de expertos. Miden, por ejemplo, la profundidad de las arrugas, el nivel de hidratación, los niveles de grasa en la piel, etc.
  5. Cada producto cosmecéutico está formulado para ejercer unas determinadas funciones que vienen reivindicadas en el etiquetado y, que deben ajustarse al cumplimiento de la legislación y a los datos que justifican que son funciones reales. Según el beneficio cosmético que defienda cada producto, se determina qué tipo y nivel de evidencia se necesita para probar su eficacia.
  6. Los estudios desarrollados en voluntarios respetan reglas éticas y los productos probados son sometidos previamente a controles de seguridad, siguiendo métodos fiables.

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