Cuatro de cada 10 mujeres sufre acné entre los 25 y los 40 años, afirman desde los Laboratorios Dermatológicos Rilastil. Y es que cada vez son más los adultos que sufren esta enfermedad que se considera popularmente un problema estético de adolescentes. Pensar que solo es un tema estético y que pasará no es una buena actitud. De hecho supone el principal motivo de consulta al dermatólogo. El acné es una infección y debe ser tratado por un médico especialista. Te explicamos todo lo que deberías saber sobre el acné en pieles adultas.
Aunque puedes evitar llegar a sufrirlo. Te lo contamos.
Aunque parezca increíble, el acné se considera la enfermedad más frecuente en el ser humano, ya que la sufren casi el 80% de los adolescentes y cerca de un 40% de adultos jóvenes.
¿Qué es el acné?
Se trata de una inflamación y obstrucción de los folículos pilosebáceos, es decir el folículo donde se encuentra el vello y las glándulas productoras de grasa, principalmente de la cara, el tórax y la espalda (en la zona de los hombros). Por diversos factores, estos folículos tienen una secreción de grasa excesiva que se convierte en caldo de cultivo y proliferación de la flora bacteriana cutánea. Todo ello se traduce en puntos negros y lesiones rojas o con pus (comedones) que pueden dejar cicatrices.
Una de las causas más importantes de la aparición del acné es el aumento de las hormonas masculinas, los andrógenos, razón por la que es más frecuente entre los chicos adolescentes. Se calcula que el 30% de ellos sufre un acné moderado o severo. Sin embargo, no es un problema exclusivo de las pieles jóvenes: casi la mitad de las mujeres europeas entre 30 y 49 años afirma tener acné (48%), cifra que se eleva hasta el 60% en el caso de las mujeres hasta los 39 años y al 70% entre las mujeres hasta los 29 años (datos de L’Oréal). En el caso de los hombres, cuya piel es ya de por sí grasa y ligada estrechamente a los andrógenos, las impurezas y el acné pueden mantenerse también durante años.
¿Por qué seguimos teniendo acné?
Los problemas cutáneos son habituales ya que la piel refleja cualquier desequilibrio fisiológico que tengamos, como las variaciones del ciclo hormonal, la mala alimentación o el estrés. También son habituales las explosiones de acné asociadas a los cambios meteorológicos, como las erupciones otoñales y primaverales.
El proceso es conocido:
- la glándula sebácea produce más grasa de la habitual
- la piel del canal sebáceo se engrosa (hiperqueratinización) debido a la acción irritante del sebo por la alta cantidad de ácidos grasos que contiene
- las células muertas, en lugar de caer, se adhieren unas a otras formando una masa compacta y firme que provoca la obstrucción del poro
- el exceso de grasa no se elimina por el canal obstruido y se acumula
- la microflora bacteriana prolifera en este exceso de sebo y se producen rojeces, irritaciones, puntos negros, granos
- por último, si no se sanea la piel y se la trata adecuadamente, aparece la infección: el acné.
Diferencias entre el acné en adolescentes y adultos
La diferencia reside principalmente en las causas. En la adolescencia su principal causa es la hormonal, sin embargo, puede haber factores genéticos y hereditarios que la empeoren.
En los adultos las causas son múltiples: alteración hormonal (menstruación, embarazo, menopausia, en los hombres producción de andrógenos), estrés, tabaquismo etc. Uno de los mayores problemas en el acné adulto son las marcas, ya que con el paso del tiempo la piel va perdiendo su poder regenerativo.
Tratamiento con la piel acnéica
Es imprescindible que el acné sea tratado por un dermatólogo, ya que hay es una infección y en algunos casos graves requiere la toma de antibióticos por vía oral que sólo puede prescribir el médico especialista.
Sin embargo, si estamos ante una piel grasa o mixta con imperfecciones, puede tratarse eficazmente con cosméticos que la saneen, purifiquen y eliminen el exceso de sebo. La higiene de estas pieles es imprescindible. A diario hay que usar cosméticos que limpien el poro en profundidad, aunque hay que tener cuidado de no utilizar productos demasiado agresivos o con detergentes muy activos, ya que entonces la piel puede resecarse y producir aún más sebo para «calmar» esa sequedad, lo que se denomina «efecto rebote».
También hay que hidratar a diario con cosméticos que no engrasen pero que aporten agua para que pueda realizar sus funciones con normalidad, y que contengan activos que regulen y equilibren tanto la flora bacteriana como la producción de sebo. Para ello suelen utilizarse sustancias como el ácido salicílico, el más conocido, pero también zinc y activos vegetales.
En pieles muy grasas conviene recurrir a mascarillas purificantes una o dos veces por semana y a exfoliaciones suaves pero profundas, que eliminen el engrosamiento de la piel y eviten la aparición de cicatrices. Además, es importante que las cremas calmen y disminuyan la inflamación cutánea.
Nunca hay que usar maquillajes oclusivos para ocultar las imperfecciones. En el mercado hay multitud de maquillajes y tratamientos para disimular las marcas del acné a la vez que se trata la lesión. Tampoco hay que tocar los granitos y lesiones, algo que siempre se recomienda y pocas veces se realiza. El riesgo de manipular un granito es convertirlo en una lesión con cicatrices que a menudo no pueden ya borrarse.
10 pasos imprescindibles
Según la AEDV (Asociación Española de Dermatología y Venereología), para combatir el acné hay que tener en cuenta…
- Realizar una limpieza diaria correcta de la piel, como norma general no más de dos veces al día (se podría irritar) y con un jabón suave . Secar sin friccionar. Lavar el pelo con la frecuencia necesaria para mantenerlo limpio
- El problema que desencadena el acné no es la suciedad, por ello no hay que obsesionarse con la higiene y convertirla en una agresión excesiva.
- No existen remedios milagrosos, ni tratamientos alternativos que superen en eficacia a los que la industria cosmética y farmacéutica comercializan y el dermatólogo prescribe
- El tratamiento del acné requiere constancia, pues podrá mantenerse activo meses o años. Durante ese tiempo es preciso mantener unos cuidados generales en todos los casos- Además, en muchos de ellos se deberá recurrir a cremas farmacológicas antiacnéicas y en algunos habrá que plantearse tratamiento farmacológico con pastillas. En cualquier caso el acné no controlable es una situación excepcional
- No manipular las lesiones de acné es el mejor procedimiento para evitar las marcas. Al apretar los granos podemos transformar una lesión que iba a desaparecer en poco tiempo y sin dejar cicatrices en otra mucho más visible, más duradera y que además al curarse dejará como secuela una cicatriz.
- Utilizar cosméticos libres de aceites o no comedogénicos de marcas reconocidas
- Las cremas que se utilizan para tratar el acné pueden irritar la piel. Este no es motivo para suspender el tratamiento, sino que hay que espaciar su aplicación, cada dos o tres días. Casi siempre la piel aprende de forma progresiva a tolerar estos productos
- Aunque la dieta debe ser equilibrada, no hay ningún alimento que haya demostrado empeorar el acné. Los alimentos que habitualmente se citan en el saber popular como agravantes del acné, en cualquier dieta bien estructurada solo deben ingerirse ocasionalmente y en pequeñas cantidades
- Acudir al dermatólogo, médico especialista en el tratamiento del acné, que individualizará el tratamiento, seleccionando la crema o las pastillas según el sexo, edad y tipo de acné de cada paciente
- Las marcas, en formas de cicatrices o zonas rojas, van a mejorar de forma notable con el paso de tiempo, por lo que muchas veces no es necesario ningún tratamiento para ellas. Cuando no desaparezcan o si queremos acelerar su mejora, disponemos de tratamientos muy eficaces: aunque durante muchos años se han realizado peelings y microdermoabrasiones con resultados aceptables, hoy se tratan sobre todo con diferente láseres, tanto las manchas rojas (láser de colorante pulsado) como las cicatrices (láser de CO2 y erbio sobre todo en su forma fraccional, es decir tratando con miles de pequeños haces de energía que dejan entre las zonas tratadas otras sin tratar, con lo cual los tiempos de recuperación para desarrollar una vida normal se reducen a 3-5 días , frente a los 10 de los laseres convencionales)
Acnestil Micropeeling, de Rilastil. Ha sido formulado para abordar las cuatro etapas del acné; piel grasa con poros abiertos, exceso de sebo y aparición de granitos, inflamación e irritación de la piel y finalmente las marcas de acné. Ingredientes y propriedades. Entre sus ingredientes destacan 2% de ácido salicílico y 5% de ácido mandélico que proporcionan una acción exfoliante compatible con pieles sensibilizadas, 2% niacinamida con efecto seboregulador y calmante y azeloglicina que aporta hidratación. Su precio: 25,40€/100ml.
Biretix Cleanser, de Cantabria Labs. Limpieza suave y efecto purificante. Con BIOPEP-15, oligopéptido de origen botánico que controla de manera selectiva la proliferación de Cutibacterium acnes, con activos calmantes de origen vegetal como el aloe vera o el extracto de algas, entre otros, y Piroctona Olamina una combinación de ingredientes seborreguladora y antibacteriana que ayuda a purificar la piel. Una limpieza de uso diario perfecta para pieles mixtas, grasas y con tendencia acneica. Su precio: 15,54€/200ml.
Dermopure Serum triple efecto, de Eucerin. Reduce la hiperpigmentación post-inflamatoria en las pieles grasas con acné, ayuda a prevenir las imperfecciones y controla los brillos. Fórmula con textura no-grasa y no comedogénica. La fórmula combina Ácido Hialurónico de alto y bajo peso molecular y Glucoglicerol, que promueven la hidratación de la piel, con Glicerina y Pantenol, que refuerzan la protección de la barrera cutánea manteniendo una efectiva hidratación prolongada. Su precio: 19,75€/40 ml.
Keracnyl PP+, de Ducray. Reforzado por la acción sinérgica de myrtacine y celastrol, que favorece la eliminación de los granos y marcas residuales. A partir de los 7 días, las imperfecciones comienzan a desaparecer. Su textura no grasa ni pegajosa se envuelve en una fase ligeramente más nutritiva para maximizar la comodidad y el bienestar en la aplicación. Proporciona hidratación las 24 horas. y también es una buena base de maquillaje. Finalmente, complementa a la perfección un tratamiento prescrito por un dermatólogo. Se puede utilizar a partir de los 12 años. Precio: 15,15€/30ml.
Higienización para pieles con acné, en Oxigen. Tratamiento dirigido a pieles grasas y con tendencia al acné que precisan de un método de actuación más allá de la prevención. Este protocolo higieniza y desinfecta la piel de manera efectiva y respetuosa con los tejidos. Tratamiento 100% personalizado, ya que el acné se manifiesta de forma diferente en cada persona y tipo de piel y, por tanto, requiere un protocolo a medida. Durante todo el protocolo se utilizan productos específicos con fórmulas sin perfumes, colorantes, conservantes u otro tipo de activo que pueda generar una reacción indeseada de la epidermis. Su precio: 90€/90 minutos. Frecuencia: iniciaremos un régimen de una limpieza a la semana hasta estabilizar el brote, después espaciaremos las sesiones progresivamente hasta una limpieza mensual.
Más información