Qué hay, realmente detrás de las siliconas en los productos capilares

Siliconas productos capilares

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En el mundo de la belleza, algunos ingredientes han sido excluidos del «equipo ganador», tanto que han sido eliminados de los envases de la mayoría de los productos cosméticos. ¿De quiénes estamos hablando? De las siliconas Pero, ¿por qué se les ha declarado la guerra? ¿Son realmente tan dañinas como se dice? ¿Estamos destinados a una separación definitiva? Te explicamos que és lo que realmente esconden las siliconas en los productos capilares.

Para entender la controversia que rodea a las siliconas, primero debemos desmitificar lo que realmente son. A diferencia de lo que muchas personas piensan, no hay un único tipo de silicona, sino muchas.

Estos ingredientes sintéticos se derivan de la sílice, un mineral que se encuentra en la arena. Las siliconas, inventadas por un científico estadounidense antes de la Segunda Guerra Mundial, han demostrado ser versátiles y rentables, encontrando su lugar en diversas industrias, incluida la cosmética.

¿Cuál es el encanto de las siliconas?

Las siliconas se han convertido en ingredientes tan populares en la industria de la belleza por su capacidad para crear una película impermeable que recubre la piel o, en el caso del cabello, crean una capa protectora que es casi impenetrable. Esta película suave se adhiere al cabello, evitando que las fibras de queratina se levanten, lo que da como resultado un brillo instantáneo y un cabello más manejable. Además, en muchas fórmulas, las siliconas mejoran la experiencia sensorial, proporcionando una textura suave y facilitando la aplicación de productos.

Las siliconas no tienen otra función que la de enfundar el cabello; no son hidratantes ni reestructurantes; cubren, como una película de plástico.

¿Cuál es el problema con las siliconas?

Los problemas asociados con las siliconas son muchos y dependen, en gran medida, del tipo de silicona utilizada. Pueden agruparse  pueden agruparse en dos categorías: impacto ambiental e impacto en la salud.

Impacto ambiental

El historial ecológico de las siliconas no es precisamente ejemplar. Estos compuestos son conocidos por ser altamente contaminantes debido a su estabilidad. Las siliconas no se descomponen y persisten en el medio ambiente indefinidamente. Una vez que son enjuagadas, terminan en el agua y pueden agruparse, creando problemas ambientales significativos.

Dado que no son biodegradables, pueden tardar siglos en desaparecer. La Unión Europea ha implementado regulaciones estrictas que limitan el uso de ciertos tipos de siliconas, como D4 y D5, a no más del 0.1% en productos que se enjuagan.

Impacto para la salud

En lo que respecta a la salud, algunas siliconas se han relacionado con posibles efectos perjudiciales: pueden alterar el equilibrio hormonal y causar obstrucción de los poros.

Aunque no se ha establecido científicamente el nivel de riesgo asociado con un tipo particular de silicona, la acumulación de estas sustancias ha sido objeto de vigilancia durante años.

Es lógico pensar que un producto cuya única función es envolver el cabello puede, en concentraciones excesivas, tener un efecto asfixiante, lo que va en contra de la búsqueda de un cabello saludable. Las siliconas también pueden afectar negativamente el cuero cabelludo, especialmente en casos de cabello graso.

El encanto engañoso de las siliconas

Además de los problemas ambientales y de salud, las siliconas también tienen un lado oscuro en el mundo de la belleza. Su capacidad para crear un brillo inmediato puede ocultar los verdaderos problemas capilares, ya que impiden que los productos de tratamiento penetren en la fibra capilar. Esto puede resultar en problemas a largo plazo, como la pérdida de la película hidrolipídica, la desestructuración del cemento intercelular y la falta de nutrición, lo que finalmente puede dañar el cabello o dejarlo cada vez más seco.

En conclusión, mientras que las siliconas en la belleza pueden proporcionar resultados inmediatos y una experiencia sensorial agradable, es importante sopesar los impactos ambientales y de salud que pueden conllevar.

La decisión de utilizar productos con siliconas o no dependerá de tus preferencias y valores personales. Como siempre, la clave está en la educación y la toma de decisiones informadas en tu rutina de cuidado de la piel y el cabello.

Así puedes identificarlas

Solo tienes que leer la etiqueta de tus cosméticos capilares (el llamado código INCI): las reconocerás por su terminación, pues todas acaban en “-cona” o en “-siloxano”. Ejemplo: dimeticona, trimeticona, amodimeticona…

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