Retinol, niacinamida, ácido hialurónico, ácido salicílico, ácido glicólico… Son muchos los activos que juegan su rol en el universo del skincare y son cada vez menos desconocidos, sobre todo para aquellas personas que disfrutan cuidando de su piel. Hoy hemos querido sumar un activo: el ácido poliglutámico. ¿De dónde sale? ¿Para qué sirve? ¿Podemos combinarlo con otros activos? Resolvemos todas las dudas en el post de hoy.
¿Qué es el ácido poliglutámico?
El PGA o ácido poliglutámico es un polímero natural, derivado de la soja y de cultivo biotecnológico. Presenta un alto poder de hidratación, por lo que está seduciendo a la industria cosmética y cada vez son más las fórmulas que lo incluyen.
Este ingrediente de origen vegetal alisa la piel, reduciendo las líneas de expresión del cutis, y es muy versátil. Es recomendable para todo tipo de pieles y no compite con otros ingredientes, de forma que lo podemos combinar, por ejemplo, con la vitamina C o el ácido hialurónico.
Ácido poliglutámico vs ácido hialurónico
Para comprender mejor los beneficios del ácido poliglutámico, vamos a compararlo con el archiconocido ácido hialurónico. Uno no es mejor que otro; actúan de forma diferente, son complementarios, y conocer sus propiedades nos permitirá elegir el más adecuado a cada necesidad.
Cuando se aplican sobre la piel, ambos ofrecen potentes efectos hidratantes de larga duración, reteniendo la humedad. Sin embargo, la primera gran diferencia es que el ácido hialurónico se produce de forma natural en la piel y el ácido poliglutámico no. Como hemos dicho es un polímero vegetal, derivado de la soja, que se cultiva mediante la biotecnología.
El ácido poliglutámico es capaz de contener 5000 veces su peso molecular en agua, cinco veces más que el ácido hialurónico (x1000). Además, el PGA bloquea la acción de la hialuronidasa, una enzima que «destruye» el ácido hialurónico natural de la piel. De esta forma, el rostro mantiene, durante mucho tiempo, su nivel de hidratación natural.
Y aquí no acaba la historia. El ácido poliglutámico no solo mantiene el estado de la barrera cutánea (como el ácido hialurónico), sino que va un paso más allá y la fortalece, manteniendo el agua en su interior. El PGA protege frente a la pérdida transepidérmica de agua (TEWL) y la deshidratación, dos condiciones que fomentan el envejecimiento prematuro de la piel y la pérdida de luminosidad.
Y por último, el ácido poliglutámico está formado por moléculas más grandes que las del ácido hialurónico. Debido a este tamaño molecular mayor, es más difícil la penetración en las capas más profundas de la piel y por eso la hidratación es más superficial.
No debemos reconocer el ácido hialurónico y el poliglutámico como competidores, sino como dos aliados complementarios en nuestra rutina de cuidado facial.
Cosméticos con ácido poliglutámico
Después de hablar de los beneficios del ácido poliglutámico es el momento de descubrir un trío de cosméticos que lo utilizan en sus formulaciones. Empezamos con la crema con retinoides renovadora, de la innovadora gama Retiderma de Montibello. Con un 94% de ingredientes de origen natural, esta crema sedosa formulada con Marine Bio-Retinoid promueve la renovación de la piel y favorece la reparación cutánea. Además, corrige las arrugas, unifica el tono cutáneo y afina la textura. Retiderma ofrece un renacer eficaz y respetuoso a las pieles cronoenvejecidas, fotoenvejecidas (por la sobreexposición al sol) y a aquellas que requieren una acción regenerante y renovadora. Su precio: 71,65€/50 ml
Attivi Puri Gotas Ácido Hialurónico + Ácido Poliglutámico, de Collistar. Combina el Ácido Hialurónico con Ácido Poliglutámico, un activo biocompatible que incrementa la hidratación cutánea e inhibe la degradación del Ácido Hialurónico. Su fórmula está enriquecida con Inulina, un prebiótico natural que ayuda a preservar el microbioma cutáneo. Su precio: 49€/30ml
Rosacure Ultra SPF 50+, de Cantabria Labs. Esta crema de día de rápida absorción ofrece una protección muy elevada contra las radiaciones UVB (SPF50+) y la radiación UVA. Ha sido desarrollada para contrarrestar el eritema intermitente y el permanente en personas afectadas por rosácea. Contiene magnolol, metilsulfonilmetano y ácido poliglutámico para reducir las sensaciones desagradables de picor y prurito. Su precio 39,07€/30ml
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