“Si no quieres que te salgan granitos, no comas tanto chocolate”. Frases como esta son muy comunes sobre todo durante la adolescencia, en que el proceso hormonal fomenta el aterrizaje de granitos en nuestro rostro. Recuerdo que taché durante una buena temporada el chorizo de mi dieta para evitar la aparición de estos compañeros y limitaba el consumo de dulce. Y es que en la aparición de granitos y espinillas la alimentación tiene mucho que decir. Por eso, hoy hemos querido hablar del acné digestivo. ¡Allá vamos con este temazo!
¿Qué es el acné digestivo?
A grandes rasgos, hablamos del acné digestivo como la manifestación cutánea relacionada con los problemas digestivos y el consumo de ciertos alimentos que pueden desencadenar brotes de acné. Así que está directamente relacionado con lo que comemos y cómo nuestro cuerpo procesa estos alimentos. Puede deberse tanto a una señal de desequilibrios como a una respuesta de nuestro cuerpo a la ingesta de ciertos alimentos.
Sus causas
El desequilibrio en la microbiota intestinal
Uno de los causantes del acné digestivo puede ser la alteración e inflamación de nuestra microbiota intestinal, esencial para una piel limpia y una buena digestión. En este sentido, la farmacéutica Belén Acero, experta en dermofarmacia y nutrición explica que, cuando todo funciona de forma correcta, la barrera mucosa intestinal bloquea el paso de las moléculas proinflamatorias, pero “en caso de disbiosis (desequilibrio de la flora intestinal), el intestino gana porosidad y las sustancias indeseables logran llegar a la sangre”. En ese momento tiene lugar una respuesta inflamatoria cutánea, con un empeoramiento del acné.
Una dieta rica en ultraprocesados y azúcares, pero pobre en nutrientes desencadena desequilibrios en la microbiota intestinal. Como señala Acero, por eso tienen lugares “trastorno intestinales (hinchazón, flatulencias, alteración del tránsito…) pero también una mucosa intestinal que ya no desempeña correctamente su función”.
En definitiva, una microbiota intestinal saludable es fundamental para tener una buena digestión y una piel limpia, ya que el organismo puede manifiestar sus problemas digestivos a través de la piel, causando acné.
Intolerancias alimentarias
Las personas con intolerancia al gluten o a la lactosa pueden experimentar inflamaciones cutáneas, que pueden derivar en brotes de granitos y espinillas.
Productos lácteos
Los lácteos, especialmente los procesados, pueden ser un motor para el acné, por la presencia de las hormonas presentes en la leche y en sus productos derivados.
Exceso de azúcares y carbohidratos refinados
Este tipo de productos disparan los niveles de insulina y fomentan la producción de sebo, desencadenando el acné.
Alimentos recomendables
Agua
Sí, sin novedades en el frente, pero es que el agua es un indispensable en nuestra salud de forma global y también en la de nuestra piel. Así podemos eliminar de forma más fácil las toxinas y mantener la piel elástica e hidratada.
Frutas y verduras
Son ricas en antioxidantes, vitaminas y minerales que contribuyen a mantenernos sanos y con la piel saludable. ¿Qué te podemos recomendar? Ya sabes que el arsenal es muy amplio, pero sobre todo te recomendamos zanahoria, espinacas, brócoli, fresas, arándanos o naranjas.
Fibra
Para contribuir al buen estado de la microbiota intestinal, es muy importante y beneficioso que incluyas avena, legumbres, frutas y verduras a tu dieta.
Probióticos y prebióticos
Los probióticos presentes en el yogur, pero también en el kéfir, el miso o el kombucha que son grandes aliados para fortalecer la microbiota intestinal.
También para mejorar nuestra digestión y en sintonía la salud de nuestra piel podemos tener en cuenta los prebióticos, alimentos con alto contenido en fibra que actúan como nutrientes para microbiota. Son ideales para optimizar el equilibrio de los microorganismos.