El término «callo solar» está causando furor en las redes sociales. Como no puede ser de otra forma, hoy dedicamos nuestro atención a hablarte de esta tendencia, sus riesgos y cómo debes proteger tu piel mientras disfrutas del sol.
¿Qué es el callo solar?
El término «callo solar» se refiere a un método que se ha popularizado en TikTok e Instagram en el que los influencers se exponen deliberadamente al sol de manera gradual y controlada, con el objetivo de desarrollar una piel más resistente y menos propensa a quemaduras solares.
La teoría detrás de esta práctica es que, al igual que un callo en la piel se forma por fricción y uso repetido, la piel puede «endurecerse» contra el sol mediante exposiciones controladas.
Los defensores del callo solar afirman que este método les permite broncearse de manera más segura, evitando las quemaduras dolorosas y logrando un bronceado más uniforme.
«Es una auténtica barbaridad», advierte la Dra. Allende,del Hospital Quirónsalud Bizkaia. La razón es que «el cáncer de piel melanoma surge predominantemente por dos factores: por las exposiciones muy agresivas en la infancia y por la acumulación de exposición solar a lo largo de nuestra vida». La especialista explica que el callo solar no es más que acumular mutaciones, dosis de sol –de manera innecesaria– que en un futuro van a dar problemas.
Los peligros del callo solar
El callo solar no es una moda inofensiva, sino un signo de daño significativo en tu piel. Aquí te detallo los peligros más serios:
- Riesgo de cáncer de piel: Las quemaduras solares aumentan el riesgo de desarrollar cáncer de piel, incluido el melanoma.
- Envejecimiento prematuro: La exposición excesiva al sol puede acelerar el envejecimiento de la piel, provocando arrugas y manchas.
- Daño inmediato: Las quemaduras solares pueden ser dolorosas y llevar a complicaciones como ampollas e infecciones.
¿Cómo funciona el callo solar?
«El proceso típico de creación de un callo solar implica una exposición gradual y medida al sol. Los seguidores de esta práctica comienzan con tiempos cortos bajo el sol, aumentándolos paulatinamente cada día. La idea es construir una «resistencia» al sol, permitiendo que la piel se acostumbre a la radiación ultravioleta (UV) sin sufrir daños inmediatos. Algunos incluso recomiendan el uso de aceites bronceadores para acelerar el proceso, creyendo que esto puede ayudar a la piel a adaptarse más rápidamente. Y esto, por supuesto, es un tremendo error,» aclara la farmacéutica Belén Acero, titular de Farmacia Avenida América y experta en dermofarmacia y nutrición.
La piel tiene memoria
El principal riesgo del callo solar es padecer melanoma. Este, además de por una predisposición genética, se debe a las quemaduras solares que sufrimos durante la infancia y a lo largo de nuestra vida.
«La piel tiene memoria y acumula los daños solares de manera continuada. Aunque nos cuidemos en los últimos años, el daño solar previo no desaparece, pero sí podemos esforzarnos en no seguir dañando nuestra piel,» advierte la Dra. Irati Allende, del Hospital Quirónsalud Bizkaia.
Para proteger la piel, la doctora Allende sugiere una doble protección: «Es recomendable usar fotoprotectores en crema y adoptar medidas de fotoprotección física, como usar gorra y sombrilla, además de evitar las horas centrales del sol o las exposiciones prolongadas». La clave está en el sentido común y en una combinación de métodos.
Cómo proteger tu piel del sol
En lugar de seguir esta peligrosa tendencia, te animo a cuidar de tu piel con estos consejos prácticos:
- Usa protector solar: Aplica un protector solar de amplio espectro con un SPF de al menos 30 y reaplícalo cada dos horas, especialmente si nadas o sudas.
- Viste ropa protectora: Usa sombreros, gafas de sol y ropa ligera que cubra tu piel cuando estés expuesta al sol durante largos periodos.
- Busca sombra: Evita la exposición directa al sol entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando los rayos UV son más fuertes.
- Evita las horas pico. Limita tu exposición al sol entre las 10 a.m. y las 4 p.m., cuando los rayos UV son más intensos.
- Mantén tu piel hidratada: Bebe mucha agua y usa cremas hidratantes después de la exposición al sol.