Los hongos en los pies, conocidos como pie de atleta o tiña pedis, son infecciones micóticas que pueden causar molestias significativas y problemas de salud si no se tratan adecuadamente. La prevención de esta afección es crucial para mantener una buena salud podal y evitar complicaciones. Tenemos muchas ganas de compartir contigo las claves para prevenir los hongos en los pies, para poder pisar firme, sin límites.
La prevención, el cuidado indispensable
Por salud y por comodidad, es muy importante poner todas las herramientas para frenar la aparición de hongos en los pies. Y es que estas infecciones micóticas, si no se tratan adecuadamente, pueden provocar muchas molestias: picazón, ardor, descamación y grietas en la piel. Además, si las grietas en la piel se infectan con bacterias pueden dar lugar a infecciones secundarias, dando lugar a complicaciones en el tratamiento.
Otro motivo por el cual es muy importante dedicar esfuerzos a tratar los hongos porque son altamente contagiosos y se propagan, fácilmente, a otras partes del cuerpo y personas.
Para llevar a cabo la prevención de la mejor forma, es fundamental tener identificados lugares que puedan ser focos de contacto, por la humedad y el calor. Las duchas y los vestuarios de los gimnasios y las saunas son espacios en los que se disparan los niveles de calor y de humedad, una combinación en la que proliferan los hongos. También son epicentros de contagio los vestuarios y las áreas de duchas de las piscinas, por sus superficies húmedas.
Pero no solo es cuestión de lugares, sino también de hábitos. Y es que usar zapatos y calcetines húmedos o sudados durante largos periodos puede disparar el riesgo de infecciones por hongos.
Así podemos prevenir los hongos en los pies
Llegados a este punto nos toca centrarnos en las claves para prevenirlos, en la serie de prácticas y de cuidado personal con los que lograremos mantener a raya los hongos.
- Mantén los pies secos para eliminar la humedad completamente, sobre todo la que se acumula entre los dedos. Es importante que laves los pies con agua y jabón.
- Emplea zapatos que sean transpirables y alterna su uso para que todos los calzados tengan tiempo de secarse.
- Evita el contacto directo con superficies contaminadas, con sandalias o chanclas en vestuarios, duchas y piscinas.
- No compartas artículos personales que puedan ser foco de contagio, como toallas, zapatos o cortauñas.
- Cambia los calcetines de forma regular, para que estén limpios y secos en todo momento, aunque eso suponga cambiarse más de una vez
Y para finalizar y evitar que se complique el estado de tus pies, revísalos para detectar signos de infección, como descamación, picazón o enrojecimiento. Y sobre todo, visita al médico de inmediato para recibir la evaluación de un profesional.