Es innegable que activos como el retinol o los alfa y beta-hidroxiácidos pueden transformar tu piel, pero también es cierto que no siempre son amigos de las pieles sensibles. ¿El motivo? Su alta potencia puede causar irritación y enrojecimiento. Aquí es donde entra en juego el microdosing, una técnica que apuesta por concentraciones bajas y ultraprecisas para que disfrutes de sus beneficios sin correr riesgos. La farmacéutica Belén Acero, titular de la Farmacia Avenida de América y especialista en dermofarmacia y nutrición, nos explica en qué consiste el microdosing y para qué tipos de piel está indicado.
¿Qué es el microdosing?
El microdosing consiste en usar dosis más pequeñas de principios activos en lugar de optar por fórmulas con altas concentraciones. Esta estrategia te permite obtener resultados efectivos de manera progresiva y, sobre todo, con mayor tolerancia. Incluso activos potentes como el retinol o el ácido glicólico se pueden incluir en tu rutina diaria sin alterar la piel, lo que lo convierte en una opción ideal si tienes una epidermis sensible o reactiva.
Hoy en día, muchas pieles están sobreestimuladas por un exceso de productos. Este enfoque minimalista y preciso ayuda a evitar esa saturación, dando paso a una belleza más consciente y pausada. Porque, en términos de cuidado de la piel, a veces «menos es más».
Activos que funcionan (y los que no) con microdosing
Los ingredientes más compatibles con esta técnica son:
- Retinol: perfecto para renovar la piel sin causar descamación.
- Vitamina C: antioxidante estrella, ideal para iluminar y proteger.
- Ácidos exfoliantes: como el glicólico, láctico y salicílico, que mantienen su eficacia sin irritar.
¿Y qué nunca debes microdosificar? El protector solar. Aquí no hay margen para dosis pequeñas: apuesta siempre por un SPF 50 y reaplícalo con frecuencia para prevenir manchas, envejecimiento prematuro y problemas cutáneos más graves.
¿Es eficaz el microdosing?
Quizás te preguntes si estas dosis bajas son tan efectivas como las más altas. La respuesta depende de tu piel. Mientras que algunas personas toleran perfectamente concentraciones potentes, otras pueden sufrir irritaciones. Para pieles sensibles, reactivas o con tendencia a la hiperpigmentación postinflamatoria, el microdosing es una solución suave pero efectiva, ya que ayuda a mantener intacta la barrera cutánea.
La clave está en la constancia. Usar diariamente un producto que tu piel tolere es mucho más efectivo que aplicarlo de vez en cuando y provocar enrojecimiento o daño en su barrera protectora. En un mundo donde la belleza lenta y consciente gana terreno, las dosis bajas se convierten en el mejor aliado para una piel saludable, equilibrada y radiante.
Sabías qué…
El microdosing no solo protege tu piel, sino que también respeta su ritmo natural de renovación celular, ayudándola a adaptarse mejor a los tratamientos. Una tendencia que confirma que la paciencia es la mayor virtud en belleza.