Con la llegada del invierno, los resfriados se multiplican y, más allá de los estragos que suponen para nuestra nariz, la piel de nuestro rostro y cuerpo también sufre algunas alteraciones… Te explicamos por qué tienes la piel más seca cuando estás resfriada.
Estar resfriada no solo afecta cómo te sientes por dentro, también tiene consecuencias visibles en tu piel. Si has notado que tu rostro luce apagado, más seco o incluso irritado durante un catarro, no estás sola. La deshidratación cutánea es una de las señales más comunes de que tu piel también está luchando contra el resfriado. Pero, ¿por qué ocurre esto? Vamos a descubrirlo y, lo más importante, a solucionarlo.
Conexión entre el resfriado y la piel deshidratada
Cuando estás resfriada, tu cuerpo pierde más líquidos de lo habitual. Factores como la fiebre, el aumento de la sudoración y el uso de medicamentos descongestionantes contribuyen a esta pérdida. Además, respirar por la boca debido a la congestión nasal reduce la hidratación de tus mucosas, lo que repercute en la piel.
Por otro lado, si estás constantemente sonándote la nariz, la fricción repetida y la humedad del papel pueden irritar la piel de la zona, causando sequedad y descamación alrededor de la nariz y los labios.
Cambios en la barrera cutánea
La piel tiene una barrera natural que retiene la humedad y la protege de las agresiones externas. Durante un resfriado, esta barrera puede debilitarse debido a varios factores:
- El estrés oxidativo: causado por la inflamación general del cuerpo, que reduce la capacidad de la piel para retener agua.
- La falta de sueño: típica cuando estás enferma, que ralentiza la regeneración celular.
- El ambiente seco: si usas calefacción para combatir el frío, el aire seco del interior también contribuye a deshidratar tu piel.
Cómo cuidar tu piel cuando estás resfriada
Aunque no puedes evitar un resfriado, sí puedes mitigar sus efectos en tu piel con estos consejos:
- Hidratación extra: Usa cremas con ingredientes como ácido hialurónico, glicerina o ceramidas, que ayudan a retener el agua en la piel. Aplícalas tanto por la mañana como por la noche.
- Evita el agua caliente: Aunque una ducha caliente puede aliviar el malestar, el agua a alta temperatura elimina los aceites naturales de la piel. Opta por agua tibia y no prolongues demasiado el baño.
- Cuida la zona de la nariz: Aplica un bálsamo reparador o vaselina después de cada vez que te suenes. Esto reducirá la irritación y la sequedad.
- Hidratación interna: Bebe más agua, infusiones y caldos. Los líquidos no solo te ayudan a combatir el resfriado, sino que también mantienen la hidratación de tu piel desde dentro.
- Humidificador en casa: Si el ambiente está seco debido a la calefacción, un humidificador devolverá la humedad al aire, beneficiando tu piel.
- Protege tus labios: Los bálsamos labiales con manteca de karité o lanolina son tus mejores aliados contra los labios agrietados.