Centella asiática: el ingrediente reparador que fortalece, calma y mejora la piel

Centella asiática

La centella asiática se ha convertido en uno de los ingredientes estrella en dermocosmética, y no por moda, sino por méritos propios. Procedente del sur de Asia y utilizada durante siglos en medicina tradicional, su eficacia está avalada por estudios que confirman su capacidad para regenerar, reparar, calmar y proteger la piel. En cosmética moderna, se emplea en formulaciones destinadas a pieles sensibles, reactivas, con rosácea, acné, cicatrices o envejecimiento prematuro.

El extracto de centella asiática contiene compuestos bioactivos como los asiaticósidos, el ácido madecásico y el ácido asiático, conocidos por estimular la síntesis de colágeno y la renovación celular. Gracias a esta acción, mejora la función barrera de la piel, refuerza su resistencia frente a agresores externos y acelera la cicatrización de microlesiones. Esto la convierte en un ingrediente clave tanto en protocolos de recuperación cutánea como en tratamientos preventivos.

Acción antiinflamatoria, cicatrizante y antioxidante

La centella asiática destaca por su efecto calmante frente a inflamaciones cutáneas. En pieles sensibilizadas, reactivas o sometidas a tratamientos dermatológicos intensivos (como peelings, láser o retinoides), ayuda a reducir el enrojecimiento y la sensación de ardor. Esta propiedad se debe a su capacidad para modular las citoquinas proinflamatorias y restaurar la homeostasis cutánea.

Además, sus principios activos promueven la cicatrización al favorecer la migración celular y la síntesis de colágeno tipo I, esencial para una piel firme y estructurada. También ofrece protección antioxidante frente al estrés oxidativo, lo que refuerza su papel como ingrediente antiedad. Por eso es habitual encontrarla en sérums, cremas, ampollas y cuidados post-intervención.

Ideal para pieles sensibles, acneicas o con signos de la edad

Las fórmulas con centella asiática resultan especialmente útiles en pieles con tendencia acneica, gracias a su efecto calmante y a su acción reparadora. En estos casos, ayuda a controlar la inflamación sin agredir la barrera cutánea, al contrario que otros ingredientes más abrasivos. Además, contribuye a reducir marcas post-acné gracias a su efecto despigmentante suave y regenerador.

En pieles maduras o dañadas por factores ambientales (radiación UV, polución, clima seco), sus beneficios incluyen mayor firmeza, elasticidad y resistencia. Muchas marcas la combinan con activos como niacinamida, ácido hialurónico o ceramidas para un tratamiento más completo. También forma parte de líneas CICA (de «centella» y «care»), desarrolladas para regenerar la piel con eficacia clínicamente probada.

Productos formulados con centella asiática

Cremas faciales

Cremas corporales

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