Los tonos de colorete que más favorecen con la piel bronceada

Colorete

SELENA GOMEZ PARA RARE BEAUTY

Con la llegada del verano, la piel cambia de tono, gana calidez y luz natural. Ese ligero bronceado que aparece tras unos días al aire libre transforma el rostro… y también la manera en la que el maquillaje interactúa con la piel. Uno de los productos que más cambia su efecto con la piel dorada es el colorete: el tono que usas en invierno puede quedar apagado o incluso desentonar en verano.

Escoge tu colorete ideal

Aprovechar el efecto del sol para realzar los pómulos, dar frescura y potenciar el aspecto saludable es una de las mejores funciones del colorete estival. Pero no vale cualquiera. Algunos tonos armonizan mejor con la piel ligeramente bronceada, aportando un rubor natural, un efecto sunkissed o incluso un toque sofisticado y vibrante según lo que busques. Te contamos cuáles son los más favorecedores y cómo aplicarlos para sacarles todo el partido.

Coral: el clásico infalible del verano

Si hay un tono que nunca falla sobre piel dorada es el coral. Entre el rosa y el naranja, es capaz de dar calidez, luminosidad y alegría al rostro en un solo gesto. Funciona muy bien en pieles medias y morenas, pero también en tonos claros con bronceado sutil.

Consejo de aplicación: úsalo en las manzanas de las mejillas y difumínalo hacia las sienes. Si quieres un plus de luz, combínalo con un toque de iluminador dorado justo encima del pómulo.

Terracota: el efecto sunkissed sin bronceador

Los tonos tierra, arcilla o terracota aportan definición sin endurecer, y se integran perfectamente con la piel bronceada. Funcionan casi como un híbrido entre colorete y polvo de sol, especialmente si se aplican estratégicamente.

Consejo de aplicación: coloca el producto en las zonas donde te da el sol de forma natural: parte alta de los pómulos, puente de la nariz y un toque en la frente. Puedes usarlo solo o sobre una base glow para un acabado más jugoso.

Melocotón y albaricoque: suavidad con luz propia

Para quienes buscan un efecto más dulce o natural, los tonos melocotón o albaricoque son ideales. Tienen suficiente pigmento para notarse sobre la piel bronceada, pero sin sobresaturar el rostro. Funcionan especialmente bien en pieles claras a medias.

Consejo de aplicación: aplica con brocha de pelo suelto y movimientos circulares. Si el colorete es en crema, difumina con los dedos o una esponja para integrar bien el color.

Rosa cálido o rosado terracota: el punto justo de rubor

Si no quieres renunciar al rosa en verano, elige tonos más cálidos o empolvados. Evita los rosas fríos o neón, que pueden chocar con el subtono dorado del bronceado. El rosa terracota o el malva cálido son excelentes opciones para un look sofisticado y armonioso.

Consejo de aplicación: colócalo solo en el centro de la mejilla, evitando extenderlo demasiado. Combínalo con labios nude o tonos arena para equilibrar el look.

Rojo quemado o frambuesa: para pieles morenas o muy bronceadas

En pieles morenas naturales o ya profundamente bronceadas, los tonos intensos como el rojo quemado, el frambuesa o el burdeos cálido pueden crear un efecto vibrante y elegante. La clave está en difuminar bien y aplicar poca cantidad.

Consejo de aplicación: ideal si llevas el resto del maquillaje neutro y quieres que el rubor sea el punto focal. Aplícalo con brocha pequeña y construcción ligera de capas.

¿En crema, polvo o líquido? La textura del colorete también importa

En verano, las fórmulas en crema o líquidas suelen ser más favorecedoras porque se funden mejor con la piel, no marcan la textura y resisten bien el calor. Si tienes piel grasa o buscas mayor fijación, puedes sellar con un toque de colorete en polvo encima.

Consejo extra: guarda los coloretes en crema en la nevera si hace mucho calor. Aplicarlos fresquitos reduce el enrojecimiento y mejora su fijación.

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