Retinol vs. Retinal: te ayudamos a diferenciarlos y a elegir el más adecuado para tu piel

Si estás interesada en el cuidado antiedad y has empezado a explorar el mundo de los activos dermocosméticos, seguro que te has topado con un debate cada vez más frecuente: retinol vs. retinal. Dos derivados de la vitamina A que comparten apellido, sí, pero que no actúan de la misma forma ni tienen el mismo efecto sobre la piel.

Saber cuál elegir según tu tipo de piel, tus objetivos y tu tolerancia es clave para evitar efectos indeseados y obtener realmente los resultados que buscas. En este artículo te explicamos sus diferencias, similitudes, y lo que debes tener en cuenta antes de introducir cualquiera de ellos en tu rutina. También te contamos cómo está evolucionando el uso del retinol en España, uno de los países donde su popularidad sigue en auge.

Retinol y retinal: ¿en qué se parecen y en qué se diferencian?

Ambos son retinoides, es decir, derivados de la vitamina A, una de las moléculas con más respaldo científico en cosmética dermatológica. Estimulan la renovación celular, mejoran la textura, reducen arrugas, afinan el poro y combaten las manchas. Pero lo hacen de manera distinta.

El retinol es una forma intermedia, que necesita dos pasos de conversión enzimática en la piel para transformarse en ácido retinoico (la forma activa). Por eso, es más suave, pero también más lento en mostrar resultados.

El retinal o retinaldehído, en cambio, solo necesita un paso para convertirse en ácido retinoico. Esto lo hace más potente y eficaz, pero también más exigente para la piel.

En resumen:

¿Cuál es mejor para tu tipo de piel?

La respuesta no es única: depende de cómo sea tu piel, tu experiencia con los retinoides y tus objetivos concretos.

Piel sensible o principiantes

Si es la primera vez que vas a usar un retinoide, tu piel es reactiva o sueles tener rojeces, el retinol es tu mejor aliado. Busca una concentración baja (0,1–0,3%) y combínalo con activos calmantes como niacinamida o ácido hialurónico.

Piel mixta o grasa, con signos visibles de envejecimiento

En este caso, puedes probar con retinal si ya tienes algo de experiencia o si buscas resultados visibles en menos tiempo. El retinal es especialmente eficaz en pieles con tendencia acneica o marcas postinflamatorias.

Piel madura o con daño solar acumulado

Aquí, el retinal también puede marcar la diferencia, gracias a su mayor capacidad para estimular el colágeno y uniformar el tono. Eso sí, introdúcelo progresivamente y siempre con hidratación reparadora.

Consejo clave: en ambos casos, la protección solar es obligatoria al usar retinoides, ya que la piel queda más expuesta a la radiación UV.

¿Qué pasa si me equivoco?

No es raro que al empezar con retinoides aparezcan efectos como descamación, rojeces o tirantez. Esto no significa que tu piel no los tolere, sino que necesita adaptación. Puedes seguir la regla del retinol: empezar aplicándolo solo dos noches por semana, ir subiendo poco a poco y mezclarlo con tu hidratante hasta que la piel se acostumbre.

Si notas que el retinal te resulta demasiado fuerte, puedes bajar a retinol. Y si incluso con retinol sientes que tu piel sufre, valora otras alternativas como el bakuchiol, un retinoide vegetal más suave y apto incluso durante el embarazo.

¿Se puede usar todo el año?

Sí, pero con matices. Durante el verano o si vas a exponerte al sol, debes extremar la precaución y acompañar el uso de retinoides con un protector solar de amplio espectro.

Muchas marcas formulan ya retinoles encapsulados o en texturas más estables que minimizan los riesgos. Y si tu piel está muy bien adaptada, puedes mantener tu rutina durante todo el año sin problemas, evitando solo los días de playa o alta exposición solar.

El uso del retinol en España: lo que debes saber

En los últimos años, el retinol se ha convertido en uno de los activos más buscados por las consumidoras españolas. Su fama ha crecido gracias al respaldo dermatológico, pero también por la recomendación de influencers y farmacéuticos especializados.

Sin embargo, esta popularidad también ha provocado un uso algo descontrolado. Muchas personas lo compran sin asesoramiento, eligen concentraciones elevadas sin tolerancia previa o lo combinan con otros activos irritantes como ácidos exfoliantes.

Además, se ha observado una tendencia a introducirlo demasiado pronto, incluso en pieles muy jóvenes. Es importante recordar que no es un ingrediente de uso universal y que conviene introducirlo solo cuando hay un objetivo concreto, como prevención del envejecimiento o tratamiento del acné.

Por suerte, cada vez más marcas ofrecen fórmulas adaptadas a distintos niveles de experiencia, y muchas farmacias ya disponen de servicios de asesoramiento personalizado para elegir el producto más adecuado.

¿Y si combino el retinol con otros activos?

Puedes combinarlo, pero con criterio. Algunas sinergias funcionan muy bien, como:

En cambio, evita usarlo la misma noche que exfoliantes potentes (como ácido glicólico o salicílico), vitamina C pura o peróxido de benzoilo, a menos que el producto esté formulado para combinarlo.

Lo esencial: escucha tu piel

Elegir entre retinol y retinal no es cuestión de moda, sino de conocer tu piel y respetar sus tiempos. Ambos son potentes herramientas cosméticas, pero lo que marca la diferencia es cómo los introduces y acompañas.

Escucha a tu piel: si responde bien, sigue. Si protesta, reduce. Y, ante cualquier duda, consulta con un dermatólogo o farmacéutico especializado. Porque el mejor resultado es una piel sana, no solo una piel sin arrugas.

Algunos productos con retinol y otros con retinal

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