El uso de desodorantes proporciona la tranquilidad de que, bajo altas temperaturas o en momentos de estrés, el sudor no nos delatará en forma de mal olor o restos de humedad en la ropa. Descubre por qué se produce el sudor, la diferencia entre desodorante y antitranspirante, la relación entre la sudoración y las hormonas y muchas cosas más sobre aquello que no debería abandonarnos durante toda la jornada…
El sudor es un mecanismo natural para regular la temperatura corporal y para eliminar sustancias nocivas para la salud, las conocidas toxinas. También podemos sudar como reacción ante fuertes emociones como el estrés, el miedo, el dolor o la ansiedad.
El desodorante en la historia
La preocupación por controlar el olor corporal no es una cuestión actual, nos viene de antiguo. Por ejemplo, los egipcios colocaban bolas de incienso en los pliegues corporales, o sustancias aromáticas (mirra, resina o dátiles) mezcladas con aceites o grasas animales pequeños rollos entre los vestidos. Los sumerios utilizaban aceites esenciales y alcoholes con extractos de plantas para perfumarse, en la antigua Roma los hombres se aplicaban unos cojines aromáticos en las axilas y los aztecas se bañaban hasta tres veces al día y usaban hierbas aromáticas. El objetivo siempre era el mismo, alejar el mal olor corporal.
Fue a finales del siglo XIX, en Estados Unidos, cuando se fabricó por primera vez algo parecido al desodorante que conocemos hoy en día. El producto era una mezcla de sulfato de potasio y aluminio. Después de la Segunda Guerra Mundial su uso se generalizó prácticamente en todos los países occidentales.
Desodorante o antitranspirante
Básicamente hay dos tipos de productos para eliminar el mal olor corporal. Aunque habitualmente se llama desodorante a todos los productos destinados a combatir los efectos negativos de la transpiración, en realidad hay dos tipos: el desodorante y el antitranspirante.
- Los desodorantes actúan sobre la flora bacteriana que al entrar en contacto con el sudor provoca el mal olor. Actúan en dos niveles: reducen las bacterias y neutralizan el olor.
- Los antitranspirantes actúan directamente sobre la causa del problema, es decir, la transpiración, y ejercen una acción reguladora que limita tanto el olor como la humedad. Están formulados con sales de aluminio y zinc y es precisamente por la utilización del aluminio que se ha llegado a decir que estos productos eran perjudiciales. Según el Dr.. Agustín Alomar, jefe del servicio de dermatología del Hospital de Sant Pau, de Barcelona, «el único problema para la salud que pueden producir los antitranspirantes son puramente locales, derivados de un mal uso del producto. Se deben utilizar siempre con la piel completamente seca, de lo contrario podría producir irritaciones».
Algunos consejos prácticos sobre el control de la sudoración
En relación al sudor y los desodorantes en general hay que saber que:
- Seguir una dieta equilibrada rica en frutas (como las cítricas) y verduras, así como beber mucha agua, contribuyen a controlar el mal olor del sudor.
- Hay culturas en las que el olor del sudor no está mal considerada, todo lo contrario.
- Se suda más por la mañana que por la tarde, aunque la temperatura y la humedad sean las mismas.
- Aunque no lo notemos, la cantidad de sudor es de un litro diario, aunque en situaciones extremas podemos sudar entre dos y diez litros.
- Los tejidos sintéticos reaccionan mal con el sudor, en el caso de las personas que sudan mucho, es aconsejable que utilicen tejidos naturales, como el algodón o el lino.
- Los antitranspirantes pueden utilizar cada día sin ningún tipo de preocupación.
- No hay ningún estudio médico que pueda vincular el uso de los antitranspirantes con el cáncer de mama.
- La mayoría de perfumes tienen una línea de higiene corporal con un desodorante, que complementará la fragancia.
Un mercado en evolución
Desde su nacimiento, el mercado de los desodorantes ha variado y mucho. Además de evitar el mal olor o la excesiva transpiración, hay que también reducen el crecimiento del vello, que son hidratantes y que se pueden utilizar, incluso, después de la depilación. Entre las novedades más importantes de los últimos años cabe destacar los antitranspirantes que no manchan la ropa, uno de los principales problemas de este tipo de productos. En cuanto a la presentación, encontramos en barra, en spray, en roll-on o en crema.
Es conveniente tener más de un desodorante en el armario del baño. Uno de suave, para usar cuando la piel está más sensible o para después de la depilación, un antitranspirante para asegurar que el olor estará controlada durante 24 horas en cualquier circunstancia, y otro con la misma fragancia del perfume para complementarlo.
Elegir un producto u otro depende de las necesidades de cada uno y de la preferencia de una textura por encima de otra. Hay que decir, a modo de ejemplo, que habitualmente los hombres prefieren los desodorantes en spray y las mujeres se decantan más por los roll-on, que hoy en día tienen una textura mucho más ligera y fresca que en sus inicios.
El sudor y las hormonas
La cantidad de sudor no depende sólo de factores externos como la temperatura ambiente y la humedad. Está también en relación directa con las hormonas.
La pre-adolescencia es el momento en el que los chicos y las chicas se ven obligados a tener su primer contacto con los desodorantes. El desarrollo hormonal suele empezar antes en las chicas, por lo que son éstas las primeras en usarlo.
Ya adultos, los hombres sudan hasta tres veces más que las mujeres debido, sobre todo, a dos factores: sus dimensiones corporales y la falta de estrógenos. Los estrógenos regulan el sudor en las mujeres por lo que estas sudan más en la primera parte del ciclo (antes de la ovulación) que en la segunda. En este sentido, las mujeres que se encuentran en la menopausia sufren los llamados «sofocos», ya que se produce una disminución de los estrógenos, lo que las hace sudar más cuando hay algún cambio de temperatura.
La cantidad de sudor y su olor también está relacionada con el tipo de piel. Por ejemplo, la seca tiene pocas glándulas sudoríparas, mientras que las que la tienen grasa tienen aumentadas sus secreciones sudoríparas. La acidez ol’alcalinitat de la piel también puede hacer variar el olor del sudor.
Hemos seleccionado para ti…
Deodorant Physiological, de La Roche-Posay. Formulado sin sales de aluminio, sin alcohol, sin colorantes ni parabenes. Su eficacia, no obstante, es de 24 horas frente a la humedad y el olor (8,60 €).
Roll On Crystal Clear Aqua, de Rexona. Con una fórmula anti-transpirarte y anti-manchas blancas, combina la eficacia y protección garantizada de hasta 24 horas (1,99 €).
Desodorante Douceur, de Plante System. Desodorante Bio sin sales de aluminio ni alcohol. Formulado con levadura, que evita la descomposición bacteriana, responsable del mal olor (7,80 €).
Desodorant Bio, de Puressentiel. Desodorante a base de aceites esenciales y Certificado Bio, respeta el equilibrio de la piel y proporciona frescor durante todo el día (10 €).
Mineral Spray Ultra Dry Spray, de Garnier. Primera línea de desodorantes de la firma. Asegura 48 horas de protección para ellas y ellos. Está formulado con un activo mineral de absorción natural del exceso de sudoración (3,09)
Desodorante Energisin Spice, de Dove Men Care. Éste es uno de los desodorantes de la gama para hombres. Su perfume picante, con toques de madera, protege durante todo el día y ofrece una protección duradera contra el sudor y la humedad (3,39 €).
Desodorante de Rosa, de Weleda. Elaborado a partir de aceites esencviales vegetales que previenen y neutralizan los olores corporales desagradables sin utilizar sustancias sintéticas. Ocho horas de eficacia científicamente probada.