La piel seca tiene un aspecto fino y transparente y suele proporcionar una tez bonita, suave y uniforme si se le dedica la atención necesaria. Pero a menudo se la califica como tirante, opaca, áspera, reseca, quebradiza y de poros finos y pequeños. La razón es que se trata de una piel muy sensible y delicada ante cualquier cambio, como los de temperatura, y puede que se enrojezca o descame con facilidad.
La tendencia natural de la piel con el paso de los años es la sequedad. Sin embargo, hay personas que presentan piel seca de forma prematura por distintas razones, aunque todas ellas provocan pérdida de agua (deshidratación) y una disminución en la producción de sebo. La piel seca suele presentar un aspecto de tirantez y falta de luminosidad debido a estas carencias, que provocan incomodidad además de descamación y la aparición de arrugas prematuras. Una piel extremadamente seca puede volverse sensible, irritable, propensa a alergias y no ser capaz de repararse por sí misma.
A menudo en el origen de una piel seca se encuentra una dieta pobre en vitaminas y grasas, con falta de vegetales y fruta fresca y de proteínas. Pero no es el único factor desencadenante. Hay factores internos, como por ejemplo alteraciones metabólicas como la diabetes, la insuficiencia renal, la toma de medicamentos o la atopia. Externamente, un clima seco, la exposición constante a calefacciones y aires acondicionados, el viento, el sol, el uso de detergentes agresivos, las aguas alcalinas que alteran el pH cutáneo, el consumo de tabaco, incluso de forma pasiva, o de alcohol son factores que también alteran el cutis y provocan sequedad. Aunque tengan el mismo aspecto, clínicamente se diferencian dos tipos de piel seca: la patológica, ligada a alteraciones cutáneas (dermatitis atópica, psoriasis…) y la fisiológica, asociada a factores constitucionales, a la edad o a problemas externos, tal como hemos visto.
La falta de humedad y grasa provoca que se produzcan arrugas de forma prematura, por lo que necesita cuidados desde muy temprana edad. Todas las pieles tienden a volverse secas con el paso de los años, pero esto no debería suceder antes de cumplir los 50. Sin embargo, el ritmo de vida actual y los agentes agresivos medioambientales provocan que muchas pieles jóvenes se tornen secas y sensibles, y ya no se basten a sí mismas para mantener la humedad y protegerse de las agresiones. Cuando esto ocurre, es necesario extremar los cuidados e hidratar y nutrir la piel a diario, mañana y noche, ya que es imprescindible restaurar la barrera cutánea para que las agresiones externas no la dañen.
Como en cualquier otro tipo de piel, los cuidados comienzan por la limpieza diaria. Lo más conveniente es realizarla con cosméticos que no agraven aún más la pérdida de agua y la descamación. Lo recomendable es usar un cosmético limpiador suave en forma de aceite o leche. Son mas recomendables los aceites limpiadores que las leches hidratantes, aunque éstas son preferibles siempre a cualquier opción jabonosa. Sin embargo, siempre que escojamos un aceite limpiador debemos comprobar que sea «no comedogénico», es decir, que no provoque granos. Después de la limpieza, conviene aplicar un tónico sin alcohol que contenga sustancias hidratantes y humectantes, y que equilibre y restablezca el el grado de acidez de la piel (pH).
A estas pieles les sientan muy bien las aguas termales, ya que son muy calmantes, hidratantes y contienen minerales muy adecuados para ella. Pueden usarse a cualquier hora del día, cuando la piel se note tirante o reseca, secando siempre bien después con un algodón o un pañuelo de papel a pequeños toques. También pueden servir para la higiene del rostro en lugar del agua corriente, que en algunos lugares es muy dura y provoca reacciones indeseadas al cutis.
Las cremas de uso diario deben contener activos altamente hidratantes y sustancias nutritivas y emolientes como los aceites de jojoba, aguacate o aloe vera, la manteca de cacao o la de karité, pero no deben ser oclusivas ni comedogénicas. Hay que dar a la piel vitaminas y otros nutrientes que refuercen su barrera, estimulen la renovación celular y aumenten el grosor de la piel. Pero tan importantes como las hidratantes de día son las cremas nutritivas de noche, que la ayudan a repararse durante el sueño.
De vez en cuando es recomendable exfoliar esta piel para evitar la descamación incontrolada. Hay que escoger peelings suaves que contengan sustancias hidratantes y evitar los exfoliantes granulados que ejercen un efecto de arrastre y pueden causar pequeñas lesiones y heridas. Una o dos veces a la semana conviene utilizar una mascarilla hidratante y nutritiva.
Tanto en invierno como en verano son imprescindibles los filtros solares de factor alto (SPF 15 como mínimo) para evitar que el sol reseque aún más la piel y produzca arrugas. En invierno, el frío y la calefacción son especialmente duros con la piel seca, por lo que no hay que descuidarse. Sin embargo, hay que tener en cuenta que ninguno de estos cuidados funcionará si no se tiene claro cuáles son los tres puntales en los que descansa una piel sana: la hidratación, es decir, beber agua y líquidos suficientes; la alimentación, que debe ser rica y variada; y el sueño, ya que la piel se regenera durante la noche.
Dieta mediterránea
Piensa en tu piel cuando comas, ya que la alimentación es la base de una piel sana. Hay que comer de forma equilibrada y variada, incluyendo frutas y verduras frescas, pero también proteínas de calidad como las carnes magras y los pescados azules, ricos en ácidos grasos esenciales. Es muy importante aliñar con aceites vegetales como el de oliva, repleto la antioxidante vitamina E que lucha contra el envejecimiento celular y contribuye a evitar la aparición de las arrugas.
A menudo las personas seguimos dietas bajas en calorías y la grasa que no aportamos al organismo se traduce en una piel deshidratada. Hay que aprovechar las ventajas que nos brinda el mercado y seguir una dieta mediterránea rica en ácidos grasos omega 3 y omega 6, ya que se ha comprobado que las pieles secas y atópicas tienen un desequilibrio de ácidos grasos esenciales que provoca la pérdida transepidérmica de agua.
También hay que tener presente que la piel es el último órgano al que llega el agua y, por tanto, el primero que se deshidrata, por lo que hay que seguir a rajatabla la regla de los ocho vasos de agua al día como mínimo.
Ten en cuenta que…
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Limpiadoras y tónicos. Deben ser suaves y con activos hidratantes y nutritivos para evitar que sequen aún más la piel y produzcan descamaciones o irritación.
- Hidratantes. Las cremas hidratantes deben contener activos que estimulen la retención de agua y reactiven la síntesis de los lípidos epidérmicos, además de sustancias calmantes que alivien la tirantez, el picor y la irritación.
- Mascarillas. Absolutamente imprescindibles para nutrir en profundidad las pieles secas, deben ser ricas, cremosas y confortables para devolver el bienestar, así como contener activos que combatan las arrugas y estimulen la síntesis del colágeno.
- Aceites y aguas. El agua termal y los aceites puros son muy recomendables para estas pieles, especialmente si sufren de sensibilidad, irritaciones o rojeces, ya que las calman, suavizan y restauran su grado de acidez.
Trucos para mantenerla hidratada
- Si bebes, tu piel bebe. Nada harán las cremas en el exterior si no tomas suficiente agua, ya que la principal fuente de hidratación es la bebida.
- Hamman en lugar de sauna. El ambiente seco de la sauna deshidrata aún más esta piel, por lo que conviene optar por los baños de vapor cuyo nivel de humedad facilita la rehidratación.
- Aceite puro. Pincha una o dos cápsulas de aceite de onagra de los que se venden como complemento alimenticio y aplícalo directamente sobre tu piel para nutrirla, masajeando suavemente hasta que se absorba.
- Baila. O anda media hora, o practica un deporte, pero hazlo a diario. Favorece la circulación sanguínea y linfática, oxigena tejidos y elimina toxinas, lo mejor para que la piel reciba los nutrientes que necesita y se mantenga firme y sana.
- Poca agua. Aunque parezca un contrasentido, hay que tener cuidado al aplicar agua a la piel seca, ya que el agua corriente puede provocar irritaciones y descamación. Mejor opta por agua termal en spray.
Recuerda que si quieres saber tu tipo de piel, sólo tienes que leer nuestro post ¿Qué tipo de piel tienes? Aprende a reconocer si es seca, grasa, mixta o sensible. También te recomendamos leer Seis cuidados básicos para la salud de tu piel
Pueden echarte una mano
• Génifique Nutrics de Lancôme Crema Activadora Juventud y Nutrición. Crema de día hidratante y nutritiva con un complejo que reactiva la actividad de los genes y estimula la producción de proteínas; su textura está diseñada para evitar la sensación de «pesadez» y «grasa» que algunas personas tienen al usar una crema para pieles secas, tiene una fase fundente al aplicarla que se convierte en un velo aterciopelado sin efecto de materia ni de grasa, para pieles secas, se aplica mañana y noche todo el año. 50 ml 76,3 €
• Crème Riche des Lagons Ideal Hydratation de Carita. Tratamiento facial hidratante y nutritivo que mejora la capacidad natural de la piel para conservar y reservar tanto el agua como sus lípidos (grasas); contiene agua del atolón de Raiatea (Polinesia), rica en minerales esenciales y oligoelementos, así como un complejo compuesto por aceite sagrado de tamanu, extraído del árbol sagrado de la Polinesia, rico en ácidos grasos esenciales omega 3 y 6 con propiedades regeneradoras, reparadoras y protectoras, entre otros activos que actúan también contra el envejecimiento cutáneo. 50 ml 90 €
• Oil Sensai Silky Purifing Cleansing Oil de Kanebo. Aceite limpiador para rostro, primer paso del sistema de doble limpieza de la marca para pieles secas. 150 ml 51 €.
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• Soin d’Arôme à la Rose de Darphin. Aceite aromático que hidrata, calma y suaviza, proporciona bienestar, desaparece la sensación de tirantez, contiene aceite esencial de rosa y aceites de onagra y almendras dulces, extracto de soja y cola de caballo, aplicar cinco gotas sobre el rostro por la noche, antes de la crema. 15 ml 53 €
• Time Zone Night de Estée Lauder. Crema de noche hidratante y anti-arrugas con una tecnología que contribuye a que la piel se defienda de forma natural contra las agresiones, contiene un complejo tri-halurónico que restaura, reconstruye y mantiene el nivel de hidratación y un complejo de aminoácidos que ayuda a producir proteínas claves como el colágeno justo cuando la piel trabaja para restaurarse, por la noche, textura cremosa para todo tipo de pieles. 50 ml 87 €