Consigue un pecho firme

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Firme y con volumen. Así es como nos gustaría a todas tenerlo. O mantenerlo. Pero la herencia genética y la ley de la gravedad pesan lo suyo. Combatir la flacidez y la falta de tono no es complicado si le dedicamos la atención que se merece. Porque el pecho es sin duda el mayor símbolo de feminidad y uno de nuestros más grandes atractivos.

El pecho es uno de los mayores atributos con que contamos las mujeres, pero su belleza es frágil por naturaleza. Es una glándula rodeada de tejido adiposo que está unida al tórax por la piel que lo recubre y no por ningún músculo, por eso es tan frágil su sujeción. Además, la piel de esta zona es mucho másfina, delicada y sensible que en el resto del cuerpo y está sometida a continuas fluctuaciones de peso y volumenque hacen que deba estirarse y retraerse, con la consiguiente pérdida de tonicidad.

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La caída del pecho se denomina técnicamente ptosis y se produce por diversos factores, como las oscilaciones de peso, los embarazos, la lactancia, los cambios hormonales, así como el paso de los años y las malas posturas. Todo ello contribuye a que los tejidos pierdan tensión y el pecho se vuelva flácido y caiga. Pero unos mínimos cuidados pueden mantenerlo en su sitioantes de recurrir a medidas más drásticas y actualmente muy en boga, como la cirugía.

Para mantenerlo en forma y firme hay que cuidar el tejido de sostén, empezando por adoptar unas buenas posturas. Es necesario mantenerse erguida tanto al estar de pie como sentada, con la espalda recta y el pecho hacia adelante. No sólo mantendrá tu pecho erguido, sino que te proporcionará seguridad y te permitirá mirar al frente desde una posición elevada, y no bajar la vista y retraerte sobre ti misma. No es conveniente dormir boca abajo, ya que lo oprime, ni realizar movimientos bruscos y de bamboleo, especialmente si las mamas son grandes. Tampoco hay que practicar deporte sin sujetador, sobretodo aeróbic, equitación, jogging y todos aquellos que provoquen movimientos excesivos.

De hecho, uno de los puntales para evitar flacidez y otros problemas es justamente elegir un buen sujetador. Independientemente de si te gustan deportivos, con puntillas, con aros o sin costuras, debes comprobar siempre al probártelo que es de tu talla, ni mayor ni menor, que no te comprime ni queda ‘suelto’ o formando bolsas, y que transpire correctamente para evitar humedad. Los sujetadores de relleno tienen justamente este inconveniente, ya que inmovilizan los senos y aumentan la transpiración. Escoge tejidos naturales como el algodón y la seda. Un truco para saber si es el adecuado es comprobar que los tirantes no quedan marcados sobre los hombros, que al abrocharse la tira de la espalda no sube hacia arriba, y que al mover los brazos en todos los sentidos el sujetador no se mueve y tu no lo notas.

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Durante el embarazo y la lactancia se recomienda el uso de un sujetador especial, ya que en este periodo la mama presenta variaciones de volumen y tensión a lo largo del día y necesita una prenda que se adapte a esta situación. Pero a la vez que es un puntal, el uso del sujetador provoca un gran inconveniente: el pecho está inmóvil durante horas y eso acaba desencadenando falta de vigor y tonicidad. Para combatir esta situación hay que realizar ejercicios que estimulen la firmeza.

La higiene de esta zona es también importantísima. Ni se te ocurra tomar baños y duchas muy calientes, ya que provocan flacidezen todos los tejidos y muy especialmente en el pecho. Al contrario, para tonificarlo conviene aplicar el chorro de la ducha con el agua lo más fría posible. Si lo aplicas realizando círculos sobre él, conseguirás además un buen masaje reafirmante. También las duchas intermitentes, agua fría y templada, tonifican. Es imprescindible la aplicación de una crema hidratante y reafirmante en todo el tejido de sostén, es decir: el pecho hasta los hombros, el escote y el cuello hasta la barbilla. Siempre es mejor utilizar un cosmético formulado especialmente para esta zona, sobre todo si existe ya un problema de flacidez.

Para tener un pecho 10

Autoexploración mamaria

Una vez al mes, después de la menstruación, conviene realizar una exploración de las mamas para comprobar que no hay ninguna anomalía como bultos o depresiones. Pese a que muchas de nosotras evitamos hacerlo por temor o aprensión, conviene que nos acostumbremos a ello desde los 18 años. A partir de los 40 hay que realizar una mamografía anual, está comprobado que es la mejor forma de prevenir cualquier problema. Ésta es la forma correcta de realizarla.

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  1. Sitúate delante del espejo con los brazos colgando a los lados. Observa los pechos y comprueba que no hay diferencias entre ellos de simetría, tamaño, contorno, color y morfología ni en la mama ni en el pezón y la aureola
  2. Pon las manos a la cintura (los brazos en jarras) y observa que no hay cambios. Haz la misma comprobación con los brazos en alto
  3. Debes observar si hay zonas rojas, bultos, depresiones, hoyuelos o cualquier irregularidad en la piel
  4. Con la mano contraria al pecho a explorar, empieza a palpar la mama. Puedes seguir de pie o tenderte en la cama. Si lo haces así, tiéndete hacia arriba para que descanse sin presiones. Pon los tres dedos medios de la mano izquierda sobre la mama derecha, empezando desde la parte superior de la mama, por encima del pezón, y siguiendo el círculo de ésta hacia la axila y hacia abajo
  5. Coge el pezón entre los dedos índice y pulgar y presiona. Comprueba si sale algún líquido y qué aspecto tiene (transparente, lechoso, sanguinolento)
  6. Palpa también la zona de la axila y comprueba que no existen bultos
  7. Haz lo mismo con la otra mama

Hazlo tranquila, sin prisas y siempre de la misma forma. No te asustes si notas algún bulto. En las primeras exploraciones siempre se notan, porque la glándula mamaria tiene forma de racimo. Sin embargo, conforme te realices las exploraciones aprenderás a ver cuál es su aspecto habitual. Si notas cualquier anomalía o sale líquido del pezón, consulta con tu ginecólogo.

En manos del cirujano

Aumentar, reducir y elevar. Hete aquí las tres opciones básicas de la cirugía mamaria para conseguir el volumen y la forma deseada.El aumento mamario (mamoplastia) es una de las intervenciones de cirugía estética más solicitada. Se realiza implantando prótesis en la mama a través de una incisión realizada en la aureola, aunque otras técnicas la realizan en la axila o el surco submamario. Los implantes pueden ser de diversas sustancias, aunque los más utilizados son los de silicona.

Rodial

La reducción (mamoplastia reductora) es una operación más complicada que el aumento y consiste en eliminar parte de la masa grasa del pecho. Las incisiones tienen forma de T invertida bajo el pecho, aunque puede tener distintas técnicas. Aunque con los años y la mejora de la técnica la cicatriz es cada vez más inapreciable, uno de los mayores inconvenientes de esta operación es que la lactancia queda comprometida. Sin embargo, es una operación que suele realizarse a chicas muy jóvenes que presentan mamas excesivamente grandes, ya que el peso provoca problemas de dolores en la espalda y de autoestima.

Para evitar la caída (ptosis) se realiza una elevación del pecho (mastoplexia). Se suele realizar una incisión alrededor de la aureola, por debajo de ella y a nivel del arco submamario (en forma de T invertida) para extirpar el exceso de piel por la parte inferior de la mama y elevar el tejido mamario, así como el pezón y la aureola. Otro sistema, en casos de flacidez menor, es eliminar la piel de alrededor de la aureola.

Todas las intervenciones suelen requerir anestesia general, ya que pueden prolongarse dos o tres horas en el quirófano, y un día como mínimo de ingreso hospitalario. El postoperatorio presenta inflamación y moratones y hay que utilizar vendajes compresores los primeros días y un sujetador especial varias semanas. No pueden realizarse esfuerzos ni levantar pesos como mínimo durante un mes.

¡Arriba y en forma!

No hace falta una tabla de gimnasia para mantener el pecho firme. Estos ejercicios puedes hacerlos en cualquier lugar y a cualquier hora.

  1. Crúzate de brazos a la altura del pecho, con las manos sobre el bíceps del brazo contrario, y presiona los brazos hacia adentro. Relaja y repite diez veces. Cambia de sentido las manos y repite el ejercicio.
  2. Pon las manos sobre la nuca y tira de los codos hacia atrás como si quisieras juntarlos. Relaja y repite diez veces.
  3. Junta las palmas de las manos, como si rezaras, a la altura del pecho y presiona una contra la otra con fuerza. Relaja y repite otras diez veces.
  4. Pronuncia de forma muy exagerada las letras O y X diez veces seguidas.

Más volumen, más firme, más joven

Los cosméticos pueden ayudar a mantener la firmeza y tonicidad del pecho, siempre que se usen con constancia y no exista una caída muy marcada. Aplica las cremas con un masaje en sentido ascendente y no te limites a la mama, ya que debes reafirmar todo el sostén natural, es decir, también el escote y el cuello. No dejes de aplicar crema en los hombros y la parte lateral del pecho, bajo la axila, donde suelen aparecer estrías. Por norma, nunca uses productos de seno durante el embarazo y la lactancia, a no ser que estén expresamente formulados para ello.

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